Con frecuencia, algunos mayores nos quejamos de la poca educación de los adolescentes, del desprecio que muchos de estos jóvenes sienten por los valores y por el escaso respeto que estos muestran en sus relaciones personales, entre ellos y sobretodo con los adultos.
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Llevando las cosas al extremo, también somos capaces de rasgarnos las vestiduras e interpelar al mismo cielo, por noticias como esta:
“Un menor de 12 años intenta violar a tres niñas de 5 años” (Minuto digital).
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Todas estas realidades, que sin duda, son hechos lamentables, hacen que cualquiera con un mínimo de sensibilidad, no pueda permanecer impasible, ni neutral. Algo está pasando en nuestra sociedad, hay algo que está mal y urgen medidas para evitar llegar a estas barbaridades.
Sin embargo, no podemos, ni debemos esperar la resolución de este problema de forma externa. La solución no está en la Justicia humana, aunque debe haberla y ha de aplicarse; tampoco está, por mucho que los políticos se empeñen, en la imposición, en los planes de estudio, de asignaturas supuestamente éticas; la respuesta de estas conductas está en la educación dentro del seno familiar.
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Hace unos días la opinión pública, que dicho sea de paso, también está muy mal educada, cargaba injustamente contra el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud.
Este juez que es de sobra conocido por sus sentencias ejemplares y por ser uno de los máximos exponentes de la justicia razonable, ha tenido que soportar estos días toda una lluvia de insultos y ofensas a su persona, tan solo por hablar claro, sin miedos, ni complejos y haciendo caso omiso a lo políticamente correcto.
El detonante de esta polémica han sido las palabras de Emilio Calatayud en una conferencia, sobre el famoso “caso Mari Luz”. Calatayud aseguró, que aunque su intención no es culpabilizar a los padres de la víctima, habría que meditar “que grado de responsabilidad tienen”, ateniéndose a un escenario en el que "una criatura de cinco años iba sola por la calle", con lo cual podrían haber incurrido en la dejación u omisión de alguno de sus deberes paternales.
Es lógico que tales declaraciones, susciten cierta controversia, son muy duras, pero no están faltas de razón.
A este Juez, del que hablaba no hace mucho Anaroski de “Por la familia, por la vida”, en brillantísimo post, habría que escucharle detenidamente, hay mucho que aprender de él.
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En más de una ocasión, mi mujer y yo hemos comentado, la indiferencia y a veces algo más, de algunos padres con respecto a sus hijos. ¿Cuántas veces, ante una advertencia de cierto peligro, habremos oído a algún padre cafre, anda y déjale a ver si se rompe la cabeza y no da más guerra?. ¿Cuántas veces no habremos oído, estoy deseando de que llegue el lunes y descansar de niños?. ¡Parece como si los hijos molestaran!; hay demasiados padres y madres “tranquilos” o “indiferentes”, olvidando su principal obligación…y después nos extrañamos de que la sociedad esté como está.
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La mayoría de los padres se interesa solamente en el cultivo de algún conocimiento superficial que asegure a sus hijos posiciones respetables, por lo general, se satisfacen con ver que sus hijos se preparan para obtener algún título que les asegure buenos medios de vida. Muy pocos se interesan en algo más que esto, olvidando lo más importante, su educación como personas, y su educación en convivencia.
Un desarrollo total del niño sólo puede producirse cuando existe el equilibrio correcto entre la educación académica y la moral.
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Llevando las cosas al extremo, también somos capaces de rasgarnos las vestiduras e interpelar al mismo cielo, por noticias como esta:
“Un menor de 12 años intenta violar a tres niñas de 5 años” (Minuto digital).
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Todas estas realidades, que sin duda, son hechos lamentables, hacen que cualquiera con un mínimo de sensibilidad, no pueda permanecer impasible, ni neutral. Algo está pasando en nuestra sociedad, hay algo que está mal y urgen medidas para evitar llegar a estas barbaridades.
Sin embargo, no podemos, ni debemos esperar la resolución de este problema de forma externa. La solución no está en la Justicia humana, aunque debe haberla y ha de aplicarse; tampoco está, por mucho que los políticos se empeñen, en la imposición, en los planes de estudio, de asignaturas supuestamente éticas; la respuesta de estas conductas está en la educación dentro del seno familiar.
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Hace unos días la opinión pública, que dicho sea de paso, también está muy mal educada, cargaba injustamente contra el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud.
Este juez que es de sobra conocido por sus sentencias ejemplares y por ser uno de los máximos exponentes de la justicia razonable, ha tenido que soportar estos días toda una lluvia de insultos y ofensas a su persona, tan solo por hablar claro, sin miedos, ni complejos y haciendo caso omiso a lo políticamente correcto.
El detonante de esta polémica han sido las palabras de Emilio Calatayud en una conferencia, sobre el famoso “caso Mari Luz”. Calatayud aseguró, que aunque su intención no es culpabilizar a los padres de la víctima, habría que meditar “que grado de responsabilidad tienen”, ateniéndose a un escenario en el que "una criatura de cinco años iba sola por la calle", con lo cual podrían haber incurrido en la dejación u omisión de alguno de sus deberes paternales.
