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Muchos
santos hicieron grandes milagros, otros no; ¡que más da!, no nos fijamos en
ellos por eso, sino por su entrega decidida a la voluntad de DIOS y por su
lucha constante en ese propósito. Los milagritos o milagrazos, solo son
consecuencia de lo primero. DIOS se sirve de esas almas solo... cuando están
sometidas total y libremente a su querer.
Los
santos, en sí, no hacen milagros; son
meros mediadores de la gracia de DIOS que es, la que verdaderamente actúa y
tiene absoluta capacidad de obrar todos los prodigios. La santidad de
Dios es el principio, la fuente de toda santidad.
Los
santos reconocidos y alzados en los pedestales de los templos, no son figuritas
más o menos edulcoradas, a las que podemos acudir en nuestras necesidades a mero
modo de fetiche o talismán. Los santos son verdaderos faros de luz que Iglesia
-por su maternidad-, nos propone para alumbrar el camino de nuestra vida,
especialmente en los momentos de más oscuridad.
DIOS
en muchos momentos de la Escritura nos llama a la santidad, ¡a todos!; con lo
cual nos está indicando que es algo realizable. Precisamente todas esas señales
luminosas que son las vidas de los santos confirman que es así.
Sus
vidas no fueron tan especiales, nada distintas a la nuestra. Los santos no fueron,
ni son, personas raras, con dotes extraordinarias, y ni muchísimo menos,
personas que nunca pecaron... ¡Todo lo contrario!
Muchas
de esas vidas son ejemplo de grandes caídas, de enormes pecados e
infidelidades; pero siempre acaban por ser paradigma de enormes luchas
interiores. Caer y levantarse, levantarse y caer... y siempre ¡volver a
levantarse!
Decía San Alfonso María de Ligorio, en su obra -Conformidad
con la voluntad de Dios- que "Dios es menos glorificado por nuestras obras
que por nuestra resignación a su voluntad santísima. Por esto decía San
Francisco de Sales que más se sirve a Dios padeciendo que obrando”
¡Precisamente!.., saber sufrir para mantener la esperanza, pienso que es lo que
mejor define el trazado de la santidad.
Por
todo eso..., para mostrarnos la posibilidad de llegar, la Iglesia quiere acompañar nuestros pasos, presentándonos
las vidas de esos que han luchado por la VERDAD de modo ejemplar, como modelo
de una auténtica y constante forma de evangelización..
Así
pues, creo oportuno, precisamente en este AÑO DE LA FE, invitar a repasar las
vidas, los libros y las obras de esos caminos de luz que fueron los santos de
la Iglesia.
Por eso también..., quiero acabar el post con una frase, de otro puntal de santidad, que en este momento de mi vida.., me parece más que oportuna. Se trata de un pequeño párrafo del "Tratado sobre la muerte" de San Cipriano, es un fragmento realmente imperdible y dice así:
Por eso también..., quiero acabar el post con una frase, de otro puntal de santidad, que en este momento de mi vida.., me parece más que oportuna. Se trata de un pequeño párrafo del "Tratado sobre la muerte" de San Cipriano, es un fragmento realmente imperdible y dice así:
"¿Para
qué pedimos (en el Padrenuestro) que “venga a nosotros el reino de los cielos”,
si tanto nos deleita la cautividad terrena? Si el mundo odia al cristiano, ¿por
qué amas tú al que te odia, y no sigues más bien a Cristo, que te ha redimido y
te ama?...Debemos pensar y meditar, hermanos muy amados, que hemos renunciado
al mundo (ya desde el bautismo) y que, mientras vivimos en él, somos como
extranjeros y peregrinos. Deseemos con ardor aquel día en que se nos asignará
nuestro propio domicilio..El que está lejos de su patria es natural que tenga
prisa por volver a ella. Para nosotros, nuestra patria es el paraíso."
-Nuestra
patria es el paraíso- ¡este sí que lo tenía claro!
* * * * *
4 comentarios:
Claro los santos son sólo intercesores, por eso en las oraciones de petición nos dirigimos a Dios y no a ellos, por su intercesión. Está bien la aclaración.
Todos queremos volver a la Patria, pero aún nos queda mucho por hacer, hasta que Él nos haya preparado la morada a cada uno y venga a buscarnos.
BESIÑOS
Lo creo totalmente.
Un abrazo grande.
Y tan claro que lo han tenido los Santos. Por eso soportaron las dificultades del modo en que hoy sus historias nos las muestran como una guia a seguir en nuestro propio camino.
Un abrazo sanador.
Ni siquiera la Virgen hace milagros por sí misma, sino que intercede ante Dios.
A parte de eso, es la comunión de los santos de nuestro credo a la que recurro frecuentemente.
Y lo más importante como dices, imitarles en lo posible.
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