UN NEGOCIO VERGONZOSO MUY RENTABLE

Hoy quiero hacerme eco de un hecho conocido por todos y aceptado por muchos, que no deja de ser algo inadecuado e improcedente para una sociedad que se jacta de humanitaria, cuanto más para gobiernos como el nuestro, que tiene la doble moral de admitir conductas colectivas como esta, al tiempo que se enorgullece de la creación de un inútil Ministerio de Igualdad.

Me mueve a escribir este post, un certero artículo sobre el tema en cuestión, en la siempre recomendable revista ALBA de esta misma semana. Esta publicación bajo el título de “Prensa libre, el negocio del sexo”, advierte como en muchos de nuestros periódicos y revistas, proliferan sin sonrojo, miles de anuncios por palabras de prostitución y teléfonos eróticos. El negocio del sexo, en definitiva, que fomenta y promueve mediante estas publicidades dichas relaciones sexuales.
La consecuencia de esto, según ALBA, siempre es el resultado de unos principios morales reprobables, pues este tipo de publicidad es humillante con la mujer y fomenta la explotación sexual.
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"TRAVESTI. Ivón, rubia super femenina, cuerpazo espectacular, activa, pasiva, culazo descomunal, especial principiantes". "Jovencitas guarrísimas. No tenemos límites. Somos puro vicio"... Son ejemplo de las muchas “lindezas” que podemos contar hasta una media de 750 anuncios diarios en los principales diarios de tirada nacional de España. El tema es realmente asqueroso, y en ese juego brutal, invariablemente entran tanto los diarios “progres”, como los más conservadores, echando por tierra, estos últimos los principios y valores que dicen defender.
Es uno de los negocios más rentables de la prensa y parece que los diarios nacionales no tienen intención de deshacerse de él.
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No cabía nunca por mi cabeza, que yo alguna vez hubiera podido ser afín a propuesta alguna de una Asociación como la “Federación de mujeres progresistas”; pues nunca se puede decir de –esta agua no beberé-; en esta ocasión, he de reconocer que al menos en lo tocante a este tema, estoy completamente de acuerdo. Dicha Federación y otros muchos otros colectivos, han pedido la regulación y el control de este tipo de publicidad, porque en la mayoría de los casos, están trasgrediendo la ley vigente, sin control de los contenidos, y vejando la dignidad de las personas.
La respuesta de la mayoría de la prensa, ante estas justas peticiones ha sido un 'no'. Sin embargo, en España se salvan, entre otros, 'La Gaceta de los Negocios', '20 Minutos', 'Metro', 'Avui', y por supuesto ALBA, que aceptaron estas peticiones y retiraron, los que los tenían, los anuncios de sexo de sus páginas.
Lo curioso es que, el diario más progre es el que más dinero recauda por este tipo de publicidad, “El País, el periódico español que más recauda por anuncios de prostitución”, como bien recoge la web de “Hazte Oir”.
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Esta es la penosa y farisáica realidad, ya que si se mira con estándares internacionales es algo que solo pasa en España. De hecho, los diarios “de calidad” de Reino Unido, Francia y Alemania no incluyen estos reclamos. Es más, a finales de 2007 se dio un paso más con la decisión del grupo británico MEN Media -vinculado a “The Guardian” y a otros 20 rotativos- decidió dejar de publicar anuncios de sexo en todas sus ediciones.
Los motivos puramente mercantilistas de “nuestros medios”, es simplemente degradante para las personas y para la sociedad.
Es chocante este “jugar a dos barajas”, en el que se compatibiliza sin apuro, este clarísimo fomento de la prostitución, con serios artículos y ponderadas reflexiones moralizantes sobre lo que puede y debe ser la vida de los buenos ciudadanos, todo amalgamado en los mismos diarios.
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También resulta harto curioso que el mismísimo Presidente de la Asociación de la Prensa, Sr. Urbaneja, centre sus desvelos en castigar con sus declaraciones, a un periodista “díscolo” como es Jimenez Losantos, en lugar de defender los derechos de los lectores de los grandes periódicos de tirada nacional, que ya estamos hasta la coronilla de tanto abuso.
Lo que adolece esta sociedad, a la prensa, a muchos de los grandes diarios, a muchos de los afamados directores, y a su presidente, es simple y llanamente una falta profunda de ética y de profesionalidad.
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No se trata de tener vergüenza ante lo que es y ha sido, el oficio más antiguo del mundo, sino de ser un sinvergüenza fomentando en medios públicos, lo que siempre, fue un hecho rechazable, inmoral y humillante para la persona humana, ¡y más lucrándose con ello!. ¿Qué es eso, sino ejercer de vil chulo de putas?

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