PRIMERA IMPRESIÓN

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Yo no sé que tal lo habrán pasado, presuntos masones como Caamaño; no sé tampoco, que cara se le habrá quedado al “devotísimo” Bono; no me imagino el retortijón intestinal que, muy probablemente haya tenido lugar en el cuerpo serrano del muy católico Pepiño, cuando todos estos días, no han tenido más remedio que oír al Papa. Eso sí, habrá que reconocerles el “valor” (cara de cemento armado) por haber aguantado a pié firme, todo lo que les ha caído.
Lo que habrá que reconocer en primer término es que ha sido un verdadero Tsunami de tierna, pero contundente reafirmación católica. El Papa no se ha callado –no puede hacerlo-, y a nosotros, a todos, nos han llovido todas las Verdades…, ¡a cántaros!.
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El Papa no engaña a nadie, nunca lo hace y además sabía donde venía y sabía porque venía. Por eso, en sus primeras declaraciones, todavía sin salir del avión, ya subrayó que en España, “de modo muy vivaz”, está teniendo lugar una batalla crucial entre fé y laicismo.
Eso a nadie se le escapa, pero lo que más les ha dolido -a algunos- es que, con toda razón, el Papa ha comparado la situación actual con la España de los años 30, donde se generó aquel movimiento odioso: "laicista, anticlericalista y agresivamente secularista".
Con esta acertada comparación el Papa pone de manifiesto, que no solo sabe de la peligrosa situación actual, sino también que conoce nuestra historia más reciente a la perfección.

Al Papa, como padre preocupado por sus hijos, no se le escapa nada y por eso, sus visitas, para unos sirve de consuelo, aliento y alegría y para otros, de todo lo contrario. Benedicto XVI, para estos últimos, es persona “non grata”, porque está lleno de verdades incómodas.
Pero para el Papa no pasa desapercibida la hoja de ruta del laicismo. El laicismo beligerante es mucho más que una mera artimaña para distraer al pueblo de los problemas, el laicismo es en sí, el verdadero problema.
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El primer objetivo del enemigo, es la destrucción de la familia; célula fundamental de la sociedad, donde nace la vida y el único entorno de protección basado en el amor donde se desarrolla la persona. Por eso, el Papa no dejó de recordarnos en su homilía de la Sagrada Familia del domingo “el valor primordial del matrimonio y la familia, esperanza de la humanidad, en la que la vida encuentra acogida desde su concepción hasta su declive natural".

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La ley del divorcio exprés, los mal llamados matrimonios homosexuales, la posibilidad de que gays y lesbianas puedan adoptar niños son los primeros escalones del siniestro plan laico-socialista. Así, el segundo paso y simultáneos, una vez que se haya llevado a cabo el desprestigio de la institución familiar; será que el Estado se haga cargo, ¡en exclusiva!, de la educación de esos pobres seres indefensos que son los hijos de esas –peligrosas- familias tradicionales: De ahí, la imposición de la "Educación para la ciudadanía" como materia obligatoria, Y posteriormente el reconocimiento del “derecho” de las menores para pasar por el quirófano a abortar sin permiso; e incluso la exclusión de la asignatura de Religión católica de las aulas; son las diferentes piezas del puzzle que poco a poco van descubriendo.
El presidente del Gobierno resumió muy bien sus objetivos iniciales en uno de sus mítines de campaña: "Más gimnasia, menos religión"…., este también, desde el principio sabe a quien sirve, lo tuvo claro.
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Aniquilación de la familia, aborto libre y gratuito y… preparación para el golpe definitivo con la eutanasia en el tintero.
Se trata de invertir todos los conceptos, lo bueno es malo y lo malo es bueno…; de tal modo que la muerte es libertad porque, de pronto ¡la muerte es un “derecho”". Un “derecho” ya sea para suicidarse o ya sea para matar al inocente…
Por eso el Papa, otra vez en esta visita, volvió a denunciar los hechos, volvió a anunciar La verdad, volvió a desenmascarar esos perversos proyectos masónicos, desnudó sus intenciones:

