.
Como ya he contado aquí alguna vez, después de un período muy oscuro de mi vida, afortunadamente tuve la inmensa suerte de conocer el Opus Dei.
Antes de aquella experiencia que marcó un antes y un después, que me abrió los ojos y que supuso una auténtica conversión; yo ya tenía la semilla de Dios dentro, plantada y regada con palabras, rezos y llantos de mi querida madre, pero no acababa de crecer.
Es emocionante ver como Dios no da nada por perdido y se empeña en hacerse el encontradizo, nunca se cansa de mostrarse, de brindarnos oportunidades. Es conmovedor ver como El Señor utiliza hasta nuestros más grandes errores para mostrarse a nosotros.
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La intensidad en mi relación con Dios, fue tardía. Se presentó un buen día, en forma de un amigo de los de verdad, y llegó en un momento en que la vida se me caía a pedazos.
Desde entonces, lentamente mi vida fue cambiando, las cosas parecían igual, pero yo les encontraba un nuevo sentido.
"Camino", probablemente fue mi banderín de enganche, “Que tu vida no sea una vida estéril. –Sé útil. –Deja poso. –Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en tu corazón”. Ese primer punto, ya de por sí, era atractivo para empezar todo de nuevo. ¡Que gran experiencia!... ¡que ambicioso proyecto!; mi vida anterior, ante este gran AMOR no tenía ningún sentido. Era hora, aún con todas mis miserias, de coger Su Mano. ¡Bendito sea Dios, que nunca se cansó de mi!.
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Escribo estas palabras, consciente de que algunos de lo que me lean, puedan estar pasando por momentos de soledad o de silencio. A estos, quisiera animar tan solo contando mis experiencias y mis ocurrencias. Quisiera decirles que incluso, en todos los momentos malos, ya sean buscados o encontrados, Dios sigue ahí.
Como ya he contado aquí alguna vez, después de un período muy oscuro de mi vida, afortunadamente tuve la inmensa suerte de conocer el Opus Dei.
Antes de aquella experiencia que marcó un antes y un después, que me abrió los ojos y que supuso una auténtica conversión; yo ya tenía la semilla de Dios dentro, plantada y regada con palabras, rezos y llantos de mi querida madre, pero no acababa de crecer.
Es emocionante ver como Dios no da nada por perdido y se empeña en hacerse el encontradizo, nunca se cansa de mostrarse, de brindarnos oportunidades. Es conmovedor ver como El Señor utiliza hasta nuestros más grandes errores para mostrarse a nosotros.
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La intensidad en mi relación con Dios, fue tardía. Se presentó un buen día, en forma de un amigo de los de verdad, y llegó en un momento en que la vida se me caía a pedazos.
Desde entonces, lentamente mi vida fue cambiando, las cosas parecían igual, pero yo les encontraba un nuevo sentido.
"Camino", probablemente fue mi banderín de enganche, “Que tu vida no sea una vida estéril. –Sé útil. –Deja poso. –Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en tu corazón”. Ese primer punto, ya de por sí, era atractivo para empezar todo de nuevo. ¡Que gran experiencia!... ¡que ambicioso proyecto!; mi vida anterior, ante este gran AMOR no tenía ningún sentido. Era hora, aún con todas mis miserias, de coger Su Mano. ¡Bendito sea Dios, que nunca se cansó de mi!.
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Escribo estas palabras, consciente de que algunos de lo que me lean, puedan estar pasando por momentos de soledad o de silencio. A estos, quisiera animar tan solo contando mis experiencias y mis ocurrencias. Quisiera decirles que incluso, en todos los momentos malos, ya sean buscados o encontrados, Dios sigue ahí.
A veces, las pruebas son duras, y vienen de la mano de enfermedades e incluso de muerte, de desalientos y de injusticas, pero Dios saca siempre de donde no hay, como ocurrió en mi caso y como me pasa a diario con mis dolencias anímicas o somáticas, de lo malo, Dios siempre saca lo mejor.
