Si en mi anterior comentario hablába de un gran santo, San Josemaria Escrivá; hoy le toca el turno a otro, no menos importante. Porque nunca está de más, que recordemos que la Iglesia en este año, del que ya estamos recorriendo su tramo final, está celebrando el año PAULINO.
La vocación de Pablo es un caso singular y espectacular, Pablo, en cierto momento de su vida, experimentó un encuentro íntimo y especial con Jesús, lo abandonó todo y centró su existencia únicamente en Cristo Resucitado. Fué un llamamiento personal de Cristo, pero eso no resta valor a su seguimiento. Pablo podría haber negado al Señor como lo hicieron otros conocidos personajes bíblicos; Pablo, sin embargo se rindió sin condiciones, respondiendo con humildad: "¿Qué debo hacer, Señor?"
Fue una experiencia interior inefable, imposible de contar con palabras.; pero fue, también una respuesta valiente y comprometida que le llevó a extender el Evangelio a todos los pueblos paganos ajenos al mundo palestino.
Saulo de Tarso, San Pablo, el apóstol de los gentiles, de carácter apasionado, luchó incansablemente y siempre por todo lo que creía, incluso cuando sus primeras creencias fueran erróneas. Inicialmente, y por creerlo justo de cara a sus convicciones, dedicó sus esfuerzos a perseguir a los discípulos de Jesús. Pero Saulo el perseguidor, acabaría siendo él, el encontrado.
Su conversión fue inesperada. Nadie, ni el mismo, esperaba tal cambio. Las cosas le salieron al revés a Saulo, y Dios le tenía guardada una gran sorpresa.
"Y sucedió que, al llegar cerca de Damasco, de súbito le cercó una luz fulgurante venida del cielo, y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. Él Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se levantó Saulo del suelo y, abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió".
Aquella caída del caballo representaría para Pablo un auténtico punto sin retorno.
Tres días para rumiar su derrota e interiorizar lo que había pasado. Luego, el gran cambio, cambio de obras, cambio de pensamiento, de ideales y de proyectos. Su carácter indomable se tornará dócil a Dios, pero igualmente apasionado en su defensa.
Entre tantas conversiones del santoral, la de Pablo es ejemplar, paradigmática. Se palpa la acción divina y, enseña las insospechadas consecuencias que trae consigo una mudanza tan radical.
.
“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Con esta frase se inició todo. Y también puede ser punto de reflexión profunda de nuestra actual situación española.
Para entender en su justa medida, esa gran interpelación divina, hemos de echar mano del Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que en su tercera acepción dice:
“Perseguir; Molestar, conseguir que alguien sufra o padezca procurando hacerle el mayor daño posible”.
¿No es esto, lo que intentan hacernos a los cristianos desde todos los rincones donde nos movemos?. Es claro y notorio que hoy han recobrado importancia todas las fuerzas anticristianas que existieron en la época de Pablo y si me apuran, alguna más. La veda se ha abierto, y existe una persecución sistemática contra los cristianos, comparable en muchos casos a los de la dominación romana; con el agravante que, incluso ni desde occidente, cuna de la cristiandad, se protegen ya, sus más profundas y queridas raíces.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 8, dice que Saulo “trataba de destruir a la Iglesia. Entraba casa por casa, hacía salir a los hombres y mujeres y los metía en la cárcel”. Y más adelante, en el capítulo 9 señala que Saulo “no desistía de su rabia proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor”.
Recientemente el Papa Benedicto XVI, durante una de las audiencias celebradas en la Plaza de San Pedro, afirmó que “perseguir a la Iglesia es como perseguir a Cristo”. Aunque esto parece, importarles bien poco, a nuestros dirigentes; para Saulo fue determinante.
En España, desde la irresistible ascensión a los altares del “talante” laicista, cada vez se oyen con más amenazas directas, repudio descarado, ofensas gratuitas y muestras de rechazo hacia la Iglesia Católica. Todo se hace desde argumentos sin base que llevan implícita la idea del desprestigio de nuestras creencias.
