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Gracias principalmente a los medios de comunicación social, el relativismo va minando todas las áreas. La confusión de conceptos es el instrumento más eficaz para manipular.
Cabría señalar en este caso, la descarada tergiversación, que se hace del uso del lenguaje, máxime cuando este esconde grandes mentiras bajo el sutil disfraz de eufemismos cocinados por los eficaces propagandistas mediáticos.
Séneca ya lo advertía: “Dondequiera que veas que la corrupción del lenguaje produce agrado, ten la seguridad de que allí también las costumbres se han apartado de la rectitud”
.
Uno de los ejemplos más patentes de esa perversión en el lenguaje sucede con la palabra “amor”. ¿Cuántas veces no habremos escuchado eso de “hacer el amor” identificándolo claramente con el acto sexual?
¿Se puede acaso, “hacer” el amor o es algo que ya existe y mana de un ser superior?.
Gracias principalmente a los medios de comunicación social, el relativismo va minando todas las áreas. La confusión de conceptos es el instrumento más eficaz para manipular.
Cabría señalar en este caso, la descarada tergiversación, que se hace del uso del lenguaje, máxime cuando este esconde grandes mentiras bajo el sutil disfraz de eufemismos cocinados por los eficaces propagandistas mediáticos.
Séneca ya lo advertía: “Dondequiera que veas que la corrupción del lenguaje produce agrado, ten la seguridad de que allí también las costumbres se han apartado de la rectitud”
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Uno de los ejemplos más patentes de esa perversión en el lenguaje sucede con la palabra “amor”. ¿Cuántas veces no habremos escuchado eso de “hacer el amor” identificándolo claramente con el acto sexual?
¿Se puede acaso, “hacer” el amor o es algo que ya existe y mana de un ser superior?.
Los cristianos lo tenemos claro. El hombre y la mujer, a través del acto sexual, no hacemos el amor, sino que expresamos el amor que nos tenemos y lo trascendemos en Amor hacía Él, que es quien nos ha unido.
Amor y sexo, van (pueden ir) juntos, sí, pero mientras que el sexo es un medio de expresión, el amor es un acto de voluntad y entrega.
Desgraciadamente, en la actualidad se identifica el sexo, incluso el ilícito, con el amor y se han modificado los parámetros, hasta hacerlos distintos de lo que son y significan.
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Como hemos dicho, amar es donación y esa cesión implica renuncia, entrega al otro, o en su amor al otro. Es algo que compromete mucho más que la simple contraprestación de placeres físicos.
Las palabras entrega, fidelidad, ejemplo, paternidad e incluso y por todo ello, sacrificio deben ir siempre indefectiblemente unidas al verdadero amor entre hombre y mujer, naturalmente constituido.
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¿Quiere decir esto que los católicos renunciemos de plano a la alegría, a la pasión, incluso a la fantasía del sexo? ¡En modo alguno!, los creyentes también tenemos una vida sexual excitante, me atrevería a pensar, por todo lo dicho anteriormente que incluso más pasional que los que solo van buscando placeres temporales.
Los psicólogos afirman que el amor es mayor en la medida de su firmeza y duración (de la relación, no se me entienda mal…jajaja), y esto es así, porque la unión de la pareja, no se limita solo a las caricias o al acto sexual, sino que abarca toda la vida, incrementándose cada día, a través del Amor y sus relaciones en familia. De ahí la razón de que el amor matrimonial, cimentado en Dios, lejos de agotarse hasta extinguirse, crece y se refuerza con el tiempo.
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El amor verdadero, no es un estado de ánimo, ni es fruto de un momento fugaz; es ante todo una disposición personal, en buena medida, depende de la constancia de quienes decidieron un día, unir sus vidas de forma voluntaria.
Bien es verdad, que perseverar en el tiempo, en la lucha por conservarlo a veces cuesta, y eso solo se logra, mediante la incansable y reiterada actitud de comprensión y ayuda en todo momento. El amorcillo fugaz y egoistón viene y va, el Amor voluntario se cultiva y permanece.
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En definitiva, como corolario yo propongo, ¡HABLEMOS CON PROPIEDAD!:
No se puede decir “vamos a hacer el amor”, porque eso es humanamente imposible, Dios es Amor y el Amor existe desde siempre. Antes bien hagamos todo con amor, hagamos todo por amor. Compartir, transmitir, participar el Amor que Dios puso dentro de nosotros, ese es nuestro cometido. No nos creamos lo que no somos, si acaso a lo que podemos aspirar, con la ayuda de Dios, es a ser buenos servidores del Amor; meros instrumentos del Amor, nada más…, y nada menos.
Amor y sexo, van (pueden ir) juntos, sí, pero mientras que el sexo es un medio de expresión, el amor es un acto de voluntad y entrega.
Desgraciadamente, en la actualidad se identifica el sexo, incluso el ilícito, con el amor y se han modificado los parámetros, hasta hacerlos distintos de lo que son y significan.
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Como hemos dicho, amar es donación y esa cesión implica renuncia, entrega al otro, o en su amor al otro. Es algo que compromete mucho más que la simple contraprestación de placeres físicos.
Las palabras entrega, fidelidad, ejemplo, paternidad e incluso y por todo ello, sacrificio deben ir siempre indefectiblemente unidas al verdadero amor entre hombre y mujer, naturalmente constituido.
