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Empezaron con aquella absurda acampada en la Puerta del Sol.
Luego se han ido sucediendo una serie de movilizaciones -con más o menos
concurrencia-, cuyo objetivo principal ha sido "cercar" el Congreso.
Después está, lo que se han dado en llamar "mareas", léase -marea
blanca- la de los "indignados" de la sanidad o la -marea verde- por
los de educación... etc., etc., etc.
Lo
cierto es que las algaradas han ido en aumento, si no en número de asistentes,
si en cantidad de "manifas". Ya lo dijo el otro día Cayo Lara, a las
claras, el objetivo es "ganar en la
calle, lo que no pueden en el Congreso" (y en las urnas,
añado yo; con lo cual las convicciones democráticas de Don Cayo, quedan muy en
precario).
Ahora
bien.., estas asonadas, en ningún caso, tienen la consistencia de
manifestaciones serias. Para hacer esta afirmación me baso en una evidencia
contrastable que resulta demasiado chocante:
La
mayoría de estos tumultos acaban como se sabe: Barricadas, enfrentamientos con
la policía y detenciones. Incluso se ha dado el caso de que muchos de esos
detenidos, además de ser menores, -y delincuentes fichados-, son reincidentes.
De hecho alguno de estos alborotadores, detenidos en la Plaza de Neptuno,
también fueron -cazados- en la manifestación de educación, por ejemplo.
¿Es
que son siempre los mismos los que acuden a TODAS las manis? O ¿es que estos
díscolos mozalbetes son tan listos como para representar a gremios tan dispares
como la sanidad y la educación?...
La
izquierda quiere tomar la calle por la fuerza y utiliza todos sus recursos,
desde los liberados (¡por fin curran!) hasta sus activos más violentos. El
objetivo no es otro que chantajear por la violencia al Estado de Derecho. Esa
es una realidad. Lo lamentable es que la mayoría de los medios, se sumen a este
peligroso despropósito, y un porrón de buenos ciudadanos, también.
Nadie puede negar que la situación está muy mal y es
muy comprensible que la gente esté muy enfadada con ciertos miembros de la
casta política, pero las instituciones están funcionando a pesar de las duras
condiciones económicas exteriores. No podemos olvidar que -¡la crisis es
mundial!-.
Los
sindicalistas de la porra no son ni racionales, ni razonables, para eso habría
que tener en cuenta y sopesar la certeza de unos indicios, una tímida
recuperación que llega gracias a esos recortes. Recortes durísimos y
necesarios, fruto de una herencia nefasta y del silencio vergonzante -precisamente-
de esos sindicatos infames.
Ayer estuve oyendo un programa de 13TV en el que se dió
paso a varias llamadas de espectadores que querían opinar sobre lo que está
cayendo. Una de las últimas intervenciones me dio mucho que pensar. El oyente
decía haber participado en alguna de esas manifestaciones... Estaba exaltado y
con mucha vehemencia expuso que allí estaban "todos
los sectores", "que la
dimisión del gobierno era un clamor popular" y lo más
gordo... que "si de aquí al verano, el
gobierno no rectificaba su política..., poco menos que "la revolución popular" iba a ser inminente"
cayera lo que cayera.
¡Vamos a ser serios!, los que están moviendo y
promoviendo la revuelta, en ningún caso, ni en ninguna manifestación, han
pasado de unos miles (que casi siempre son los mismos). Nada que ver, con el
clamor (mayoría absoluta) popular y ¡democrático! emanado de las urnas. Los que
han perdido, los que no han sabido ganar, deberían aguardar cuatro años...
estoicamente, y esperar y ayudar a que otro haga, lo que no han hecho ellos.
¿Es
legítimo protestar cuando el gobernante no está funcionando correctamente? ¡Por
supuesto!, pero sin traspasar ciertas líneas que son muy peligrosas. Porque la
diferencia entre guerra y paz es mucha, porque la
línea que separa democracia y dictadura es muy delgada. Todos
deberíamos cuidar esos límites. Nos va mucho en ello.
Hoy mismo, creo que con la misma intención, el
periodista Hermann Tertsch ahonda en ABC,
sobre esta cuestión. Tertsch escribe:
"Unos
ya han intentado derribar al gobierno con viles artimañas de despacho. Otros
buscan una tragedia en la calle para incendiarla. Veremos si España
aguanta"...
Creo que el comentario, es tan terrible como
cierto. Hay quienes buscan la tragedia, (algo que en su sano juicio, nadie
querría) para obtener réditos políticos. Desgraciadamente, es mezquino pero no
es la primera vez que se hace (todos tenemos memoria y lágrimas).
Sé de gente buena que está muy
enfadada con todo lo que está pasando.
Conozco a muchos que han acudido de buena fe, a esas manifestaciones. Lo peor
es que muchos acaban cayendo en el juego de intereses de quienes dicen defender
al pueblo, y lo que quieren finalmente es arrebatarles la democracia.
Sin embargo, aún concediendo que la
situación es muy difícil, sigo pensando que no es todavía crítica.
Muchos de los que acuden a esas mismas
manifestaciones, -aunque parezca mentira-, son unos burgueses de tomo y lomo
que no quieren perder sus status: Sus 2 o 3 coches, su cine en finde, su
gimnasio y su cañita de cerveza de vez en cuando... (todo muy respetable).
Conozco casos concretos.
Por eso estoy seguro que toda esa
"clase obrera" no se va a meter en una nueva toma de la Bastilla, ¡ni
por asomo!. Saben bien... que una guerra no la gana nadie, y estos... tienen mucho que perder. Es
más cómodo permanecer cobijados a la larga sombra de la herencia del "tío
Paco", que fue tan buena, que todavía persiste (-Ver enlace-).
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