domingo, 2 de marzo de 2008

¿UN MUNDO FELIZ?, Reflexiones a raíz de un comentario amigo.

Como todo el que se precie sabe, La República de Guadalmecín, es un lugar utópico y maravilloso donde se dan cita, mordaces comentarios de actualidad, audaces crónicas políticas, excelentes conocimientos de buena música y recomendaciones literarias nada desdeñables.
Y es ahí, en esa especie de Shangrila de la blogosfera, donde acabo de leer cierta crítica, de un libro, que como poco, me ha sorprendido. El libro del que estamos hablando, es “Contrapunto” de Aldous Huxley.

Bueno pues, el gran Claudedeu, sabio gobernante de la citada República, no ha dejado títere con cabeza, la ha roto en añicos, la ha defenestrado, la ha puesto a parir.
Siempre suelo tomar buena nota y hacer caso de las recomendaciones de Claudedeu, pero esta vez, he de decir que mi estupor es grande por dos causas, la primera es la casualidad, hace poco me hablaron (muy bien) de esa obra, y era una de las que tenía en la recámara de las próximas compras. Y además me sorprende aún más, por el buen recuerdo que conservo de la lectura de “Un mundo Feliz”.

En fín, la verdad, aunque suponga un gasto inútil, y acabe aborreciéndola como Claudedeu, la verdad es que ya me ha despertado mucho más interés.
La cuestión es que el comentario de Claudedeu, me ha hecho, durante la tarde de este sábado pasado, retomar con gusto la lectura de un Mundo Feliz, para ver si una segunda lectura me provocaba, ahora pasados unos años de la primera, ciertas reacciones adversas. Nada más lejos de esto, me reafirmo, no se lo que pasará con “Contrapunto”, pero “Un mundo Feliz”, me sigue fascinando.

Aldous Huxley, allá por los años 30 del siglo pasado, concibió una invención alucinante y desalmada, que lejos de convertirse en una fantasía novelesca, y dado el devenir de los acontecimientos en algunas democracias occidentales, está a punto de convertirse en una inquietante parábola profética.
El Mundo Feliz, imaginó una sociedad que utilizaría la genética como fín, para el control de los individuos, (¿habrá leído la novela, Bernat Soria?).
Una sociedad donde los niños son concebidos en probetas, donde estos son seleccionados y categorizados.
El mundo feliz es una democracia falsificada, es la dictadura perfecta, es la cárcel sin muros de la cual, ni los cautivos querrían huir. Una jaula de oro sostenida por un sistema, donde el lavado de cerebro y cierta droga llamada “soma” son sus bases de estabilización, no hay guerras, y la pobreza está erradicada. Así, los pobladores de esta desdichada colectividad, siempre tienen lo que precisan, no hay necesidades, más de las previstas y todo el mundo es “feliz”. "La gente es feliz; tiene cuanto desea, y no desea nunca lo que no puede tener."

En este engendro colectivo creado por la mente de Huxley aparentemente ideal, se prioriza la seguridad y la “tranquilidad” de los pobladores frente a la libertad de los mismos. No existe en el individuo decisión, ni creación intelectual, ni se concibe el derecho a la libertad de expresión. Se prima siempre la masa en contra de la persona.
Porque al fín y al cabo, cuando carece de estos básicos derechos, deja de serlo, en cierta manera ya no es persona humana; no existen sentimientos que lo hagan merecedor de ese calificativo, "Cuando el individuo siente, comunidad en peligro."

Todas estas cuestiones hacen de esta fábula, un manual de anticipación de los regímenes socialistas actuales, donde el colectivismo sociológico se hace “carne”.
En ciertos países occidentales, principalmente en Europa, una vez derrocada la dictadura soviética de la antigua URSS y la formación de la Unión Europea donde priman los valores democráticos; aún teniendo gobiernos de carácter socialista en activo, todavía se les hace difícil llevar sus ideas al extremo. Todavía pesan mucho factores como la historia o el entorno.
Pero en ciertos estados, sin estas circunstancias, principalmente localizados en el cono sur americano (Cuba, Venezuela, Bolivia…), es otra cosa. En estos países, el intervencionismo estatal es cada vez más férreo, y también, el control sobre los medios de comunicación, y la censura. el pensamiento disidente es anulado por la fuerza, aplastado. La razón no existe, el individuo no consta, el “grupo” es lo importante.

En el caso de Cuba, la dictadura es patente y rechazable por casi todo el mundo occidental, a pesar de que Fidel, ya sólo esté en la sombra. Son famosos los gulags cubanos, el encarcelamiento y la tortura de los opositores al régimen, los balseros y las constantes fugas de cerebros o deportistas que en recalan en un Miami, para ellos salvador, que ya cuenta con una ingente población de cubanos huidos hacia la libertad.

El caso de Venezuela, ya va tomando tintes realmente preocupantes, el cierre injustificado de medios de comunicación, el afán por el control educativo, el intervencionismo estatal en empresas y tierras, la manipulación de la constitución, las leyes, la judicatura y las instituciones a puro antojo del “jefe”(fúhrer), son claros signos de que ya se está firmando en Venezuela, el certificado de defunción de la democracia.

De Bolivia, se puede decir que, aunque todavía es una dictadura en ciernes, ya está tomándole el paso a las dos anteriores, y copiando los vicios de las mismas.

Por lo que se puede decir que, como siempre ha sido, la idea primigenia del socialismo es internacionalista, expansionista; como lo fue el mundo soviético o la dictadura nazi.
Y es por esa ambición de crecimiento, propagación e intervención, que no sería descabellado pensar, que tarde o temprano, los socialismos europeos se quieran equiparar a los americanos; en realidad, nunca abandonan la tentación totalitaria, es algo que llevan inherente, inseparable.

Huxley, concibe una sociedad feliz, pero condicionada, donde el libre albedrío es una desvarío: "Tal es el fin: hacer que cada uno ame el destino social, del que no podrá librarse", ahondando en esta idea y en uno de sus pasajes más terribles, se relata sobre el comportamiento condicionado a los bebés que luego serán mineros programados. Al percibir colores, luz, flores y al tocarlos les dan choques eléctricos, la consecuencia es la aversión permanente a las flores y a la luz por lo que son felices de mineros.
Un mundo sin libertad de elección no es feliz. Sería bueno recordar aquí una frase del héroe cubano José Martí: "La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes". El socialismo es todo lo contrario.

Bien, pues toda esta intensa parrafada… es la que me ha suscitado, hoy mi buen Claudedeu cuando se disponía a anatematizar “Contrapunto”. Yo sin embargo, no me queda otra que decir:
Gracias amigo, hoy despertaron otra vez, aquellas mismas sensaciones de la primera lectura de “Un mundo Feliz”, y tú eres el culpable. Saludos.

1 comentario:

Alawen dijo...

# Arcendo
Por desgracia, Claudedeu tiene, a mi entender, toda la razón: "Contrapunto" es un ladrillo infumable. No hay ni un soplo del Huxley de "Un mundo feliz". Pero, como bien dices, hay que probarlo para convencerse.
Por cierto, después de un comentario que me dejaste en los Juguetes, no he podido reprimirme y he colgado una tira de Mafalda. Te la dedico. Sin acritú... xDDD

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