martes, 14 de abril de 2009

MISIÓN ¡¡¡POSIBLE!!!

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¿Y después de la Resurrección…¿QUÉ?
Después de todo ese sufrimiento, después de ese máximo ejemplo de aceptación y de sacrificio… ¿QUÉ?
¿Nos ha servido a nosotros de algo, recordar, aquel acontecimiento histórico, o es solo un evento más, encerrado en los libros sin más, por muy sagrados que estos sean?
Lo sabemos, sí, Cristo resucitó, REVIVIÓ después de todo, pero ¿QUÉ?
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Nosotros, los que pretendemos seguir los pasos del Maestro y sus enseñanzas, no podemos permanecer inmóviles, ni apáticos tras esas horas de luz y conversión vividas estos días, tenemos que hacer algo, tenemos que llevar a la práctica ese mensaje de alegría y salvación a TODOS.
Nuestra más IMPORTANTE E INELUDIBLE OBLIGACIÓN, es que nadie, NADIE que pase por nuestras vidas, se quede sin al menos haber tenido la oportunidad de oír ese mensaje de Amor y Salvación que el Padre nos brinda. Porque muchas veces…, habrá quienes solo podrán oir esa voz de Dios … de nuestra propia boca. ¡Que privilegio tenemos, pero que gran responsabilidad!.
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Por eso, aquí no cabe el miedo, ni la prudencia, como decía Santo Tomás, “lo que se debe hacer, se debe hacer”.
La prudencia, en este caso, se enmascara de esa extraña forma de comodidad que nos invitaría a dejar de hacer lo que debemos hacer cuando el hacerlo nos trae problemas o disgusta a alguien. Es entonces cuando esta virtud, que lo es en otras ocasiones, se convierte en un mal vicio que maniata, que nos anima al no, en caso de duda o riesgo. En este caso, como decía San Josemaría…lo que prima es "¡Dios y audacia!".
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Se habla mucho de resignarnos ante lo inevitable, de no hacer nada, porque las cosas tienen que seguir su curso predestinado; y esto es algo que no podemos aceptar.
Nunca, a pesar de las habladurías, he entendido que la resignación sea una virtud cristiana, para mí, es todo lo contrario. Jesús también llegó a un mundo dormido y resignado ante la fatalidad y sin embargo nos invita a rebelarnos contra el mal para vencerlo.
No debemos confundir nunca, la resignación con la aceptación serena de la realidad, siempre que se entienda que la realidad no es una piedra para sentarse en ella a llorar, sino un trampolín en el que hay que apoyar bien los pies para saltar constantemente hacia otra realidad mejor. La resignación pasiva es un suicidio diario y además un pecado, porque es una tremenda falta de amor hacía el prójimo.
La aceptación cristiana es el esfuerzo diario por levantarse tras un tropezón. El cielo, es un fruto que ya vendrá. Pero nunca llegará si ahora dejamos que a ese gran árbol de Gracia se le pudran las raíces.
El camino es arduo, porque es Cruz, pero…. es el único para salvar este mundo que vivimos. De todos es conocida aquella frase del autor de “la decadencia de Occidente”, Oswald Spengler:
Al final, en tiempos de crisis, siempre ha sido un batallón de soldados, el que ha salvado la civilización"; y es verdad, pero a mi me gusta complementar aquella lapidaria frase con otra de un autor, mucho más nuestro, mucho más cristiano, G.K. Chesterton:
Al hombre de cada siglo le salva un grupo de hombres que se oponen a sus gustos”. Esta frase, si que es una ley histórica que hoy tiene más sentido que nunca. Y que es más difícil, porque nunca fue tan fuerte la corriente que nos empuja a ser como los demás.
Así, todo radica, en primer lugar en ser fieles a nosotros mismos, y eso es algo que siempre se paga caro. Hoy, el hombre, si quiere subsistir debería atreverse a ser diferente si eso es necesario para seguir siendo fiel a su alma.
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Si queremos ser la sal del mundo, hemos de empezar por ser diferentes, por cambiar nosotros mismos, ¿para qué sirve la sal que se ha vuelto insípida, la sal que se ha «adaptado» y ya sabe como el resto de los demás alimentos?
Claro que hay que empezar por tener el corazón muy en Dios para hablar de Él.
El cristiano es un apóstol, no un charlatán de feria. Y tiene que empezar por cumplir aquel consejo que daba Von Hügel: «Cuando el cristianismo es odiado por el mundo, la hazaña que al cristiano le corresponde realizar no es mostrar elocuencia de palabra, sino grandeza de alma. Por eso no hables demasiado de las cosas grandes: déjalas crecer dentro de ti.».
Revolución sí, pero revolución interior. ¡ANTES!.
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En este punto, dejadme que os diga que me gusta ser cristiano, me encuentro muy feliz de serlo. Pero también me siento, a veces muy avergonzado de serlo tan mediocremente.
Pero también sé, que mi mediocridad -por grande que sea- es siempre muchísimo más pequeña que la misericordia y la alegría de Dios.
SI, es cierto, todas nuestras estupideces, todos nuestros dolores empañan tan poco a Dios como las manchas al sol. El está ahí, brillante, luminoso, seguro, feliz, encima de nosotros. A su luz es siempre primavera. El es el Faro Luminoso, capaz de disipar para siempre las tinieblas de este pobre mundo contemporáneo.
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Por eso, no estoy pidiendo que regresemos al «orgullo exterior» de ser católicos, sino simplemente a serlo con espontaneidad y a expresarlo naturalmente. No se trata de convertir a los cristianos en hinchas de fútbol, que sólo saben hablar de su propio equipo, sino en gente a quien la fe le salga por las obras como sale de los pulmones la respiración. Cuando hayamos crecido así, lo suficiente, la fe saldrá en nuestras palabras como les brotan las rosas a los rosales. Pero eso también exige esfuerzo, preparación y oración, que es por donde tenemos que empezar.
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Tal como está rulando el mundo, parece que esta misión nuestra es imposible, pero no estamos solos, con EL todo es POSIBLE, El marca la diferencia.
Pero ahora, de nosotros depende enseñar, como ha dicho Benedicto XVI, “¡Que esta Cruz pueda ser para todos, signo del Amor invencible de Cristo!” .
¡INVENCIBLE!, con eso, está dicho todo. Ahora, con EL, con su resurrección, ese sueño de un mundo mejor, que antes era imposible.... está al alcance de nuestra voluntad. Querer (amar) es PODER INVENCIBLE, EL SUEÑO Y LA MISIÓN..YA SON POSIBLES.