Es lógico que tales declaraciones, susciten cierta controversia, son muy duras, pero no están faltas de razón.
A este Juez, del que hablaba no hace mucho Anaroski de “Por la familia, por la vida”, en brillantísimo post, habría que escucharle detenidamente, hay mucho que aprender de él.
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En más de una ocasión, mi mujer y yo hemos comentado, la indiferencia y a veces algo más, de algunos padres con respecto a sus hijos. ¿Cuántas veces, ante una advertencia de cierto peligro, habremos oído a algún padre cafre, anda y déjale a ver si se rompe la cabeza y no da más guerra?. ¿Cuántas veces no habremos oído, estoy deseando de que llegue el lunes y descansar de niños?. ¡Parece como si los hijos molestaran!; hay demasiados padres y madres “tranquilos” o “indiferentes”, olvidando su principal obligación…y después nos extrañamos de que la sociedad esté como está.
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La mayoría de los padres se interesa solamente en el cultivo de algún conocimiento superficial que asegure a sus hijos posiciones respetables, por lo general, se satisfacen con ver que sus hijos se preparan para obtener algún título que les asegure buenos medios de vida. Muy pocos se interesan en algo más que esto, olvidando lo más importante, su educación como personas, y su educación en convivencia.
Un desarrollo total del niño sólo puede producirse cuando existe el equilibrio correcto entre la educación académica y la moral.
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De vez, en cuando, sería necesario hacerse una serie de preguntas:
¿Somos padres demasiado permisivos o demasiado estrictos? ¿O ni una ni la otra? Como todo, el justo equilibrio es lo ideal también en la educación de los hijos, pero sin olvidar los valores que nos realizan como personas, el respeto mutuo, y la educación en el amor.
Es indudable, que para ello, necesitamos practicar con el ejemplo, no olvidemos que los hijos hacen lo que ven; y dedicando toda la paciencia y EL TIEMPO que nuestros hijos requieran, pero nunca la indiferencia.
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El dedicar un poco de tiempo para jugar o estar “presentes” para nuestros hijos es el mejor regalo que podemos ofrecerles, con esto les estamos transmitiendo que ellos son queridos e importantes para nosotros y valorarán mejor lo que les digamos para poder ayudarles. Es importantísimo dedicarles tiempo, en cantidad y en calidad, eso también forma parte de nuestra obligación como padres y de su educación.
Porque al final, como apunta Calatayud, de muchas de las cosas que pasan en esta sociedad, los padres tenemos gran responsabilidad.
Pitágoras dijo: Educad a los niños y no será necesario castigar a los mayores. Probablemente esa sea la primera base para empezar a creer en la posibilidad de cambio del ser humano y por lo tanto de la sociedad.
De vez, en cuando, sería necesario hacerse una serie de preguntas:
¿Somos padres demasiado permisivos o demasiado estrictos? ¿O ni una ni la otra? Como todo, el justo equilibrio es lo ideal también en la educación de los hijos, pero sin olvidar los valores que nos realizan como personas, el respeto mutuo, y la educación en el amor.
Es indudable, que para ello, necesitamos practicar con el ejemplo, no olvidemos que los hijos hacen lo que ven; y dedicando toda la paciencia y EL TIEMPO que nuestros hijos requieran, pero nunca la indiferencia.
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El dedicar un poco de tiempo para jugar o estar “presentes” para nuestros hijos es el mejor regalo que podemos ofrecerles, con esto les estamos transmitiendo que ellos son queridos e importantes para nosotros y valorarán mejor lo que les digamos para poder ayudarles. Es importantísimo dedicarles tiempo, en cantidad y en calidad, eso también forma parte de nuestra obligación como padres y de su educación.
Porque al final, como apunta Calatayud, de muchas de las cosas que pasan en esta sociedad, los padres tenemos gran responsabilidad.
Pitágoras dijo: Educad a los niños y no será necesario castigar a los mayores. Probablemente esa sea la primera base para empezar a creer en la posibilidad de cambio del ser humano y por lo tanto de la sociedad.
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Y ahora, ¿cómo no?, un par de vídeos en forma de anuncios, que nos tienen que hacer pensar.
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10 comentarios:
Amigo Arcen,el momento crucial de esta educación llega cuando el adolescente debe pensar en el rumbo que dará a su vida.Entonces los padres deben ayudarlo más que nunca y no pensar jamás que...ya es mayorcito.La misión paterna no termina en la niñez,ha de conducirlo en la orientación de su vida y en el encuentro leal de la propia vocación.
Hoy en día y en los tiempos que estamos es muy difícil educar a nuestros hijos.Lo siento pero yo lo veo así.
Mis saludos cordiales.
off topic/ quiero preguntarte si piensas escribir sobre fray Escoba. Si no es así me gustaría hacerlo yo aunque tú siempre lo haces más completo. ¿Podrías decirme algo?
Un beso
Arcendo como decías coincidimos en el tema del post, pero lo que es mejor coincidimos en el fondo.
