viernes, 9 de mayo de 2008

UNA GRATA SORPRESA

Hoy, como adelanto a los dos dias de ocio, del fín de semana que nos espera, voy a recomendar una película. En esta ocasión, ni es un clásico, ni probablemente sea una de las grandes, sin embargo, pienso que tiene muchas virtudes y se deja ver, dejando finalmente, un buen sabor de boca.
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Como suele pasar con distintas obras, ya sean de literatura, teatro, cine o música, la sensación final depende mucho de cómo te pille el cuerpo en ese momento, del estado anímico de cada persona; pero también, en el caso del teatro o del cine, antes de acudir a la sala conviene informarse previamente de lo que se va a ver, para ir con cierta predisposición y así evitar sorpresas, que dados los tiempos que corren, casi siempre suelen ser desagradables; y no está la cosa como para malgastar el tiempo y el dinero en bodrios y más con el precio que ya tiene la taquilla.
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Bien, vamos al meollo, la película en cuestión, lleva por título “August Rush, el triunfo de un sueño”, el guión es aparentemente sencillo, August Rush se centra en un chaval huérfano, de tan sólo 11 años, que está convencido que a través del poder de la música puede volver a encontrarse con sus padres. ¡La salvación por medio de la música!, sin duda un concepto maravilloso.
Algo mágico, sí, porque todo está rodeado de un gran halo de fantasía, pero que nadie se sorprenda, porque “August Rush”, lo que es, es un ingenioso cuento de hadas moderno, por lo que no hay que sorprenderse en la caída en lugares comunes o en vueltas del guión que pueden resultar algo obvias.
Gracias a una serie de flashbacks, tratados inteligentemente, el espectador conoce que sus padres fueron Lyla (violonchelista clásica) y Louis (guitarrista de pop), así pues, dos talentosos y prometedores músicos, estos se conocieron, se enamoraron una noche y así, fruto de esa efímera pero intensa relación, nació el pequeño protagonista de la historia. Sin embargo, por mor de los azares del destino y tras una serie de acontecimientos, la relación se rompió prematuramente. Durante su embarazo, Lyla fue atropellada por un coche y su padre le dijo que su bebé no había sobrevivido. Lyla y Louis, nunca se vieron más y dejaron de tocar, así poco a poco, se convirtieron en dos personas desgraciadas sin la armonía musical de la unión del uno con el otro.
Nuestro protagonista Evan (luego August, ya lo explicaré), que además de heredar el talento musical de sus padres, tiene un sexto sentido, acaba en el orfanato y posteriormente, como músico callejero bajo la tutela del “brujo” (un gran Robín Williams), su peligroso y misterioso benefactor interesado, que al fín es quien, para esconderle de la policía se apoda August.
Pese a la dificultad real de volver a encontrar y enlazar de nuevo a su familia, como ya dijimos, el pequeño August, juega con su carta secreta, Evan (August), cree que la música que es capaz de oír en cualquier parte, como un tipo de mensaje enviado por sus padres. Y finalmente eso es así, en una maravillosa escena final, es la alegría de la música la que se hace pegamento increíble de esos tres tristes seres.

August Rush puede ser tomada de muchas maneras distintas, dependiendo del público que la vea, y como dije de la predisposición que llevemos. Para ser claro, si yo hubiera visto esta película, en otro momento, o con un ánimo distinto, probablemente me hubiera pasado desapercibida, tiene elementos para mí despreciables en otras ocasiones, el prota es un niño…y el final es previsible, y además tiene una historia sensible al máximo…. Pero no la tomé mal…todo lo contrario.
La historieta es muy fácil de destruir ya que tiene varios clichés y personajes esteriotipados que la convierten en un blanco ideal para los que detestan las historias que combinan fantasía y romance. Sin embargo, son los aspectos “increíbles” de la trama lo que convierten a August Rush en una propuesta especial.
Existe en esta obra un dramatismo que remite muchísimo a Charles Dickens , recuerda, sin duda al Oliver Twist y al Nicolas Nickelby del gran autor inglés, sólo que aquí, todo se desarrolla en un contexto contemporáneo y urbano, pero claramente trae a la memoria esos cuentos clásicos
Sin embargo, lo importante de la película es valorar su mensaje. Lo mejor es el ejemplo de August: se siente querido, cree fielmente que no fue abandonado, que sus padres lo buscan y que lo encontraran; y no permite que NINGUNA situación lo haga dudar de eso. El mismo alimenta su FE y hace todo lo posible para ser ESCUCHADO. porque SABE que será ESCUCHADO por quienes lo AMAN.
Tal vez muchos encuentren en esta, una película excesivamente sentimentalista e irreal y probablemente lo sea, pero realmente al salir del cine tuve la sensación de que aquello que promete en las primeras escenas lo cumple hasta llegar al final.
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La dirección es correcta, la interpretación soberbia, en especial del chico y del mejor Robin Williams, que dejándonos ver su lado oscuro, por momentos recuerda al gato malo que embauca a “Pinocho” y en otros al mismísimo Bono de U2.
Y, ¿que decir de la música?, ¡Genial!, sin duda alguna. B.s.o., para enmarcar. Aquí conviene recordar que la película fue nominada a los premios Oscar en la categoría de mejor canción original, en el año 2007.
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Es esta, una peli muy recomendable para los que, como yo, andan buscando algo distinto de lo habitual y huyendo del típico cine de tiros, explosiones y muertes. August Rush es sensible sin llegar a la sensiblería y a la postre todo se desencadena en un gran final feliz sin necesidad de ser extremadamente meloso.
Probablemente este es el cine que yo necesitaba en este momento, y por eso me llevé una grata sorpresa al ver que todavía persisten películas que emocionen y que sobretodo, defiendan la música, como esta lo hace.
En síntesis, sin ser obra maestra, es una Muy Buena película para disfrutarla.
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4 comentarios:

Claudedeu dijo...

Si yo le contara el tiempo que llevo sin ir al cine... Eso sí que es pecado.

Laub dijo...

A buscarla. Luego te comentaré, sin embargo he quedada emocionada con lo que escribes. Un saludo fraternal Arecendo.

Militos dijo...

Tienes mucha razón cuando dices que depende mucho del estado de ánimo en que te encuentres,para que una peli o una obra de teatro, te motiven o no. Por lo menos creo que eso le ocurre a las personas que participan de todo con algo más que el sentido de la vista. También se sufre más, pero lo que se vive tiene una intensidad de la que carece lo que otros contemplan sin añadidos personales.
Cuando se trata de música es distinto porque ya vas a buscar en ella lo que necesitas para ese momento que se está viviendo.Pienso que el teatro o el cine te puede sorprender pero la música sabes que está ahí, como bálsamo, como agitación o pacificación, como alegría o como tristeza, como emoción,ánimo. Raro es que no encuentres en la música lo que buscas en cada ocasion.
Todo muy bien, Besiños

Militos dijo...

Se me olvidaba decirte que esta película ya la tenía en mi lista para ver. Y con lo que has contado ya no me cabe duda de que merece la pena.
Gracias por la crítica.
Me muero de ganas por contarte una alegría.
Besiños

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