El otro dia pasé casi de puntillas por la fiesta de los fieles difuntos, por eso hoy quisiera extenderme un poco más, porque para mí, es un tema apasionante.
¡La muerte!, que gran tema, por esa puerta, más tarde o más temprano, vamos a pasar todos. Al guardián de esta Hoja, en cada estación otoñal nunca se le escapa que algún día su hoja también caerá al suelo en cualquier golpe de viento inesperado.
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En estos pensamientos siempre se me viene a la memoria la gran película de Bergman, “El Séptimo sello”, el argumento es el de una historia medieval, con todos sus típicos tópicos, pero con un gran fondo trascendental.
Básicamente, trata del viaje de vuelta a casa de Antonius Blok, un caballero que vuelve al hogar después de haber combatido honrosamente en las Cruzadas. En ese periplo de vuelta. se va encontrando un panorama desolador, por todas las tierras que pasa, la peste ha dejado su huella.
Es entonces cuando la figura de la Muerte aparece para reclamar a este heroico cruzado; sin embargo éste decide retar a la Muerte a una partida de ajedrez, con ello pretende ganar tiempo para encontrar algo que verdaderamente, le de sentido a su vida antes de emprender el gran viaje con tan enigmático personaje.
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Probablemente esta película de Bergman, peca de jugar con demasiados interrogantes, pero estos son también su máximo atractivo. No es un guión agnóstico propiamente dicho, a mi modo de ver, es una historia de búsqueda y de encuentro final.
En cualquier caso a mi me conmueve cada vez que la veo, La escenografía es impresionante, especialmente en la escena de la playa, en la famosa escena del comienzo de la partida de ajedrez con la Muerte.
En el Medioevo los hombres vivían en el temor de la peste. Hoy viven entre otros muchos temores. El séptimo sello es una alegoría con un tema muy sencillo: el hombre, su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única certidumbre.
Y así es, y a mi me motiva mucho este tema y además dicho sea de paso, el ajedrez. Siempre me ha gustado imaginarme como un pobre peón en la gran partida planificada por Dios. Dios está viendo la jugada desde arriba, plantea la mejor estrategia para ganar, sacrificios incluidos, aunque nosotros pobres peones a pié de tablero, no los entendamos, pero Él es el gran maestro, el experto, sabe como jugar y como piensa el rival, con estas premisas, la partida está ganada, solo hay que dejarse llevar por sus sabias manos, aceptando todos sus movimientos. Porque lo más importante es que el juego no se acaba con el jaque final, sino que empieza la VIDA para siempre.
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Noviembre, es un mes propicio para pensar en todo esto. Las hojas amarillas, la luz otoñal, los árboles mostrando su esqueleto, casi todo el paisaje nos dá imagén de muerte.
Conscientes de que la muerte es contradicción de todo lo que es vida, proyecto y futuro, es necesario encontrar la verdadera espiritualidad cristiana de la muerte, que no es otra que la espiritualidad de la esperanza en una nueva y mejor primavera, en la certeza de la Resurrección.
Liberados de la rebeldía y del terror, se ha de considerar la muerte con la paciente confianza del agricultor que siembra, quizá en llanto, pero que recolectará en alegría.
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La fé nos dice que tras la angustia o el sentido temible e inquietante que pueda tener la muerte, que nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; que es un Dios que salva, que es un Dios fuente de vida para quien confía en Él. Para nosotros la muerte es pues, la hermana muerte, como decía el Poverello de Asis, sí, la hermana muerte, el tránsito necesario para la Vida para siempre.
Nosotros creemos firmemente en estas verdades, porque Dios es perfecto y no puede engañar, ni engañarse, y por eso le pedimos fuerza para mantenernos firmes en nuestras convicciones y dóciles a sus manos, a pesar de los golpes de la vida: hasta que ese amoroso golpe final de viento llegue y derribe nuestra Hoja.
A nuestra querida Madre común, a María que es Puerta del Cielo nos encomendamos.
¡La muerte!, que gran tema, por esa puerta, más tarde o más temprano, vamos a pasar todos. Al guardián de esta Hoja, en cada estación otoñal nunca se le escapa que algún día su hoja también caerá al suelo en cualquier golpe de viento inesperado.
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En estos pensamientos siempre se me viene a la memoria la gran película de Bergman, “El Séptimo sello”, el argumento es el de una historia medieval, con todos sus típicos tópicos, pero con un gran fondo trascendental.
