Como ya he comentado en más de una ocasión, cuando surge una buena noticia, dado que ahora son tan escasas, hay que darla y difundirla a los cuatro vientos.
Y eso es lo que me propongo en este post, porque los amantes de la buena literatura, la que enseña, la que promueve valores y la que además entretiene, estamos de enhorabuena. Hace no mucho, dábamos cuenta en este blog de dos excelentes obras que además de hacernos pasar un buen rato, sobretodo de cara a estas vacaciones, nos hacen reflexionar, de forma profunda, sobre los males de este mundo y sus posibles remedios.
Los dos libros a los que me refería entonces, son “La sangre del Pelícano” del joven escritor Miguel Aranguren y “El Padre Elias” del canadiense Michael O´brien. Pues bien, este último acaba de lanzar al mercado la continuación de “El Padre Elias” bajo el título de “El librero de Varsovia”, también, como las otras dos obras mencionadas está editada por –Libros Libres- con cuidado esmero.
No os puedo, de momento, comentar nada sobre el libro puesto que acabo en estos momentos de comprarlo; viniendo de quien viene y además, si supone la continuación de la anterior, las perspectivas son tan atractivas como para correr raudo a su lectura una vez termine este post, ya os contaré más adelante.
Ni que decir tiene, que sigo recomendando efusivamente, las dos obras mencionadas anteriormente.
Y eso es lo que me propongo en este post, porque los amantes de la buena literatura, la que enseña, la que promueve valores y la que además entretiene, estamos de enhorabuena. Hace no mucho, dábamos cuenta en este blog de dos excelentes obras que además de hacernos pasar un buen rato, sobretodo de cara a estas vacaciones, nos hacen reflexionar, de forma profunda, sobre los males de este mundo y sus posibles remedios.
Los dos libros a los que me refería entonces, son “La sangre del Pelícano” del joven escritor Miguel Aranguren y “El Padre Elias” del canadiense Michael O´brien. Pues bien, este último acaba de lanzar al mercado la continuación de “El Padre Elias” bajo el título de “El librero de Varsovia”, también, como las otras dos obras mencionadas está editada por –Libros Libres- con cuidado esmero.
No os puedo, de momento, comentar nada sobre el libro puesto que acabo en estos momentos de comprarlo; viniendo de quien viene y además, si supone la continuación de la anterior, las perspectivas son tan atractivas como para correr raudo a su lectura una vez termine este post, ya os contaré más adelante.
Ni que decir tiene, que sigo recomendando efusivamente, las dos obras mencionadas anteriormente.
.
Tanto es así que esta ocasión, me dá pié para aprovechar y ampliar aquel comentario, centrándome exclusivamente en la novela de Aranguren; y no sólo porque convenga siempre explotar el producto nacional, sino porque si tuviera que hacer la difícil elección entre las dos comentadas, aun sin hacerle desprecio alguno a las de O´brien, siempre me quedaría con –La sangre del Pelícano-.
Lo primero que hay que decir, por justicia, en beneficio de esta gran novela, es que es muy entretenida y conmovedora. Con ella se descubre el placer de leer, no deja de sorprender y empuja, por su interés, a leer sin descanso, un capítulo tras otro. Pero además lo que llama la atención, por lo inhabitual, es el profundo respeto hacía la religión católica, en sus dogmas, creencias, ritos y jerarquías.
Otra de las cosas que más me han gustado es el conocimiento, me imagino fruto de viajes y probada documentación, de los lugares de los que habla; el Vaticano, los aledaños de la torre Eiffel, las callejuelas granadinas, las estribaciones del Himalaya o la vida en la lejana China, están retratados tan fielmente que, ciertamente llenan al lector no sólo de conocimientos, sino de vivencias.
Sin embargo, el verdadero valor de esta obra reside principalmente en movernos al pensamiento y ¿por qué no?, a la oración. La historia es la del bien y el mal y su eterna lucha. Una lucha, sin cuartel, donde la Esposa de Cristo nunca podrá ser vencida por el diablo, jamás caerá ante el mal. Porque hay muchos de sus hijos, como Giotta, Albrizzi, “el Papa de Aranguren” y el mismo Monticone están dispuestos a la santidad, incluso a través del sacrificio, dispuestos, como el mismo Jesucristo, EL PELÍCANO, a dar su sangre para que otros tengan vida, y la tengan en abundancia.