Zp y Pepiño se han convertido en los nuevos sacerdotisos de este nuevo laicismo y en el sumum de su desfachatez, hasta se atreven a dar indicaciones de cómo debe ser la actuación de los verdaderos sacerdotes de Cristo, como si éstos cristianos deben suprimir su condición humana y ausentarse de la realidad en que viven.
Porque la intención oculta de este nuevo talante contra la Iglesia es el deseo constante por manipular y distorsionar el verdadero mensaje de Jesucristo para ponerlo a su servicio. Incluso hay quien llega a afirmar que ¡Jesucristo fue el primer socialista!. Esta es una distorsión de la realidad ante la cual la Iglesia, que somos todos, no puede permanecer apática, ya no es posible guardar silencio.
Porque el ataque no es solo contra la Iglesia, lo es también contra el sistema democrático, contra la libertad de expresión, es por el derecho a la educación sin ese sentido laicista que le quieren dar, es enfrentarse contra el adoctrinamiento, contra la dictadura del pensamiento único que nos quieren imponer. Es en definitiva, una lucha por la libertad y por el hombre.
Los ataques contra la Iglesia, constituyen una clara persecución a la libertad y no solamente religiosa. Es una vil manera de darle continuidad a ese mal reflejo de los antiguos emperadores decadentes, de los tiranos más perversos, de todos los dictadores y mangantes que en el mundo ha habido. Es el ataque furibundo de todos aquellos que, desde siempre, han intentado silenciar y borrar de la faz de la tierra a los cristianos, durante toda la historia humana. No es nuevo.
La persecución religiosa siempre ha sido una realidad. Pero no debemos olvidarnos que la victoria es nuestra, aunque nos toque padecerla y luchar por ella: “Los poderes del infierno prevalecerán contra ella".
La experiencia paulina fue única. Lo que a uno le cabe responderse, es si hoy podría darse en alguno de los que no tiene tanta inquina. La conversión de Saulo llevó a éste hacia el buen camino, parecía imposible, y el milagro se obró, porque Dios quiso. ¿Encontrarán alguna vez, estos nuevos perseguidores su camino de Damasco?
Entretanto… ¿Quién nos podría negar hoy, intentar ser un apóstol como Pablo, llevando la Palabra a todos los rincones, incluso gracias a Internet?
Pablo, predicó como nadie lo había hecho y llegó hasta donde nadie había llegado, utilizando todos los medios a su alcance. Posiblemente, seguro que hoy hubiera utilizado también la red, para hacer llegar la Buena Nueva a todos. ¿por qué no?.
Era nuestro querido Santo Padre Juan Pablo II, el que recordaba unas palabras del padre Alberione: “Si San Pablo viviera, seguiría ardiendo gracias a una doble llama... el celo por Dios y por Cristo, así como por los hombres. Y para que pudieran escucharle, se subiría a los púlpitos más elevados y multiplicaría su palabra con los medios del progreso actual: prensa, cine, radio, televisión”.
La vocación de Pablo es un caso singular y espectacular, Pablo, en cierto momento de su vida, experimentó un encuentro íntimo y especial con Jesús, lo abandonó todo y centró su existencia únicamente en Cristo Resucitado. Fué un llamamiento personal de Cristo, pero eso no resta valor a su seguimiento. Pablo podría haber negado al Señor como lo hicieron otros conocidos personajes bíblicos; Pablo, sin embargo se rindió sin condiciones, respondiendo con humildad: "¿Qué debo hacer, Señor?"
Fue una experiencia interior inefable, imposible de contar con palabras.; pero fue, también una respuesta valiente y comprometida que le llevó a extender el Evangelio a todos los pueblos paganos ajenos al mundo palestino.
Saulo de Tarso, San Pablo, el apóstol de los gentiles, de carácter apasionado, luchó incansablemente y siempre por todo lo que creía, incluso cuando sus primeras creencias fueran erróneas. Inicialmente, y por creerlo justo de cara a sus convicciones, dedicó sus esfuerzos a perseguir a los discípulos de Jesús. Pero Saulo el perseguidor, acabaría siendo él, el encontrado.
Su conversión fue inesperada. Nadie, ni el mismo, esperaba tal cambio. Las cosas le salieron al revés a Saulo, y Dios le tenía guardada una gran sorpresa.
