CRISTIANOS... SIN TIEMPO

Me gustaba...,-corrijo-, me gusta mucho Martín Descalzo en su faceta de escritor. Más de una vez hemos traído aquí alguno de aquellos brillantísimos artículos que dejó en "Blanco y Negro", en sus libros y en otras publicaciones de mayor o menor renombre.

Afortunadamente en el mercado existen muchas obras suyas, con las que poder gozar y aprender, que yo recomiendo muy vivamente.

Su prosa era sencilla y directa..., era claro al tiempo que profundo. Se puede decir que siendo gran escritor y periodista en ningún caso perdió de vista su misión sacerdotal. Cada escrito suyo era una llamada a la reflexión y a la conversión.

Martín Descalzo además era un hombre muy culto que en ocasiones hacía referencias a otros filósofos y escritores para apuntalar sus argumentos o dejar clara una idea.

Concretamente, en esta ocasión me quiero acordar de una cita que hacía del gran escritor Georges Bernanos que fue un excelente novelista, ensayista y dramaturgo francés, de la primera mitad del siglo XX. Al parecer Bernanos decía que:

"el misterio de toda vida cristiana consiste en descubrir qué lugar del Evangelio nos ha sido destinado, qué frase evangélica fue escrita por y para nosotros"

Según Martín Descalzo, Bernanos aseguraba que

"todo cristiano ha tenido una antevida contemporánea a Cristo y que cada uno de nosotros se cruzó un día con Jesús en algún lugar de Palestina. Descubrir qué rincón es ése, qué palabra fue pronunciada por Cristo en ese encuentro sería la clave de toda vocación cristiana."

Sin duda, esta es una muy curiosa y retadora propuesta que deberíamos, al menos pararnos a pensar un poco. El desafío, contado de otra manera, es probablemente el mismo que tenemos todos los cristianos, en cualquier momento de la Historia: ¡Encontrarnos con Cristo!, ¡Descubrirle!

Sin embargo, afortunadamente contamos con ventaja:

"¡Buscad y encontraréis!"

Es consuelo y energía para nuestro camino, aunque sea a veces muy arduo, saber que no buscamos en vano.., la promesa está hecha, Y SE VA A CUMPLIR... en cualquier lugar del tiempo y del espacio... Cristo, ayer, hoy y siempre es siempre fiel a su proyecto.

Es precisamente en esa atemporalidad que deberíamos vivir los cristianos más consecuentemente, con la que quiero terminar dejándoos unas buenas dosis de confianza, pase lo que pase y de optimismo interior por lo que sabemos. Lo hago también, a través de esta bellísima oración de nuestros hermanos cristianos de los primeros tiempos:

ORACIÓN

Señor, quédate conmigo y guía todas mis acciones, mis palabras y mis pensamientos.

Guarda mis pies, para que no anden ociosos, sino que caminen al encuentro de las necesidades de los demás.

Guarda mis manos, para que no se abran para hacer el mal, sino para abrazar y ayudar a todos.

Guarda mi boca, para que no diga falsedades ni cosas indebidas, y no hable mal del prójimo.

Al contrario, que esté siempre dispuesta para animar a todos y para bendecirte a ti, Señor de la Vida.

Guarda mis oídos, para que no pierdan el tiempo en escuchar palabras falsas o sin sentido, sino que estén siempre atentos a escuchar tu misterioso mensaje para cumplir hoy también tu voluntad.

Amén.
Plegaria del siglo VIII*

 

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