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“Dejadme que proclame desde aquí la gloria del hombre, que advierta de las amenazas a su dignidad por el expolio de sus valores y riquezas originarios, por la marginación o la muerte infligidas a los más débiles y pobres. No se puede dar culto a Dios sin velar por el hombre su hijo y no se sirve al hombre sin preguntarse por quién es su Padre y responderle a la pregunta por él”. Dijo el Papa, que es prácticamente el complemento directo de aquella otra frase que Benedicto XVI pronunció el día antes en el Obradoiro:
"Dios es el origen de nuestro ser y cimiento y cúspide de nuestra libertad; no su oponente"
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Vuelvo a decir que no sé que habrán pensado Bono, Pepiño y Caamaño de esta visita papal. Para mí ha sido reconfortante recibir el impulso necesario y vital para seguir respirando esperanzas, a pesar de un ambiente ya demasiado cargado de rojo, demasiado viciado.
Pero sobre todo ha sido una visita que llega en el momento justo, en el más oportuno. La controvertida Ley de libertad religiosa, esta a punto de perpetrarse y eso va a suponer, que nadie se engañe, a pesar de su nombre: el enterramiento total de la libertad de culto; supondrá la consecución de uno de sus principales propósitos: Se empieza por desdibujar la naturaleza real del hombre y de la mujer y se acaba por borrar de la sociedad y de la cultura todo rastro de humanismo cristiano.
La visita del Papa, de momento ha paralizado esta ley, pero sus propósitos siguen intactos y sus intenciones también.

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Sin embargo a algunos parece que no les importa nada, que pasan, que conviven, que hasta les disculpan. Parece que no quisieran darse cuenta de lo que pasa, incluso aunque sean los más amenazados y puedan llegar a ser los más perjudicados. El caso más punzantemente ejemplar de esa actitud pasota y connivente es la del mismo rey de España.
Que duda cabe que esta hoja de ruta está perfectamente diseñada y lleva sus pasos milimétricamente.
Una de esas cocinas ideológicas del laicismo es la universidad Carlos III de Madrid. En ella, periódicamente se dan cita, para clases, conferencias y otras zarandajas, masones tan reconocidos como Puente Ojea, presidente de honor de Europa Laica y Victor Guerra García, miembro del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española. Pero la cabeza visible de esa Universidad es su rector, Gregorio Peces Barba.
Pues bien, ¡atentos! porque nada menos que el señor rector de la Carlos III, se tomó la libertad, no hace mucho, de advertir a la Casa Real que… “si sigue apareciendo públicamente cerca de la Iglesia católica, corre peligro la pervivencia de la institución”
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Entonces… mi pregunta final… deja de lado a Pepiño, Bono y Caamaño y aparca también a Zp.

Mi pregunta es la siguiente:

¿Que habrán pensado los actuales “amigos” de la Zarzuela, de la calurosa recepción y despedida que la Corona dispensó al Santo Padre en este viaje….? ¡Seguro que no están muy contentos!
A mí, la monarquía, esta monarquía no me gusta especialmente, pero yo también me atrevo a hacerles una sugerencia…:
Que Dios le pille confesado, majestad; porque el jugar a dos barajas, tiene sus -GRANDES- peligros.
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Reconozco finalmente, que esta PRIMERA IMPRESIÓN sobre lo vivido estos dos días se me ha ido un poquito por el lado visceral, pero en este momento necesitaba un desahogo.
Ahora, más calmado y habiendo soltado lastre..., pienso que probablemente ya habrá tiempo para hacer una interiorización mucho más pausada y profunda sobre las palabras del Santo Padre, para que fructifiquen debidamente en cada uno de nosotros todas esas benditas y palabras de fecunda siembra espiritual.
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Por eso… quisiera pedir hoy a la Virgen. Solicitar su maternal protección tanto para el Papa, como para todos los que queremos permanecer fieles con él, a su Hijo Nuestro Señor Jesús; y lo hago hoy mismo, día de de Nuestra Señora de la Almudena, Patrona de la ciudad que espera a su Santidad el año que viene, con los brazos abiertos.

Que Ella nos guíe a todos, siempre hacía su hijo. Así sea.
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En este caso no quiero terminar con música como es habitual. Aprovechando la oportuna alusión del Santo Padre a los sucesos de la España de los años treinta, quisiera invitar a mis lectores a visualizar una película imprescindible.
Su título es “La Cruz, el Perdón y la Gloria” y es sin duda, un impresionante documento histórico que refleja toda la verdad acerca de lo que, sin duda fue, el mayor martirio católico del siglo XX.
Nadie debería perdérselo, más que nada, por eso que se dice: "los pueblos que olvidan su historia… "

Para verlo pulsad en la siguiente imagen:
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