LUGAR APROPIADO, MOMENTO APROPIADO.

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Desde el pasado día 8 de Mayo y hasta pasado mañana día 15, Benedicto XVI se encuentra en Tierra Santa como Pastor y peregrino.
Sin embargo, la visita del Papa a Tierra Santa no es, pues, un simple peregrinaje religioso a las fuentes de la fe. Es algo más. Es mucho más.
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Porque además de predicar la paz y el diálogo interreligioso, Benedicto XVI ha ido a mostrar su apoyo explícito a los católicos de aquel complicado punto de la tierra.
No olvidemos que muchos, por ejemplo en Belén los católicos, casi viven encerrados en un gueto, por no hablar de los que habitan en Gaza.
Hace muchos meses que se planeó este viaje. Pero siempre se pospuso por “prudencia”; de todos es sabido que la temperatura del conflicto árabe-israelí, con los cristianos de por medio está en continua ebullición. ¿Qué hacer entonces? ¿Habría que haber esperado un momento mejor?
Algunos decían: "La situación es difícil, por eso es mejor que no venga". Otros, en cambio: "La situación es difícil, por eso esperamos que venga".
El Papa lo ha tenido claro, ¡HABÍA QUE IR!. Era justo que la Iglesia mostrara su mano maternal sobre aquellos que quieren permanecer fieles en aquellas Tierras.
La prudencia no era tal, no había lugar para el miedo.
¿Qué se podría decir a todos aquellos peregrinos, si al final el Papa hubiera cancelado la visita? ¿Cómo podríamos incluso animarles a venir, en otras ocasiones?
El Papa, un hombre de 82 años, a sabiendas de que este viaje apostólico resultaría fatigoso en muchos aspectos, desde el primer momento, lo tuvo claro. ¡HABÍA QUE IR!
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No es un viaje fácil. Nada es fácil para Benedicto XVI, sometido constantemente, a ojos de algunos, a la comparación con su carismático predecesor. Pero el Papa, que es un hombre inteligente y lleno del Espíritu, está sabiendo en todo momento, encontrar el equilibrio justo y mantenerlo.
El Papa, es un gran teólogo y también un gran conocedor de la cultura bíblica, tanto del Nuevo Testamento, como del Antiguo y por ese conocimiento APASIONADO, de la cultura y la tradición judía, es un enamorado de aquellas tierras, que fueron referencia en nuestra religión. En el corazón del Papa, gracias al espíritu, hay sitio para todos, cristianos, judíos y musulmanes. El Papa es el portavoz de la Paz que necesita el mundo, de la Paz de Cristo.
"Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, escucha el grito de lo afligidos, de los temerosos, de los desheredados. Manda la paz a Tierra Santa, a Oriente Medio y a toda la familia humana". Eso dice el mensaje que el Papa dejó en una de las hendiduras del Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para los judíos.
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Benedicto XVI, es el Vicario de Jesús en esta tierra y su autoridad moral y la de toda la Iglesia está encarnada en su figura.
Por eso este viaje, a pesar de las muchas dificultades, no podría salir mal. A este papa hay que escucharle y reflexionar, probablemente nuestro querido Juan Pablo II, tenía otros carismas, sin embargo este nuevo sucesor de la Cátedra de Pedro, tiene otros, tiene otros muchos, igualmente valorables, y probablemente los que hoy necesita el mundo.
Además, cuenta la GRACIA de estado y con el apoyo incondicional y las oraciones de los católicos. Esas son sus armas, pero sobre todo con la sencillez y la humildad de un sabio ENAMORADO de Jesucristo, de sus tierras y de sus gentes.
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Evidentemente no era fácil, pero el Papa lo está haciendo posible, porque gracias a la Providencia Divina, tenemos en este momento, el Sumo Pontífice que hoy necesita el mundo. Por eso, en este día de la Virgen de Fátima, tan ligada a su querido predecesor, yo le quiero pedir a la Madre, por Benedicto XVI, para que culmine su viaje y su Pontificado, con esa valentía y ejemplo, tan de agradecer y admirar en este mundo tan cómodo, tan “prudente” y tan egoísta.
Querido Papa, querido amigo, querido pastor bueno:

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¡Te esperamos en Madrid!

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