Dios sabe porque pasan las cosas y siempre van en un único sentido, solo tienen un propósito: “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”. ¡Todos!, y en ese todos, estamos incluidos tu y yo también, de forma personal, con nuestros nombres y dos apellidos.
El quiere a todas sus criaturas individualmente y los quiere inmensamente, de tal manera que la mente y el corazón humano es incapaz de concebir. El buen pastor no deja de luchar por ninguna de sus ovejas.
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Con respecto a los silencios de Dios, que tanto nos hacen sufrir, habría mucho que decir. Hablemos pues del silencio. Muchos dicen que Dios no existe porque no se manifiesta, no nos habla. Otros se desesperan porque, aparentemente, esos silencios aparecen en los peores momentos, cuando más necesitamos de aliento e inspiración. Pero analicemos un poco...
El quiere a todas sus criaturas individualmente y los quiere inmensamente, de tal manera que la mente y el corazón humano es incapaz de concebir. El buen pastor no deja de luchar por ninguna de sus ovejas.
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Con respecto a los silencios de Dios, que tanto nos hacen sufrir, habría mucho que decir. Hablemos pues del silencio. Muchos dicen que Dios no existe porque no se manifiesta, no nos habla. Otros se desesperan porque, aparentemente, esos silencios aparecen en los peores momentos, cuando más necesitamos de aliento e inspiración. Pero analicemos un poco...
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Como muchos amigos míos ya saben, uno de mis directores de cine favoritos es Ingmar Bergman, al que muchos, a mi modo de ver equivocadamente, le llaman el cineasta del “silencio de Dios”; sin embargo para mí, Bergman es un hombre en constante búsqueda, un hombre de preguntas y en muchos de sus films, de grandes respuestas. Bergman pudo abrir algunas puertas que sin él, el cine nunca habría podido abrir.
¿No son también los místicos, grandes buscadores?. Bergman fue uno de los cineastas más místicos de la historia del séptimo arte.
Obras suyas como "El Séptimo Sello" o sobre todo "Fresas Salvajes", pueden parecer pesimistas y tenebristas, pero su síntesis final, ante la vida y la existencia humana es esperanzador, feliz y positivo, concluyendo que la vida sólo tiene sentido si se basa en el amor hacia los seres queridos. Dios utiliza sus silencios para llevarnos a esas conclusiones.
.
Pero sigamos hablando de silencios, que es nuestra constante de hoy. Una de las cosas más curiosas e importantes que descubrí en aquellos tiempos en mi relación con la Obra es precisamente, el silencio. Me llamaba mucho la atención, como en aquellos cursos de retiro el silencio era norma, y es que realmente, a través del silencio, la voz de Dios se acababa escuchando, aunque no lo quisieras.
.
Hace poco leí sobre otro cineasta, concretamente este, se dedicaba a grabar sonidos de la naturaleza para los documentales de cine y televisión, y decía que en 1968 para obtener una hora de sonido natural tranquilo, sin ruido de aviones, coches.. etc., necesitaba 15 horas de grabación. Sin embargo, ahora reconocía que para filmar esa misma hora de sonido tranquilo en 2009, precisaba de ¡2000 horas de tiempo de grabación!.
Esta anécdota me trae a la memoria la historia bíblica del profeta Elías. Elías anduvo y anduvo y ya estaba cerca de su meta, se encontraba tenso y agotado, y dudaba si seguir adelante. Entonces Dios le dijo, “Elías, sube a la montaña, porque yo estoy allí”; así que Elías, sacó fuerzas de flaqueza y subió a la montaña, y salío un fuerte viento de la misma y le zarandeó, pero ¡Dios no estaba en el viento!. Entonces tuvo lugar un terremoto, pero ¡Dios tampoco estaba ahí!. Después hubo un gran incendio en toda la montaña, pero ¡Dios tampoco estaba en el fuego!. Por fín, al final....llegó casi imperceptible... la pequeña y quieta voz de Dios.