"Y sucedió que, al llegar cerca de Damasco, de súbito le cercó una luz fulgurante venida del cielo, y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. Él Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se levantó Saulo del suelo y, abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió".
Aquella caída del caballo representaría para Pablo un auténtico punto sin retorno.
Tres días para rumiar su derrota e interiorizar lo que había pasado. Luego, el gran cambio, cambio de obras, cambio de pensamiento, de ideales y de proyectos. Su carácter indomable se tornará dócil a Dios, pero igualmente apasionado en su defensa.
Entre tantas conversiones del santoral, la de Pablo es ejemplar, paradigmática. Se palpa la acción divina y, enseña las insospechadas consecuencias que trae consigo una mudanza tan radical.
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“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Con esta frase se inició todo. Y también puede ser punto de reflexión profunda de nuestra actual situación española.
Para entender en su justa medida, esa gran interpelación divina, hemos de echar mano del Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que en su tercera acepción dice:
“Perseguir; Molestar, conseguir que alguien sufra o padezca procurando hacerle el mayor daño posible”.
¿No es esto, lo que intentan hacernos a los cristianos desde todos los rincones donde nos movemos?. Es claro y notorio que hoy han recobrado importancia todas las fuerzas anticristianas que existieron en la época de Pablo y si me apuran, alguna más. La veda se ha abierto, y existe una persecución sistemática contra los cristianos, comparable en muchos casos a los de la dominación romana; con el agravante que, incluso ni desde occidente, cuna de la cristiandad, se protegen ya, sus más profundas y queridas raíces.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 8, dice que Saulo “trataba de destruir a la Iglesia. Entraba casa por casa, hacía salir a los hombres y mujeres y los metía en la cárcel”. Y más adelante, en el capítulo 9 señala que Saulo “no desistía de su rabia proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor”.
Recientemente el Papa Benedicto XVI, durante una de las audiencias celebradas en la Plaza de San Pedro, afirmó que “perseguir a la Iglesia es como perseguir a Cristo”. Aunque esto parece, importarles bien poco, a nuestros dirigentes; para Saulo fue determinante.
En España, desde la irresistible ascensión a los altares del “talante” laicista, cada vez se oyen con más amenazas directas, repudio descarado, ofensas gratuitas y muestras de rechazo hacia la Iglesia Católica. Todo se hace desde argumentos sin base que llevan implícita la idea del desprestigio de nuestras creencias.
Zp y Pepiño se han convertido en los nuevos sacerdotisos de este nuevo laicismo y en el sumum de su desfachatez, hasta se atreven a dar indicaciones de cómo debe ser la actuación de los verdaderos sacerdotes de Cristo, como si éstos cristianos deben suprimir su condición humana y ausentarse de la realidad en que viven.
Porque la intención oculta de este nuevo talante contra la Iglesia es el deseo constante por manipular y distorsionar el verdadero mensaje de Jesucristo para ponerlo a su servicio. Incluso hay quien llega a afirmar que ¡Jesucristo fue el primer socialista!. Esta es una distorsión de la realidad ante la cual la Iglesia, que somos todos, no puede permanecer apática, ya no es posible guardar silencio.
Porque el ataque no es solo contra la Iglesia, lo es también contra el sistema democrático, contra la libertad de expresión, es por el derecho a la educación sin ese sentido laicista que le quieren dar, es enfrentarse contra el adoctrinamiento, contra la dictadura del pensamiento único que nos quieren imponer. Es en definitiva, una lucha por la libertad y por el hombre.
Los ataques contra la Iglesia, constituyen una clara persecución a la libertad y no solamente religiosa. Es una vil manera de darle continuidad a ese mal reflejo de los antiguos emperadores decadentes, de los tiranos más perversos, de todos los dictadores y mangantes que en el mundo ha habido. Es el ataque furibundo de todos aquellos que, desde siempre, han intentado silenciar y borrar de la faz de la tierra a los cristianos, durante toda la historia humana. No es nuevo.
