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El otro día en un blog hermano, me encontré con un razonamiento imponente acerca de la reciente polémica desatada en torno a la publicidad en los autobuses con mensajes ateos.
Al parecer, Militos, con su siempre excelente criterio, creyó oportuno reproducir para común conocimiento, el contundente argumento de un bloguero no menos notable, Santiago Tena, en su excelente bitácora Amor.
Tena, nos recordaba a muchos cristianos, lo evidente: “Dios no existe, Dios es”.
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Tal afirmación, es de San Anselmo y está fundamentada nada menos que en las palabras pronunciadas por el mismo Dios a Moises en aquella zarza ardiente que conocemos desde que de parvulitos, cuando estudiábamos Historia Sagrada:
“y ellos me preguntarán: ¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?» Dios le dijo: «Yo soy el que soy (Yahvé)» (Ex 3,13-14).
En aquella escena culminante, Dios se reveló por primera vez, y nos vino a decir: Yo soy el único existente, el que está más allá de todo pero también el que actúa en la historia humana para conducirla a su fin.
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Él mismo Dios dió respuesta a su existencia, lo que pasa es que, con frecuencia nos olvidamos de sus palabras y perdemos, por falta de uso, la facultad para usar bien nuestros sentidos exteriores e interiores para experimentar su constante, segura y probada presencia en nuestras vidas. ¡Mea culpa!
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Ante esta miseria humana mía, me atrevo a reflexionar hoy con estos pensamientos, que pretenden ser más que otra cosa, deseo y oración:
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Al parecer, Militos, con su siempre excelente criterio, creyó oportuno reproducir para común conocimiento, el contundente argumento de un bloguero no menos notable, Santiago Tena, en su excelente bitácora Amor.
Tena, nos recordaba a muchos cristianos, lo evidente: “Dios no existe, Dios es”.
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Tal afirmación, es de San Anselmo y está fundamentada nada menos que en las palabras pronunciadas por el mismo Dios a Moises en aquella zarza ardiente que conocemos desde que de parvulitos, cuando estudiábamos Historia Sagrada:
“y ellos me preguntarán: ¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?» Dios le dijo: «Yo soy el que soy (Yahvé)» (Ex 3,13-14).
En aquella escena culminante, Dios se reveló por primera vez, y nos vino a decir: Yo soy el único existente, el que está más allá de todo pero también el que actúa en la historia humana para conducirla a su fin.
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Él mismo Dios dió respuesta a su existencia, lo que pasa es que, con frecuencia nos olvidamos de sus palabras y perdemos, por falta de uso, la facultad para usar bien nuestros sentidos exteriores e interiores para experimentar su constante, segura y probada presencia en nuestras vidas. ¡Mea culpa!
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Ante esta miseria humana mía, me atrevo a reflexionar hoy con estos pensamientos, que pretenden ser más que otra cosa, deseo y oración:
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¡SIENTE!, ¡SÉ!
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Usa tus ojos
para ver la belleza.
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Usa tus oídos,
para escuchar a quien te regale su palabra.
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Usa tu gusto,
para saborear los logros de tus
esfuerzos
.
Usa tu tacto,
para sentir y dar amor,
.
Usa tu olfato, para percibir el olor
de los demás…
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Y usa tu sexto sentido,
el más importante,
para distinguir la diferencia
entre el bien y el mal,
entre dar o recibir,
entre construir o desmoronar.
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A veces miramos sin ver,
oímos sin escuchar,
olemos sin percibir,
probamos sin saborear,
tocamos pero superficialmente.
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No se trata de que sean solo cinco…o seis
sino de cómo los utilizas.
Exterioriza todos tus sentidos,
deja que las personas sepan que las quieres,
que las necesitas…
.
Cultiva tus sentidos interiormente
Utilizalos bien
El bien que hagas hoy, probablemente será olvidado mañana.
Pero no importa, haz el bien de todas formas.
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Haz como Él, que pasó por el mundo haciendo el bien.
Haz como Él, ¡Siente!,
Haz como Él, ¡SÉ!
para ver la belleza.
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Usa tus oídos,
para escuchar a quien te regale su palabra.
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Usa tu gusto,
para saborear los logros de tus
esfuerzos
.
Usa tu tacto,
para sentir y dar amor,
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Usa tu olfato, para percibir el olor
de los demás…
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Y usa tu sexto sentido,
el más importante,
para distinguir la diferencia
entre el bien y el mal,
entre dar o recibir,
entre construir o desmoronar.
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A veces miramos sin ver,
oímos sin escuchar,
olemos sin percibir,
probamos sin saborear,
tocamos pero superficialmente.
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No se trata de que sean solo cinco…o seis
sino de cómo los utilizas.
Exterioriza todos tus sentidos,
deja que las personas sepan que las quieres,
que las necesitas…
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Cultiva tus sentidos interiormente
Utilizalos bien
El bien que hagas hoy, probablemente será olvidado mañana.
Pero no importa, haz el bien de todas formas.
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Haz como Él, que pasó por el mundo haciendo el bien.
Haz como Él, ¡Siente!,
Haz como Él, ¡SÉ!
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Jonathan Livingston Seagull - Be - Neil Diamond
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4 comentarios:
Me encanta este post de hoy, sentido de verdad. ¿Sabes? yo siempre he querido mucho a todo el mundo, pero no lo demostraba. Creía que con querer ya era suficiente, pero desde hace poco he sentido una llamada que me ha dicho que no basta con querer que las personas tienen que notar que las quieres, que hay que hablar y demostrárselo.
Y si ha de ser así con los demás, ¿Cómo tendrá que ser con Dios?
Gracias este post también es una llamada,
Un beso. ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
Estoy tan desvelada como en mis buenos tiempos.
Precioso video para la vista y el oído y bueno, yo diría que hasta el sabor y el olor a mar me ha llegado. Sólo me falta el tacto, pero eso llega por dentro.
Las nubes siempre han sido un misterio para mí y estoy segura que al final de los tiempos, el cielo y el mar se fundiran, serán uno.
Has elegido genial este video. El dibujo tambiés es muy bonito, ¿Es tuyo?, Los colores y la luz...¡precioso!
Un beso
agradezco la mención, arcendo, en ello seguimos
mi saludo y mi agradecimiento también a militos por la difusión
Qué precioso post Arcen... me ha tocado el corazón.
SIENTE, SE! es divino.
Y qué grande es lo que dice Dios de sí mismo. Todo lo demás no es, no existe sino en El. El único que verdaderamente ES. Qué grande.
Gracias cielo.
Besos.
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