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Sobre esa voz, hay muchas interpretaciones, algunos creen que la palabra hebrea con la que se nombra en la Escritura, no se refiere a un sonido que puedas escuchar con los oídos, no como un sonido audible. Otros traductores, interpretan la frase como que “Dios estaba en el sonido del silencio puro”. ¡Dios no estaba en el viento, no estaba en el terremoto, no estaba tampoco en el fuego!, ¡Dios estaba en el silencio!... ¿Por qué, entonces nos es tan difícil tratar con el silencio?...
.
Actualmente, millones de personas a diario se exponen constantemente a miles de ruidos; de hecho muchos sonidos de los que escuchamos están denunciados como contaminación medio ambiental, por la cantidad de decibelios que suponen.
Tenemos móviles, televisión, algunos hasta dos o tres, mp3 y mp4, cds, dvds, radios, y todos estos artilugios están siempre encendidos, en casa, en el coche, en el trabajo, en la tienda; siempre, continuamente metiéndonos ruidos.
¿Hay relación entre la cantidad de ruido que escuchamos cada día y nuestra incapacidad para escuchar a Dios? Veamos una vez más lo que nos dice la Biblia:
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“Dijeron a todo Israel, ¡Calla y escucha!” Deuteronomio 27.9
“Escuchen a su corazón y cállense” Salmos 4.4
“Pero el Señor está en su templo sagrado, que toda la tierra calle ante Él” Habacuc 2.20
“Vengan a mí, todos los que estén cansados y agobiados, que yo les aliviaré” Mateo 1.1
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Si yo no estoy quieto y callado… ¿Cómo Dios podrá aliviarme? ¿Cómo podré descansar en Él?. Hemos pasado tanto tiempo preocupados y hablando desesperadamente de situaciones difíciles y confusas, hemos metido tanto ruido en nuestra vida, que hemos perdido el silencio y con el, la capacidad de escuchar a Dios.
¿Por qué nos es más fácil hablar que escuchar?... aprendamos del Maestro: “Jesús se retiraba a lugares solitarios y oraba” Lucas 5.16.
El silencio y la soledad eran costumbres comunes, ordinarias en la vida de Jesús, ¿Cuánto tiempo hace que tú, estuviste por última vez en un lugar solitario? ¿Qué tiene el silencio que lo hace tan difícil, tan incómodo? ¿Por qué nos es más fácil vivir rodeados de ruido? ¿A cuanto ruido nos exponemos VOLUNTARIAMENTE a lo largo del día?
.
Quizás las soluciones que buscamos en nuestra vida, solo están, simplemente en escuchar la voz de Dios. Si realmente creemos que la voz de Dios y lo que tenga que decirnos es más importante que todas las voces que nos rodean, ¿por qué la ocultamos con miles de interferencias?
Dios no está en los vientos, ni en los terremotos, ni en los incendios; Dios nos sigue esperando en el silencio, ese mismo silencio que ahora tanto nos pesa, ese silencio que a veces, nos desespera y nos angustia, en ese mismo brutal y aplastante silencio que alguna vez experimentamos, allí está Él, esperando...para ayudarnos, para ofrecernos su mano amorosa, para darnos un gran abrazo, para guiarnos, para escucharnos, para sanarnos.
Como muchos amigos míos ya saben, uno de mis directores de cine favoritos es Ingmar Bergman, al que muchos, a mi modo de ver equivocadamente, le llaman el cineasta del “silencio de Dios”; sin embargo para mí, Bergman es un hombre en constante búsqueda, un hombre de preguntas y en muchos de sus films, de grandes respuestas. Bergman pudo abrir algunas puertas que sin él, el cine nunca habría podido abrir.
¿No son también los místicos, grandes buscadores?. Bergman fue uno de los cineastas más místicos de la historia del séptimo arte.