Básicamente, trata del viaje de vuelta a casa de Antonius Blok, un caballero que vuelve al hogar después de haber combatido honrosamente en las Cruzadas. En ese periplo de vuelta. se va encontrando un panorama desolador, por todas las tierras que pasa, la peste ha dejado su huella.
Es entonces cuando la figura de la Muerte aparece para reclamar a este heroico cruzado; sin embargo éste decide retar a la Muerte a una partida de ajedrez, con ello pretende ganar tiempo para encontrar algo que verdaderamente, le de sentido a su vida antes de emprender el gran viaje con tan enigmático personaje.
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Probablemente esta película de Bergman, peca de jugar con demasiados interrogantes, pero estos son también su máximo atractivo. No es un guión agnóstico propiamente dicho, a mi modo de ver, es una historia de búsqueda y de encuentro final.
En cualquier caso a mi me conmueve cada vez que la veo, La escenografía es impresionante, especialmente en la escena de la playa, en la famosa escena del comienzo de la partida de ajedrez con la Muerte.
En el Medioevo los hombres vivían en el temor de la peste. Hoy viven entre otros muchos temores. El séptimo sello es una alegoría con un tema muy sencillo: el hombre, su eterna búsqueda de Dios y la muerte como única certidumbre.
Y así es, y a mi me motiva mucho este tema y además dicho sea de paso, el ajedrez. Siempre me ha gustado imaginarme como un pobre peón en la gran partida planificada por Dios. Dios está viendo la jugada desde arriba, plantea la mejor estrategia para ganar, sacrificios incluidos, aunque nosotros pobres peones a pié de tablero, no los entendamos, pero Él es el gran maestro, el experto, sabe como jugar y como piensa el rival, con estas premisas, la partida está ganada, solo hay que dejarse llevar por sus sabias manos, aceptando todos sus movimientos. Porque lo más importante es que el juego no se acaba con el jaque final, sino que empieza la VIDA para siempre.
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Noviembre, es un mes propicio para pensar en todo esto. Las hojas amarillas, la luz otoñal, los árboles mostrando su esqueleto, casi todo el paisaje nos dá imagén de muerte.
Conscientes de que la muerte es contradicción de todo lo que es vida, proyecto y futuro, es necesario encontrar la verdadera espiritualidad cristiana de la muerte, que no es otra que la espiritualidad de la esperanza en una nueva y mejor primavera, en la certeza de la Resurrección.
Liberados de la rebeldía y del terror, se ha de considerar la muerte con la paciente confianza del agricultor que siembra, quizá en llanto, pero que recolectará en alegría.
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La fé nos dice que tras la angustia o el sentido temible e inquietante que pueda tener la muerte, que nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; que es un Dios que salva, que es un Dios fuente de vida para quien confía en Él. Para nosotros la muerte es pues, la hermana muerte, como decía el Poverello de Asis, sí, la hermana muerte, el tránsito necesario para la Vida para siempre.
Nosotros creemos firmemente en estas verdades, porque Dios es perfecto y no puede engañar, ni engañarse, y por eso le pedimos fuerza para mantenernos firmes en nuestras convicciones y dóciles a sus manos, a pesar de los golpes de la vida: hasta que ese amoroso golpe final de viento llegue y derribe nuestra Hoja.
A nuestra querida Madre común, a María que es Puerta del Cielo nos encomendamos.
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EL SEPTIMO SELLO (Fragmento).
NUESTRA ESPERANZA
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3 comentarios:
La película de Bergman es impresionante, como todo lo que hacía. Creo que nadie le igualaba enprofundidad,
Yo creo que no hay porqué pensar en la muerte, que venga cuando venga, sólo vivir como hay que vivir para que cuando llegue apebas notemos diferencia entre una vida y otra.
Juego al ajedrez con Angel, pero ya está aprendiendo a ganarme, así que lo tendré que dejar como hice cuando me casé que en dos movimientos del contrario ya me daba el mate.
En lo que no me gana nadie es en encomendar a los demás y encomendarme a nuestra Madre. Ahí si soy campeona desde niña.
Un beso en noviembre
¡Andá! si parece el título de una película de miedo ¿No crees? Bórralo que yo no puedo.
Y otra cosa, a mi no me asustes con los golpes de viento, como aquel día con Pascual.
Un beso, sin añadidos
Arcando buen post, aunque yo espero cruzar esa puerta más tarde que pronto.
Saludos
He publicado un post con las caras de los asesinos de la niña asesinada, también podréis leer sus últimas palabras y que fue lo que desato este brutal crimen.
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