El argumento es trepidante, y la principal pareja protagonista funcionan complementariamente a la perfección para mantener el suspense hasta el brillante último capítulo, donde el climax de la historia llega a su cenit.
En La Sangre del Pelícano no hay mentiras, tan al gusto de los cultivadores de la literatura basura (Dan Brown), hay creatividad, imaginación, documentación y sobretodo amor a la Iglesia.
Con la novela de Miguel Aranguren se echa de menos que no haya cineastas valientes que quieran abordar el proyecto de llevar esta impresionante obra, tan cinematográfica, a la gran pantalla.
Tanto es así que esta ocasión, me dá pié para aprovechar y ampliar aquel comentario, centrándome exclusivamente en la novela de Aranguren; y no sólo porque convenga siempre explotar el producto nacional, sino porque si tuviera que hacer la difícil elección entre las dos comentadas, aun sin hacerle desprecio alguno a las de O´brien, siempre me quedaría con –La sangre del Pelícano-.
Lo primero que hay que decir, por justicia, en beneficio de esta gran novela, es que es muy entretenida y conmovedora. Con ella se descubre el placer de leer, no deja de sorprender y empuja, por su interés, a leer sin descanso, un capítulo tras otro. Pero además lo que llama la atención, por lo inhabitual, es el profundo respeto hacía la religión católica, en sus dogmas, creencias, ritos y jerarquías.
Otra de las cosas que más me han gustado es el conocimiento, me imagino fruto de viajes y probada documentación, de los lugares de los que habla; el Vaticano, los aledaños de la torre Eiffel, las callejuelas granadinas, las estribaciones del Himalaya o la vida en la lejana China, están retratados tan fielmente que, ciertamente llenan al lector no sólo de conocimientos, sino de vivencias.
Sin embargo, el verdadero valor de esta obra reside principalmente en movernos al pensamiento y ¿por qué no?, a la oración. La historia es la del bien y el mal y su eterna lucha. Una lucha, sin cuartel, donde la Esposa de Cristo nunca podrá ser vencida por el diablo, jamás caerá ante el mal. Porque hay muchos de sus hijos, como Giotta, Albrizzi, “el Papa de Aranguren” y el mismo Monticone están dispuestos a la santidad, incluso a través del sacrificio, dispuestos, como el mismo Jesucristo, EL PELÍCANO, a dar su sangre para que otros tengan vida, y la tengan en abundancia.
El argumento es trepidante, y la principal pareja protagonista funcionan complementariamente a la perfección para mantener el suspense hasta el brillante último capítulo, donde el climax de la historia llega a su cenit.
En La Sangre del Pelícano no hay mentiras, tan al gusto de los cultivadores de la literatura basura (Dan Brown), hay creatividad, imaginación, documentación y sobretodo amor a la Iglesia.
Con la novela de Miguel Aranguren se echa de menos que no haya cineastas valientes que quieran abordar el proyecto de llevar esta impresionante obra, tan cinematográfica, a la gran pantalla.
.
De momento nos conformaremos con disfrutar de la brillante prosa de este autor en las páginas de su libro, esperando que Miguel se decida, tal como ha hecho ya O´brien a deleitarnos con la continuación de esta excelentísima y emocionante obra.
.
***
Para saber más:
http://www.miguelaranguren.com/ y http://www.libroslibres.com/
* * * * *
3 comentarios:
Hola arce,ya dirás como está este libro una vez leído.buen fin de semana.
Gracias por la recomendación, yo estoy ahora mismo leyendo el libro de Benedicto XVI sobre Jesús, que me lo regalaron hace un año exactamente y aunque parezca imposible no he podido leerlo hasta ahora.
Un saludo
El libreo de Varsovia me apetece mucho. Besiños
Publicar un comentario