martes, 8 de junio de 2010

SOLO UNA FRASE.

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Estos últimos días, los que antecedieron al domingo, el día del Corpus y ayer lunes, no paro de darle vueltas a algo que, oí a un sacerdote, solo es una frase, pero tiene su miga:
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“La Eucaristía es el precio de nuestra salvación”
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La Eucaristía es el precio de nuestra salvación”; reconozco que al escuchar esto, yo sentí doble eco; sus palabras reverberaron, a partes iguales entre los muros de aquel templo y en lo más recóndito de mi alma…. Desde entonces, me sorprendo repitiéndomela por la calle, una y otra vez. Dios sabrá por qué.
Y lo que más me llama la atención es, que esa idea repetitiva me ha centrado el pensamiento en la idea de la Misa como sacrificio. Y es que este sacramento de nuestra salvación, realmente es lo que tiene…., estamos reviviendo NO la resurrección, eso vendrá luego; ni tan solo la última reunión del Señor con sus amigos en el cenáculo, sino su misma muerte, la más cruel y cruenta muerte que un ser humano ha podido tener y que eligió ÉL, voluntariamente por cada uno de nosotros.
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Es curioso observar como a medida que en nuestra sociedad se abandona el espíritu de sacrificio, de renuncia, de entrega, también se desvirtúa y se diluye el carácter sacrificial de la Muerte de Cristo y de la misma Eucaristía.
La misa no solo es el "banquete de fraternidad", si lo es, es porque tiene lugar ahí, el santo SACRIFICIO. Jesús rubrica con su propia sangre el pacto, que supera al de Moisés y los viejos padres que lo sellaban con sangre de animales. Ahora la víctima real es el cuerpo y la sangre de Cristo, el Cordero de DIOS.
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Olvidar el carácter sacrificial de la Eucaristía, es no entenderla completamente; y creo que esa es una de las sombras de la Iglesia actual que ya el gran Papa y mejor clarividente Juan Pablo II advertía ya en alguno de sus escritos, homilías o encíclicas. Señalaba el Papa que en la vivencia eucarística de la Iglesia de hoy, es se ha ”privado a la Eucaristía de su valor sacrificial, -como si no tuviera otro significado y valor que el de un encuentro convival fraterno” Así mismo en su carta para el año de la Eucaristía, insistía: “no se puede olvidar que el banquete eucarístico tiene también un sentido profunda y primordialmente sacrificial” En definitiva los aspectos, banquete de amor y sacrificio son inseparables.
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En este sacrificio se hace algo santo = SACRI-FICIO, y es que la humanidad estaba rota por el pecado, y después de la Cruz es reparada y restablecida en Cristo. La oración de las Ofrendas con su gran riqueza teológica lo dice todo: “... pues cada vez que celebramos este memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención.” Este asombro ha de inundar siempre a la Iglesia, reunida en la celebración eucarística. La Eucarístía es pues..., la cumbre de toda la actividad de la Iglesia, la fuente de donde mana toda nuestra fuerza.
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Por eso…
Ante el individualismo egoísta, la solución es vivir con hondura todas las MUCHAS consecuencias sociales que dimanan de la Eucaristía. Sacramento que nos impulsa como ningún otro, a la caridad, al servicio a los últimos, a la generosidad, a la gratuidad. AL AMOR.
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Ante la cultura de la muerte, en la que se desprecia la vida humana, sobre todo la de los más inocentes y débiles, anunciemos, CON FUERZA y sin cansarnos el misterio eucarístico, verdadero pan de vida.
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Ante esa cultura de realidades efímeras, falsas esperanzas y sucedaneos que no llenan, proclamemos lo que El nos dijo: “El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí jamás tendrá sed" (Jn 6,35).
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Ante las crisis, las ideologías materialistas, el laicismo, la laxitud de costumbres y leyes alejadas de la moral cristiana, HUYAMOS del encogimiento y la desesperanza. Pongamos SIEMPRE a la Eucaristía en el centro de nuestras vidas. En ella, solo encontraremos el verdadero manantial de la esperanza, la alegría y las ganas de seguir.
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La Eucaristía es el precio de nuestra salvación”; ¡Hay que ver…. Lo que da de sí …. Una sola frase!
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3 comentarios:

Theo dijo...

Hola, una frase bien meditada nos asoma a la profundidad de la VERDAD y su UNICIDAD sintiendo la brisa fresca del E.S. que nos anticipa un trocito de CIELO entre las horas y minutos de nuestra ESPERA.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Si esa frase le golpeó el alma, fue el Espíritu Santo quién se la hizo ver a usted para que pudiese saborear mejor la eucaristía, sí es un sacrificio , pasión , muerte y no olvidemos resurrección, no podemos nunca separar la Cruz de la resurrección pues van juntas.
Doy gracias a que una frase iluminó de otra manera su espíritu. No pasa a todos un buen día conociendo de sobras la cita que leemos en la lectura breve, de repente la vez con otro sentido , con más luz. Espíritu Santo, ¡Ven!
Con ternura
Sor.Cecilia

Militos dijo...

¿Sabes qué frases me impactaron a mi en la Misa del Corpus?

Qué Cristo no está en la Eucaristía para que le adoremos, está para ofrecer, en el mismo sacrificio de la Cruz, nuestras vidas con la suya al Padre.
No es Él quien viene a nosotros, somos nosotros quienes vamos a Él para unirnos a su sacrificio por la salvación de nuestras almas y del resto del mundo.

Está muy bien que hayas escrito sobre esto, pues muchos han olvidado el verdadero valor de la Misa, ese sacrificio anora incruento.
Besiños atrasados, pues llevo mañana de médicos con María

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