Obras suyas como "El Séptimo Sello" o sobre todo "Fresas Salvajes", pueden parecer pesimistas y tenebristas, pero su síntesis final, ante la vida y la existencia humana es esperanzador, feliz y positivo, concluyendo que la vida sólo tiene sentido si se basa en el amor hacia los seres queridos. Dios utiliza sus silencios para llevarnos a esas conclusiones.
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Pero sigamos hablando de silencios, que es nuestra constante de hoy. Una de las cosas más curiosas e importantes que descubrí en aquellos tiempos en mi relación con la Obra es precisamente, el silencio. Me llamaba mucho la atención, como en aquellos cursos de retiro el silencio era norma, y es que realmente, a través del silencio, la voz de Dios se acababa escuchando, aunque no lo quisieras.
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Hace poco leí sobre otro cineasta, concretamente este, se dedicaba a grabar sonidos de la naturaleza para los documentales de cine y televisión, y decía que en 1968 para obtener una hora de sonido natural tranquilo, sin ruido de aviones, coches.. etc., necesitaba 15 horas de grabación. Sin embargo, ahora reconocía que para filmar esa misma hora de sonido tranquilo en 2009, precisaba de ¡2000 horas de tiempo de grabación!.
Esta anécdota me trae a la memoria la historia bíblica del profeta Elías. Elías anduvo y anduvo y ya estaba cerca de su meta, se encontraba tenso y agotado, y dudaba si seguir adelante. Entonces Dios le dijo, “Elías, sube a la montaña, porque yo estoy allí”; así que Elías, sacó fuerzas de flaqueza y subió a la montaña, y salío un fuerte viento de la misma y le zarandeó, pero ¡Dios no estaba en el viento!. Entonces tuvo lugar un terremoto, pero ¡Dios tampoco estaba ahí!. Después hubo un gran incendio en toda la montaña, pero ¡Dios tampoco estaba en el fuego!. Por fín, al final....llegó casi imperceptible... la pequeña y quieta voz de Dios.
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Sobre esa voz, hay muchas interpretaciones, algunos creen que la palabra hebrea con la que se nombra en la Escritura, no se refiere a un sonido que puedas escuchar con los oídos, no como un sonido audible. Otros traductores, interpretan la frase como que “Dios estaba en el sonido del silencio puro”. ¡Dios no estaba en el viento, no estaba en el terremoto, no estaba tampoco en el fuego!, ¡Dios estaba en el silencio!... ¿Por qué, entonces nos es tan difícil tratar con el silencio?...
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Actualmente, millones de personas a diario se exponen constantemente a miles de ruidos; de hecho muchos sonidos de los que escuchamos están denunciados como contaminación medio ambiental, por la cantidad de decibelios que suponen.
Tenemos móviles, televisión, algunos hasta dos o tres, mp3 y mp4, cds, dvds, radios, y todos estos artilugios están siempre encendidos, en casa, en el coche, en el trabajo, en la tienda; siempre, continuamente metiéndonos ruidos.
¿Hay relación entre la cantidad de ruido que escuchamos cada día y nuestra incapacidad para escuchar a Dios? Veamos una vez más lo que nos dice la Biblia:
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“Dijeron a todo Israel, ¡Calla y escucha!” Deuteronomio 27.9
“Escuchen a su corazón y cállense” Salmos 4.4
“Pero el Señor está en su templo sagrado, que toda la tierra calle ante Él” Habacuc 2.20
“Vengan a mí, todos los que estén cansados y agobiados, que yo les aliviaré” Mateo 1.1
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Si yo no estoy quieto y callado… ¿Cómo Dios podrá aliviarme? ¿Cómo podré descansar en Él?. Hemos pasado tanto tiempo preocupados y hablando desesperadamente de situaciones difíciles y confusas, hemos metido tanto ruido en nuestra vida, que hemos perdido el silencio y con el, la capacidad de escuchar a Dios.
¿Por qué nos es más fácil hablar que escuchar?... aprendamos del Maestro: “Jesús se retiraba a lugares solitarios y oraba” Lucas 5.16.
