Si el otro día glosábamos la figura de Eugenio d´Ors, gran español y gran catalán, hoy vamos a traer a la memoria a un vasco de enorme transcendencia en la literatura y el pensamiento español. Hoy vamos a hablar, nada menos que de D. Miguel de Unamuno.
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Unamuno fue una de esas especies raras (yo diría que única) de intelectual puro que nunca se dejó encasillar. Pensador, filósofo, novelista, dramaturgo y poeta fue una de las referencias intelectuales de su época y, todavía sigue siendo hoy, uno de los pensadores más influyentes
Dotado de una personalidad contradictoria hizo de la constante duda el motor de su agitada vida y de su rica obra.
Doctor en filosofía, catedrático de griego, rector de
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Unamuno, concibe su existencia a partir de la vivencia particular y profunda del anhelo de trascendencia. Vive en continua búsqueda, cuestionándose, sin descanso, por el sentido de la vida. Sus meditaciones juegan un papel fundamental en su obra, la idea de la inmortalidad y de Dios, son el grito desesperado de su alma que necesita desesperadamente el encuentro con su creador.
Unamuno siempre dudó, pero esa duda era también un anhelo profundo de creer.
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Fue Unamuno, posiblemente la figura más compleja de
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Ahora bien, fue siempre una figura polémica y apasionada, extremista, inquieta, de notable valentía y coraje, y de cruel veracidad. En vida, no fue precisamente un personaje grato, aunque sí popular.
Menéndez Pidal fue el primero en decirlo: "Con Unamuno el diálogo se convertía pronto en un monólogo". Pío Baroja, amargo, en sus "Memorias" confirmó esta versión posteriormente: "Unamuno no hubiera dejado hablar, por gusto, a nadie. No escuchaba. Le hubiera explicado a Kant la filosofía kantiana, a Poincaré lo que era la matemática, a Plank su teoría de los quanta y a Einstein lo de la relatividad...". Nada más cierto: en sus relaciones, Miguel de Unamuno fue siempre impertinente y no tuvo el menor reparo en obviar todo lo no tuviese que ver con sus propias inquietudes intelectuales y religiosas, transmitidas posteriormente en cada uno de sus escritos como una sucesión de relámpagos nocturnos.
Es innegable que un hombre como él, hecho en la medida de sus arrebatos, no pudo menos que mantener una constante polémica con su entorno. Baste como ejemplo la que sostuvo con José Ortega Y Gasset durante años. Desde que supieron el uno del otro, el desencuentro fue total.
En su tiempo fue detestado, criticado, admirado; pero en cualquier caso, indispensable.
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Unamuno también fue un poeta genial. Algunos lo consideran como uno de los mejores poetas líricos españoles de su siglo. Fue hondo y fecundo, pero siempre "unamuniano", es decir, muy suyo, inconfundible. En su poesía, Unamuno se deleita, se confiesa, se abre, nos muestra su amor familiar y religioso sinceros; su debatir y debatirse continuo consigo mismo. Pero, lo que si es verdad, es que, a los lectores, su poesía nos zarandea y nos azota, haciéndonos partícipes de sus propias dudas y angustias espirituales, como también es sus "ternuras" humanas.
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En su mayor parte, los intelectuales de la época, se encontraban en
En cambio Unamuno, como rector de
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Probablemente, el motivo de tales y tan constantes cambios, estaba en su afán sincero de continua búsqueda de “lo mejor”. Siempre fue el hombre comprometido, participativo y preocupado por su entorno. Su preocupación incesante por España, es un hecho que refleja muy bien su frase “¡Me duele España!”.
Esta preocupación de este gran vasco, por España se manifiesta también en sus ensayos “En torno al casticismo” (1895), “Vida de Don Quijote y Sancho” (1905), donde hace del libro cervantino la expresión máxima de la escuela española y permanente modelo de idealismo, y Por tierras de Portugal y España (1911). También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España.