La persecución religiosa siempre ha sido una realidad. Pero no debemos olvidarnos que la victoria es nuestra, aunque nos toque padecerla y luchar por ella: “Los poderes del infierno prevalecerán contra ella".
La experiencia paulina fue única. Lo que a uno le cabe responderse, es si hoy podría darse en alguno de los que no tiene tanta inquina. La conversión de Saulo llevó a éste hacia el buen camino, parecía imposible, y el milagro se obró, porque Dios quiso. ¿Encontrarán alguna vez, estos nuevos perseguidores su camino de Damasco?
Entretanto… ¿Quién nos podría negar hoy, intentar ser un apóstol como Pablo, llevando la Palabra a todos los rincones, incluso gracias a Internet?
Pablo, predicó como nadie lo había hecho y llegó hasta donde nadie había llegado, utilizando todos los medios a su alcance. Posiblemente, seguro que hoy hubiera utilizado también la red, para hacer llegar la Buena Nueva a todos. ¿por qué no?.
Era nuestro querido Santo Padre Juan Pablo II, el que recordaba unas palabras del padre Alberione: “Si San Pablo viviera, seguiría ardiendo gracias a una doble llama... el celo por Dios y por Cristo, así como por los hombres. Y para que pudieran escucharle, se subiría a los púlpitos más elevados y multiplicaría su palabra con los medios del progreso actual: prensa, cine, radio, televisión”.
¿Hubiera sido Pablo bloguero, si viviera hoy?... posiblemente.
Todos tenemos nuestro camino de Damasco. A cada uno nos acecha el Señor en el recodo más inesperado del camino. Internet es una nueva fantástica herramienta, para suscitar encuentros.
Repitámosles una y otra vez ¿Por qué perseguís tanto a los católicos? ¿Por qué me persigues?, Si por nuestra labor, ayudamos a que caiga más de uno de los que tanto atacan, de su engolado caballo, estaremos utilizando bien nuestros talentos, y estaremos siguiendo fielmente la huella de este gran Apóstol. Pablo, doctor de la Iglesia, Apóstol de los gentiles.
Y ahora… dos buenas versiones de tan impactante y maravilloso hecho bíblico.
* * * * *
9 comentarios:
Arcendo me han gustado muchos los videos, y es que este tipo de películas siempre han sido muy interesantes.
Saludos
Pues a partir de ahora voy a rezar por el Damasco de Zp. No lo tomo a broma. El mérito de San Pablo es ya no vivió para él, sino que Cristo vivió en él.
Ya publiqué pero tampoco pero ya no me parece para tanto.
Un beso
Quiero una bonita música esta noche.
Voy a arreglar el enlace aunque tenga que pasar por las dichosas letritas. Gracias
Un beso
creo que ya lo arreglí. De todas formas me parece innecesario pues eres más conocido que el "pupas".
Por cierto tengo que pedirte un favor que no sé si podrás hacérmelo. Con todos los últimos trajines perdí lo óltimo que me enviaste para Angelito de Torres y ya se lo había dicho. Si puedes...
Un beso
Me ha gustado mucho tu blog, gracias por escribir.
Un saludo.
No he visto las películas...
Ya las veré.
Dos comentarios. Leete, si quieres, el libro: "el último esbirro" de Sergei Kourdakov. Muy buena novela basada en hechos reales.
Pásate por mi blog. He puesto un post que ayuda a rezar, el video es inigualable...
¿Qué tal estás de tu catarro?, que te cuiden bien que estos primeros fríos son muy peligrosos.
No sé por qué la mirada de Sa pablo me recuerda a la tuya.
Deseo de verdad que te mejores. un beso
Como siempre me qquedó aalgo sin decir: que lo de la mirada de S. Pablo no es porque parezca regañoa, sino por la profundidad. ¿Vale?
Un beso
Y otra vez.
Acabo de publicar un post bonito en Consinnada, dedicado a tí, pero sin nombrarte para que no te pongas "colorao". Espero que te guste y sepas porqué lo relaciono contigo.
Mañana temprano vuelvo con el rollo de médicos,¡buf!
Un beso
Que mal escritos están los comentarios anteriores, es por el portátil. LLevo dos días sin adsl.
Un beso
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