El silencio y la soledad eran costumbres comunes, ordinarias en la vida de Jesús, ¿Cuánto tiempo hace que tú, estuviste por última vez en un lugar solitario? ¿Qué tiene el silencio que lo hace tan difícil, tan incómodo? ¿Por qué nos es más fácil vivir rodeados de ruido? ¿A cuanto ruido nos exponemos VOLUNTARIAMENTE a lo largo del día?
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Quizás las soluciones que buscamos en nuestra vida, solo están, simplemente en escuchar la voz de Dios. Si realmente creemos que la voz de Dios y lo que tenga que decirnos es más importante que todas las voces que nos rodean, ¿por qué la ocultamos con miles de interferencias?
Dios no está en los vientos, ni en los terremotos, ni en los incendios; Dios nos sigue esperando en el silencio, ese mismo silencio que ahora tanto nos pesa, ese silencio que a veces, nos desespera y nos angustia, en ese mismo brutal y aplastante silencio que alguna vez experimentamos, allí está Él, esperando...para ayudarnos, para ofrecernos su mano amorosa, para darnos un gran abrazo, para guiarnos, para escucharnos, para sanarnos.
.
Amigo, amiga…., no te entristezcas, no dudes. El silencio que experimentas en estos momentos, no es malo, es una gran oportunidad, ¡aprovechala!. Dios quiere más silencio y quiere que le busques ahí, aparta los parásitos sonoros y escucha.
¡Silencio!, agudiza el oído y oirás los dulces susurros de "la pequeña y quieta voz de Dios".
Amigo, amiga…., no te entristezcas, no dudes. El silencio que experimentas en estos momentos, no es malo, es una gran oportunidad, ¡aprovechala!. Dios quiere más silencio y quiere que le busques ahí, aparta los parásitos sonoros y escucha.
¡Silencio!, agudiza el oído y oirás los dulces susurros de "la pequeña y quieta voz de Dios".
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Hoy para finalizar, TRIO de vídeos, el primero "de reflexión", pertenece a la comentada película de Bergman, "Fresas salvajes", es uno de mis fragmentos preferidos.
La siguiente es de dedicación, ¡SOMOS SUYOS! no lo olvides NUNCA
Y el tercero... SILENCIO... SOLO SILENCIO... escuchalo
* * * * *
15 comentarios:
Mis queridos amigos:
Agradezco vuestros comentarios pero a pesar de mi deseo de contestaros individualmente, todavía no tengo la suficiente capacidad visual para escribir.
De hecho mis últimos post y este comentario común para todos vosotros se los he dictado a mi sobrina Mari Carmen que es la encargada de subirlos a la Red, aunque no siempre puede estar ejerciendo como mi secretaria.
Al parecer y cuando creía que podía valerme con un solo ojo,he sufrido una recaída en el periscopio recién operado de estribor, según dicen debido a la refracción ultrvta del monitor, y eso que es de pantalla negra.O sea, no estéis demasiadas horas frente a la pantalla,
Puesto que pronto me intervendrán en el periscopio de babor y seguramente tendrán que retocarme el recién operado, creo que hasta mediados de Enero no estaré en condiciones de reintegrarme plenamente en Blogger.
Os quiere
José Luís de Valero.
Querido José Luis, corro a contestarte en tu blog.
Querido ARcen: Leo mañana tu apetitoso post. Estoy agotado. Hoy casi no me he acostado después de trabajar. Tenía visita con el cirujano y me confirma la operación. Ni idea para cuando. Lista de espera supongo. Estos días estoy disfrutando con tu página.Mañana también es un dia complicado para mí, or eso mi post estará hasta el sábado si D.q.. Recibisteis el email que Tere te envió a través de mi?
Un abrazo
Querido Ángel, a tí también te contesto en tu blog. SALUDOS
Después de este post no queda más remedio que guardar silencio.
besiños
¿Te creiste que iba a guardar silencio?