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8 comentarios:

eligelavida dijo...

Estoy de acuerdo. Una cosa es la resignación (me aguanto porque no me queda más remedio), y otra el santo abandono. Preguntas ¿y ahora, qué? Pienso que ahora es el momento de ser verdaderamente cristianos, no simples cumplidores de preceptos, sino auténticos testigos de Cristo.

Militos dijo...

Mira Arcendo, yo sé que todo es posible como tú dices y que lo que necesitamos los católicos de hoy es vivir nuestra fe con toda naturalidad, como algo que es tan nuestro que no se puede separar de nuestra manera de ser. y por vivirla honda y personalmente no vamos soltando arengas ni amenazando con catastrofismos, sino con la alegría por delante y con la seguridad de que tenemos la verdad y queremos darla a los demás para que sean felices, no para condenar a nadie, sino para enseñarles a amar de verdad. Denunciar lo que está mal hay que hacerlo, sea quien sea, pero sabiendo como dices que esa misericordia de Dios nos tiene que llegar a nosotros porque ninguno nos salvaríamos sin ella y también a los que andan errados por la vida.
Magnífico post para comienzo de semana.

Un beso del alma

Guerrera de la LUZ dijo...

Preciosísimo post Arcen!, súper necesario. No tenemos consciencia de hasta dónde puede llegar una sóla palabra nuestra, que no somos nada más que un cablecito.

Es el Espíritu Santo quien lo dice todo cuando estamos abandonados en El, por más pobres, penosos y ridículos que seamos. Mira los apóstoles, no eran nada hasta que llegaron las Lenguas de Fuego. Tú y yo lo mismo.(yo por lo menos)

Besos incendiados, mi vida.

Somos El. Todo es decir SI.

Guerrera de la LUZ dijo...

Por ciertooo cielo, estas haciendo la novena a la Misericordia Divina por fin?

Qué bonita es verdad?

Muakis¡

Militos dijo...

Lo que ocurre es que el camino es largo ("hay un largo camino") y pedregoso y el desierto a nuestro lado, y las palabras parece que caen en vacío...pero tú lo has dicho hay que seguir, seguir... y seguir creyendo y hablando de lo que crees.
Dios y Audacia
DYA, ese es el secreto.
Un beso del alma

maria jesus dijo...

Hay que tener para dar.

Apostolado del ejemplo.

Un abrazo

alter-ego dijo...

Todo los comentaristas que escriben,hace falta sacrificio y ayudarnos mutuamente,espirutualmente,porque el mal está ahí afuera.Como dice Militos el camino es largo y duro.Llegar es un reto.Saludos Arcen.

Magicomundodecolores dijo...

Arcendo: buen post para empezar el día, te respondo con un post hoy que se llama: "Todo discípulo es un creyente, pero no todo creyente es un discípulo", pues nosotros, si queremos ser discípulos, no tenemos que llevar un cartel en la frente, pero sí tenemos que creer con fe firme y que soporte los vendavales que se nos enciman.
Este tema es importante sacarlo a los blogs de vez en cuando, porque no basta que recemos en intimidad con Dios: hay que llevarlo a los que no le conocen, hay que despertar a los creyentes dormidos, a los que no se mueven por comodidad.
Espero que estés haciendo la Novena de la Misericordia, si te ha cogido tarde no te preocupes, te puedes "enganchar", es hasta el domingo. Yo la estoy ofreciendo por todos mis amigos blogueros.
Besitos a todos y que Dios les bendiga.

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