NO HAY NADA NUEVO, BAJO EL SOL.

La historia nos ha dado muchos ejemplos. Tanto en la ciencia como en la literatura, se han dado casualidades que rayan en lo sorprendente. Aquellas fantásticas invenciones de Leonardo en el Renacimiento y muchos de los textos del Julio Verne en el siglo XIX, son buenos ejemplos de lo que llamamos anticipación científica.
Hablando de Verne, todavía nadie sabe, ni se puede explicar, si todas aquellas cosas que describió con tanto acierto en sus obras, fueron fruto tan solo de su imaginación, de la casualidad o de otras causas mucho menos creíbles; pero lo que sí es cierto es que, de vez en cuando, surgen personajes, que atraen por su capacidad precognitiva, y al que uno, no sabe bien que calificativo poner, si el de inventor o el de visionario.
Bien, pues un caso parecido es el que os traigo hoy a mi blog. Os invito a visionar el siguiente vídeo, que realmente llama la atención.

Trata de la impresionante anticipación de Paul Otlet. Otlet, escribió en 1932, el “Tratado sobre Documentación”, el cual, hablaba de un futuro en el cual la información se encontrase disponible de manera inmediata y universal. ¿No os parece esto parecido a lo que hoy llamamos internet?, pero, por favor, ved el vídeo y encontraréis muchas más similitudes.

Interesante, ¿verdad?. Y ahora yo me admiro de cómo algunos con muy pocos medios y con mucho tiempo de antelación supieron leer e incluso predecir el futuro; mientras que me asombra, como otros con todos los medios no han sabido leer el presente más evidente, ni detectar la crisis que tenían delante de sus napias.
A lo mejor para eso también hay que tener un don especial, además de inteligencia y voluntad, virtudes que tanto escasean en nuestra clase política. Definitivamente estos son dos “concetos” desconocidos.

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