Ay Arcendo, da gusto ver la sinceridad con que abres tu alma.
"Las cosas parecían igual, pero yo las encontraba un nuevo sentido"
Ese es el quid de todo, cuando se entra en contacto con el opus Dei, lo primero que te sorprende es que no hay que cambiar nada en tu vida diaria, no se saca a nadie de su sitio y sin embargo todo cambia, porque haces las mismas cosas, pero ahora para dar gloria a Dios.
El silencio siempre ha sido mi aliado, puede que por lo difícil que era tenerlo con tanto niño. El susurro de Dios sólo se escucha en el silencio.
Dices demasiadas cosas importantes en este post que habrá que leer en varias veces.
Esas dos películas de Bergman son las mejores. ¿Bergman tenebroso? Creo que supo llegar con sus películas a los finales más luminosos.
Buenas noches, teacher.
Besiños, volveré
Pues ahora tocará rezar por Valero y Angel. Hay que ver cómo estamos los amigos blogueros, esto es un sinvivir.
Ya lo anoto en mi lista de preferentes.
Menos mal que el trauma me dijo hoy que estoy un pelín, sólo un pelín mejor de la pierna, que podemos contar con la cadera bastante tiempo, pero que la rodilla seré yo la que le pida operarme cuando no pueda más. De ahí mi empeño en poder más.
¿Alguien más necesita remedio espiritual para sus males, por lo mío no recéis que no es nada del otro mundo. ¿Vale?
Besos a Angel y Valero y Besiños para ti
Ese silencio de las olas me llena de nostalgia, tengo que irme al mar, lo estoy necesitando, me has hecho polvo...
Es en el mar donde más encuentro a Dios, bueno y también en tus entradas,
Gracias y besiños silenciosos
Hace unos días leía en un blog estas hermosas palabras del Papa Juan Pablo II: ‘Dios busca al hombre, que es su propiedad particular de un modo diverso de como lo es cada una de las otras criaturas. Es propiedad de Dios por una elección de amor: Dios busca al hombre movido por su corazón de Padre’.
Queridos amigos y hermanos en XTO.JESÚS, el encuentro con JESÚS necesita de la puerta del silencio. Es verdad, al menos yo lo comparto y experimento, todo lo que comentas en tu reflexión. Sin un silencio previo en tu interior que precede a una actitud y disposición de verte, de mirarte, de encontrarte, no puedes encontrar a tu Creador, porque somos semejantes a ÉL, y al mirarnos nos vemos reflejados en ÉL.
Por eso todos los encuentros necesitan de previos silencios para que la relación se produzca.
Un deseo profundo de que te repongas, José Luis, igual que Ángel. También, gracias por tus consejos sobre la vista y el ordenador. Pienso que no debemos apegarnos tanto a él.
Un fuerte abrazos para todo.
Qué preciosa entrada, me ha emocionado.
Bien sabía Dios que en ti había donde sacar buenos tesoros.
Desde luego hoy se puede decir que has desnudado tu alma, sin duda unas palabras muy interesantes y que hacen reflexionar.
Saludos
Arcen,el silencio es el único lenguaje que Dios oye cada uno de nosotros.Te felicito una vez más.
QUE BUENO PARA LA VIDA.
EN REALIDAD EL SILENCIO ES UN DON QUE SE ALCANZA POCO A POCO Y NOS LIBRA DE TANTAS VIOLENCIAS, NOS ALCANZA A DIOS Y PERMITE MANTENER EL CORAZÓN EN PAZ.
MUCHAS GRACIAS POR ESE REGALO
UN ABRAZO
Que gran reflexión Arcendo, gracias por compartirla. No conocía esas películas de Bergman que mencionas, pero por el fragmento que has añadido parece interesante. Intentaré conseguirlas. Y por cierto, menudo artistazo estás hecho, no creo que sea nada fácil componer imágenes para cada entrada.
Un abrazo.
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