Todo lo que expones es así, pero ya sabes lo que ocurre al desviarse de lo políticamente correcto y aferrarse valientemente a la verdad.
Que muchos padres se paren a mirar la permisividad o el poco caso que les hacen a sus hijos, como no les preocupa en absoluto el tipo de amistades que tienen, como dejan ver a sus hijos determinadas series, ¡que por cierto Antena 3 debe estar compitiendo para ver quién pone más basura para adolescentes!
Si no se dan cuenta de todo eso los padres, mal vamos.
Saludos
Creo que este juez es el unico que habla claro sobre la infancia.
No se el motivo, pero queriendo buscar la libertad, en algún momento del camino nos hemos confundido. Los hijos son hijos, nada de coleguillas que te falten al respeto sin más.
Han pasado a ser los dictadores de la casa y familia, en muchos casos, los niños.
Besos y gracias por todo.
El video de madre e hijo me ha conmovido,ya se a quienes debo enviar para dar referencias personales mias. ES muy importante darle a nuestros hijos tiempo de calidad. A mi me preocupa muchisimo la proxima generacion, ya que practicamente los niños han crecido sin la prescencia de madres y padres por la emigración económica que han tenido que hacer. Se crian con los abuelos, mas alla de que esteen no capacitados para criar a los nietos no es lo mismo y no les corresponde, se han criado practicamente sin sentir el amor de papa y mama, muchos de ellos no lo soportan y terminan suicidandose, nuestra tasa de suicidios de adolescentes es altisima con respecto a otros países, los que sobreviven crecen con rabia y mucho dolor interior.
Arcendo;: siento decirte que te precipitaste con tu comentario en Fray Escoba porque el post era para De Dentro, pero como todavía tengo algunos problemas para publicar en de Dentro, y veía que se me estropeaba internet lo publiqué ahí para luego pasarlo. Ya lo pas´´e pero tu comentario se perdió. Lo siento muchísimo, así como el enlace que me diste.
Un abrazo
Dificil, Arcendo, muy cificil tarea ésta de educar a los hijos. Se hacen carreras de cinco años y después un posgrado para aprender a realizar bien un trabajo pero... ¿Quién nos enseña a educar a nuestros hijos? Siendo, seguro, lo más importante de nuestras vidas y sinembargo tenemos que educarlos por pura intuición. El problema aparte de éste es que unos padres ponen toda su buena voluntad y otros sinembargo se relajan en exceso o simplemente les importa un pito. De cuelquier manera es ésta una labor cifícil, muy dificil.
Un abrazo, Arcendo.
Pues a mí no me resultó nada difícil educar a mis hijos, estaba con ellos, jugaba con ellos, cantaba con ellos les expliqué las cosas de la vida que a mí nadie me había explicado. Adoraba las vacaciones para tenerlos cerca...Y ahora veo como las mismas cosas que hice con ellos las están haciendo con sus propios hijos, tanto los chicos como las chicas. Y eso para mí es la mayor recompensa. Tienen unos valores humanos que no veo en muchos otros. Y dos de ellos llevan el peso de sus familias porque sus mujeres están enfermas y me llena de satisfacción ver lo que se desviven y sacrifican por sus hijos. Lo que decía Terly en mi blog de que se recoje lo que se siembra es la pura verdad. Así que desde la atalaya de mis años y mi experiencia os aconsejo que no midáis nunca lo que dáis a vuestros hijos. Todo es poco para ellos y cuando sean mayores y otros les hagan sufrir, ellos no sabrán hacer daño a nadie. ese será el mayor premio para vosotros.
Un beso
Como autentico notario de la vida doy fe de cuanto dice Militos en su comentario anterior por tener de ello la experiencia y la constatación
Un abrazo.
Estimado Arcendo:
El tema es gravísimo y trae cola, se están perdiendo los valores, se están perdiendo las buenas costumbres, y encima, parece que la gente se altera por cualquier tontería.
Recuerdo que no hace muchos días, fui con mi padre a comprar chicharrones, y estaban hablando en la Cope sobre la Secretaria del Caso Mari Luz. Uno de los cabezas de turco de esta horrible historia, que nunca debiera de haberse producido.
Mi reacción fue espontánea, y le dije a mi padre, es que a quien se le ocurre, dejar una niña de cuatro años sola en la calle. Y no lo digo porque yo sea más madre que nadie, pues tengo muchísimos defectos, y los cuerpos de seguridad y la justicia, está para corregir y prevenir nuestros errores, pero centrándonos en el caso. Mi segunda hija, es bien movidita, y hemos tenido en casa que poner barreras de seguridad en las escaleras, pues una vez se nos escapó a buscar a mi marido que había ido a tirar la basura, en ese instante podía haber aparecido un desalmado, y mejor no pensar, pero por eso mismo, hemos puesto barreras en las escaleras en la planta alta y planta baja de la casa, para evitar que la nena, cometa otra travesura. Yo creo que los padres como padres tenemos la obligación de ir por delante de los hijos, pero claro, somos humanos y nos equivocamos. En mi humilde opinión, deberían de ser obligatorias las escuelas de padres.
Un beso Arcendo.
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