Hace unos días, en un comentario hecho en uno de mis post, mi admirado Monsieur Sans-Foy de “Zapaterias rimadas”, me hacía una excelente recomendación cinematográfica. Sans-Foy me encomendaba nada menos a la contemplación del gran film de Dreyer, “Ordet-
Ahora bien, es cierto que este tipo de cine es más difícil de entender y por lo tanto menos conocido, pero, su belleza insuperable y la elegancia narrativa, provocan la extensión en el tiempo y en el espacio, haciendo que siempre aparezcan frescas y nuevas, como toda buena expresión artística.
Sin embargo, a pesar de la buena acogida de los “entendidos”, hay que adelantar que esta película se aleja tanto de los estándares actuales de cine a los que estamos hoy acostumbrados, que es entendible que también tenga sus detractores; pero Dreyer aborda un problema que a todos interesa, la fé, y lo hace de una manera tremendamente honesta. La fe no es sólo un ítem religioso. La fe es un componente fundamental en todo ser humano. Y eso precisamente, es lo que hace que Ordet interese por igual a personas con convicciones religiosas y otras que no lo son tanto.
Pero no es sólo este aspecto el que hace de "Ordet" una película especial. La puesta en escena, la iluminación (inolvidables las mieses acariciadas por el viento) y la coreografía de los actores, hace asimismo que cada momento tenga una iridiscencia especial.
Sinceramente creo que es difícil no emocionarse con la última escena de esta película, para la que el director nos ha estado preparando de forma concienzuda y pausada durante toda la cinta. Lo realmente impactante en "Ordet" es que hasta los más descreídos desean que, finalmente, el milagro acontezca, en primer lugar por aliviar el dolor de esa familia a la que ya casi se pertenece pese a lo distante de su representación, y en segundo lugar por el mero placer de contemplar el prodigio.
El verdadero milagro es como una película hecha de celuloide haya sido capaz, sin ningún tipo de efecto especial, de hacernos creer, sentir y emocionarnos.
Ordet, no es sólo una gran película, probablemente, es una de las más altas cimas de la espiritualidad contemporánea; por eso os animo vivamente a verla y a reflexionar sobre los muchos temas que íntima y veladamente, esta obra propone para una profunda meditación.
Para saber más AQUÍ.
5 comentarios:
Me quito el sombrero ante tu prosa, amigo mío. Se puede decir más alto, pero no más claro.
En materia de creencias, como mi nick da a entender, no doy mucho de sí, pero, con todo y con eso, siempre se me han saltado las lágrimas con Ordet.
Esta película está deliberadamente fuera del lenguaje cinematográfico habitual, basado en la verosimilitud y la proximidad al espectador. Es una película deliberadamente lenta, pero no pesada: Te introduce bajo el peso de una sociedad sumergida en una espiritualidad opresiva y un tanto cínica.
Pero todo eso son subterfugios para llevarte, sin que te des cuenta, a donde quiere que estés: Costumbrismo inocente, opresión moral, tragedia... y desenlace.
Ordet no deja a nadie indiferente.
En mi opinión, es una película que no se puede contar, puesto que la “anécdota” no es lo trascendente. Lo trascendente es que te toca algo dentro, al margen de lo que tú creías pensar.
Eso sí: Recomiendo encarecidamente la versión original. Hay que oírles hablar.
Un cariñoso saludo.
No he visto esta película. Por lo que recomiendas habrá que verla.
Y... bueno... tienes que pasar por mi blog.
Después del comentario de Sans-Foy, ¿quién deja de verla?.
Gracias por esa información.
wow! CON TALES COMENTARIOS, HAY QUE VERLA, NO LA HE VISTO, estará en cine en linea arce¿?...
Vi hace unos cuantos años Ordet y me gustó muchísimo. Me gustó que fuera en blanco y negro, las escenas de naturaleza con el viento agitando el maíz o las nubes pasando, la estética tan sobria, la lentitud tan sugerente, el misticismo de las imágenes y me interesó mucho cómo se movía la cámara de un personaje a otro haciendo recorridos como si fuera nuestra mirada desde la butaca de un teatro. Hay que decir que, aunque muy buena, no es una película para quien no tenga una cierta sensibilidad de cinéfilo. A quien la vio conmigo no le gustó nada. Son así las cosas con algunas grandes obras, que no son entendidas por todos.
Publicar un comentario