Dios y España, están presente en toda su producción literaria, son sus dos grandes preocupaciones. Cultivó todos los géneros literarios. Entre sus obras podemos destacar: las ya nombradas, “En torno al casticismo” y “Vida de Don Quijote y Sancho”, y además, “Del Sentimiento Trágico de
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Sin duda, D. Miguel, fue un personaje singular y además ejercía de ello. Vestía con gran ascetismo, no usaba corbata ni sombrero. Le bastaba un sobrio traje azul, que nunca se supo si fue el único, y unos zapatos bajos. Mantuvo matrimonio leal con Concha Lizárraga, que le dio la friolera de ocho hijos. No fumaba ni bebía. Se bañaba de madrugada, con agua helada. A las ocho de la mañana, puntual e invariablemente, daba su clase de griego, sin seguir programa alguno, y al terminar ésta contestaba su correspondencia, que no debió ser poca si se considera su anhelo de saber y decirlo todo; ya por la noche...dicen sus biografos que la dedicaba a pensar y escribir todas las maravillas que nos ha dejado.
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Por fin acabo con dos hermosas referencias suyas, la primera pertenece a su obra “NIEBLA”:
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“¡Pues sí, soy español, español de nacimiento, de educación, de cuerpo, de espíritu, de lengua y hasta de profesión y oficio; español sobre todo y ante todo, y el españolismo es mi religión, y el cielo en que quiero creer es una España celestial y eterna, y mi Dios un Dios, el de Nuestro Señor Don Quijote, un dios que piensa en español y en español dijo: ¡sea la luz!, y su verbo fue verbo español…!”.
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“Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar;
Yo he crecido, a mi pesar.
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achícame, por piedad,
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar”.
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Pdta. Referencias. Para Saber más:
Biografía (Aquí).
Bibliografía selecta (Aquí).
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8 comentarios:
Arcendo como siempre una completa recopilación de los detalles de la vida de Unamuno, tú lo dices en una palabra, Imprescindible.
Saludos
arcendo: me has pisado el post. Adoro a Unamuno y pensaba despacio escribir sobre él pero no he tenido tiempo de profundizar.
Luego te leo más despacio. Esto es sólo para protestar
Un abrazo
Querida Militos,,, pá que luego digas que no contesto---- Unamumo, dá para el mio, el tuyo y para muchísimos más, no dejes de escribir sobre él, please. Muitos Besiños, a ti a Caballero y a todos mis lectores.
Si ya, pero después del tuyo, será una "caca".
Gracias por contestar. Nos estás acostumbrando mal
Ese poema de "Agranda la puerta" es hermoso!
Oye Arcendo que estoy de broma. Me encanta que lo hayas escrito tú. Las fotos son preciosas, ya he cogido alguna. El texto luego lo leo que acabo de despedir a las trabajadoras sociales de la C. de Madrid que venían, después de quince años, a ver si había criado bien a mi nieto.
Perdona este inciso, estoy algo nerviosa.
Hasta luego, bueno no, adiós
Me quedo embobada leyendo tu Unamuno, Ya no puedo ni comentar. Intentaré hacerlo sin preguntas. No sé si sabré.
Lo que más me gusta de él es que todo lo que escribe lo ha interiorizado antes. ¿Cómo puede caber en una sola cabeza tanto saber y tan distinto?. Salió la preguntita pero es retórica, no hay que contestar. Aunque me gusta mucho cuando lo haces.
yo creo que dudaba de todo menos de sí mismo y precisamente eso es lo que le impedía ver a Dios. El reconocía que la pega era su soberbia, pero yo creo que tenía derecho a ser soberbio. Aunque sea una barbaridad. Si hubiese rectificado esa intención su encuentro con Dios ya en este mundo habría sido grandioso.
Me gusta mucho el final de lo que él llama Salmo III
Méteme, Padre Eterno, en tu pecho,
misterioso hogar,
dormiré allí, pues vengo deshecho
del duro bregar.
Eso no es poesía, es oración.
Lo de español de profesión y oficio lo toqué yo en uno de mis primeros post pero en Noray.
Se me olvidaba: besiños
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