UN PARENTÉSIS DE CINE

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El cine me entretiene y hablar sobre el, también. Por eso, hoy enjugaré un poco las lágrimas patrias, dejaré de lado dolorosas polémicas sobre corruptelas y penurias, y me limitaré a comentar (sin destripar) las últimas películas que he visto.

He visto dos de las que próximamente competirán en la carrera de los Oscar, y debo decir que cada una en su género, me han gustado mucho. Me refiero en primer lugar a la adaptación cinematográfica del musical "Los Miserables".

La película cuenta con un reparto de lujo, una música excelente y todo el argumento de la gran novela de Víctor Hugo. El rodaje es impecable, la fotografía y la ambientación excelentes y el casting de secundarios, más que apropiado. Si tuviera que encontrar algún "pero" -que no lo es-, es que..., para valorarla debidamente tiene que gustarte el musical, si no..., estás perdido.

No creo que, de cara a los premios Oscar se lleve muchas estatuillas, salvo las propias, es decir los de banda sonora y quizás los de vestuario y atrezzo, sin embargo, la película está muy bien y yo la recomiendo.

La otra película, engaña, en varios aspectos, pero al final sorprende y no defrauda. También muy recomendable. Estoy hablando de "El vuelo", la última de Denzel Washington.

Lo primero que "despista" de la peli, es el trailer. Al menos esa impresión me dio a mí. Parece que es una historia sobre una heroicidad cotidiana, cuando en realidad se trata de un camino de vuelta a casa.... (cuando la veáis, sabréis de que hablo). Luego, cuando empiezas a verla, todo parece en torno a un hombre derrotado, a una persona sin esperanzas, ni salidas. Los ambientes sórdidos, las malas acciones, los hechos degradantes se suceden uno tras otro, tanto que en algún momento de la cinta, dan ganas de dejarla porque no se ve solución alguna. Sin embargo, el final es redentor. Sorprendentemente valiente, impresionantemente luminoso. No quiero decir más, salvo que hay que llegar hasta el final, pero por favor no dejéis de verla.

Denzel está soberbio y John Goodman vuelve a bordar un papel que en muchos aspectos recuerda al del "Gran Lebovski". Robert Zemekis, el director, experimentado y con grandes éxitos a sus espaldas, se merece sin duda un reconocimiento, por esta gran película, que también... aconsejo entusiasmado.

Finalmente quisiera hacer comentario también, de otra gran película que se acaba de estrenar este fin de semana en la cartelera madrileña.

No sé porque "Hitchcok" no ha entrado en esta convocatoria de los premios de Hollywood, probablemente es más reciente que las anteriores, sin embargo he de decir que me ha parecido fantástica.

El biopic que se hace sobre una parte de la vida del maestro Hitch, está hecha a partes iguales con crudeza y mimo. No tengo mucho que decir de Hopkins, siempre está bien. Es uno de los mejores (por no decir el mejor), todo lo que hace, lo inmortaliza.

La historia es un momento muy concreto e interesante, justo al inicio del rodaje de "Psicosis", cuenta todas las dificultades que tuvo, las manías del gran director, su relación con las mujeres y con su mujer y retrata perfectamente el ambiente de los estudios de la época.

La dirección es secuencial, no aburre, es justa y necesaria y para los amantes del cine es un regalo "ver" el cine por dentro y recordar aquella otra historia de Norman Bates y su "madre". Sin embargo, he de decir, -sobretodo a la gente joven-, que para disfrutar plenamente de la historia, probablemente se debería haber visto antes la "Psicosis" original; así como haberse documentado o empapado un poco de aquel momento dorado del cine americano...

Una de las cosas que más me gustó, más agradecí de este film es una característica que nunca abandonó el cine del gran maestro Hitch, el buen humor. Esos guiños que hace, tanto al principio de la película como al final (con el cuervo), son impagables. Así que..., por mi parte, ya os podéis ir apuntando una más para ver. No os arrepentiréis.

Bueno por ahora nada más, mañana o cuando DIOS quiera, después de este paréntesis que nos ha salido de cine, volveremos a la cruda realidad. Que EL nos ayude.

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