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¿Quiere decir esto que los católicos renunciemos de plano a la alegría, a la pasión, incluso a la fantasía del sexo? ¡En modo alguno!, los creyentes también tenemos una vida sexual excitante, me atrevería a pensar, por todo lo dicho anteriormente que incluso más pasional que los que solo van buscando placeres temporales.
Los psicólogos afirman que el amor es mayor en la medida de su firmeza y duración (de la relación, no se me entienda mal…jajaja), y esto es así, porque la unión de la pareja, no se limita solo a las caricias o al acto sexual, sino que abarca toda la vida, incrementándose cada día, a través del Amor y sus relaciones en familia. De ahí la razón de que el amor matrimonial, cimentado en Dios, lejos de agotarse hasta extinguirse, crece y se refuerza con el tiempo.
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El amor verdadero, no es un estado de ánimo, ni es fruto de un momento fugaz; es ante todo una disposición personal, en buena medida, depende de la constancia de quienes decidieron un día, unir sus vidas de forma voluntaria.
Bien es verdad, que perseverar en el tiempo, en la lucha por conservarlo a veces cuesta, y eso solo se logra, mediante la incansable y reiterada actitud de comprensión y ayuda en todo momento. El amorcillo fugaz y egoistón viene y va, el Amor voluntario se cultiva y permanece.
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En definitiva, como corolario yo propongo, ¡HABLEMOS CON PROPIEDAD!:
No se puede decir “vamos a hacer el amor”, porque eso es humanamente imposible, Dios es Amor y el Amor existe desde siempre. Antes bien hagamos todo con amor, hagamos todo por amor. Compartir, transmitir, participar el Amor que Dios puso dentro de nosotros, ese es nuestro cometido. No nos creamos lo que no somos, si acaso a lo que podemos aspirar, con la ayuda de Dios, es a ser buenos servidores del Amor; meros instrumentos del Amor, nada más…, y nada menos.
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6 comentarios:
¿Sabes lo que hace eterno el amor?
El miedo a perderlo, por eso hacemos lo imposible porque dure para siempre, con todos los mimos y cuidados. En vasija de barro lo llevamos, Dios lo puso ahí para que lo valoremos y no permitamos que se rompa. El que entiende esto sabe lo que es hacer el amor nuevo cada día, con todas sus consecuencias, entre, cómo no, están las sexuales abiertas a la vida.
Muy buena defensa del verdadero amor este post de hoy.
Me gustó mucho, arcendo, se ve que tú lo entiendes.
BESIÑOS de despedida, mañana cojo el tren a las 10 para el Puerto de SantaMaría.
Esta noche te haré otra visita.
Buena aclaración, eso de decir hacer el amor, la mayor parte de las veces, sobre todo cuando sale de la boca inexperta de los jóvenes, es totalmente lo opuesto. Claro que se trata de camuflar algo que, pudiendo ser muy hermoso, se ha convertido en deporte. Recuerdo cómo uno de los sloganes socialistas de mi época juvenil en Cuba era : hacer el amor libre. Y aquello no tenía nada de amor ni de libre. Por tanto sospecho que es otro truco acuñado por esas personas que se encargan del lavado de cerebro para poder manipular a su antojo a todo el que caiga en sus redes.
Por suerte para nosotros (los cristianos) no hacemos el amor, sino que lo vivimos.
Un beso, por cierto: me encanta el nuevo encabezamiento de la página, eres un artista.
Querido Arcendo: "¿Has visto hoy El gato al Agua?", pusiéron el video de "Mujer Invisible", me ha encantado verlo otra vez, pero la pena es que todos lo vieron como homenaje a la Mujer y nadie comentó lo de que Dios ve como haces todo. ¡Qué pena".
Bueno chico listo, ahora si vengo a despedirme, desde allí tendré acceso a internet, pero no sé como andaré de ocupada con el nene, aunque mi hija todavía anda de permiso maternal, pero seguro que por la noche tendré espacio para leeros y comentar. Ya os contaré cosas de la mar.
Creo que me viene bien este respiro ¿no crees?
Te echaré de menos, mentor de mi alma, aunque en Madrid tampoco te veo, si que me siento más cerca. Estaré unos diez días, ya que me voy sola y tampoco puedo dejar mucho tiempo a los que dejo aquí.
Te traeré algun recuerdo, hermano querido, insustituible.
BESIÑOS SMM
Voy a dejar un post con el premio de LA PANTERA ROSA, antes de irme para agradecerle a TONY su detalle.
BESIÑOS, LOHENGRIN, no te rindas nunca, ¡Vaya tontería he dicho! ya se ve que han pasado las doce de la noche, ¿cómo se va a rendir mi Lohengrin?
BESIÑOS
Y una tercera recomendación, no dejes de regarme las plantas porque tienes una mano excelente para ellas y cuando vuelvo las encuentro mejor que antes, ¡porfa!
Ya ves que no sé despedirme, ¡qué penucha!
Besiños ya finales, aunque todavía andaré cerca
Que alegría que hayas hecho esta entrada. Siempre me ha disgustado esa expresión para referirse al acto conyugal, porque es aquí donde tiene su plenitud. Todo lo demás ya le pueden poner el nombre que quieran. Nada, vacío y egoísmo. Así de claro
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