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Querido señor Santiago, eres, sigues siendo apóstol de España. Pero ya casi nadie celebra tu fiesta aquí, casi ya no queda España. Ya somos sólo 17 nazionalidades unidas por el lazo inquebrantable del Corte inglés.
Este ya es un país laico, multicultural, progre. Sí, todavía hay un rey que te hace la ofrenda, pero las más de las veces, lo hace por obligación y delegación y además sin gran entusiasmo; la devoción es NULA. Hoy por ejemplo, el monarca ha cambiado el entrañable abrazo contigo por echarse en brazos del faltón y despota Hugo Chavez. Es el signo de estos tiempos.
Las cosas, en otros aspectos casi nada han cambiado desde que te fuiste. Esto está otra vez, está lleno de moros y musulmanes pero tu ya no estás aquí, y además no eres bien recibido, eres lo que se dice, políticamente correcto, tu apelativo de Santiago Matamoros, está mal visto, ofende a las sensibilidades más sensibleras.
Yo a pesar de ello, sigo confiando en Tí, y en tu poderosa intercesión ante el Altísimo.
Yo sólo te pido, querido Apostol, que nos ayudes. Tú verás que haces pero es urgente que hagas algo. Santiago y cierra España, decíamos antes:
Yo hoy te pido, ciérrala de los burócratas de Europa y Bruselas, de los que matan niños no nacidos, de los que piensan que este país nació en la II República, de los naZionalismos excluyentes, ciérrala de los mercaderes y de los políticos mentirosos y vendidos. Cierrala del odio y haz que volvamos la vista a la Cruz salvadora y liberadora de Cristo y sobretodo danos ánimos para seguir en la batalla, para no flaquear en nuestras convicciones y dar ejemplo de ellas con nuestras vidas.
¡Viva Santiago, Viva España.!
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2 comentarios:
Ojala el apostol nos eche una mano pues lo necesitamos,lo malo es que hay demasiada chusma en este país que no se lo merece,para empezar que tire a los moros y a los tontos que les permiten abrir sus mezquitas.¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!
Un poco tarde, pero pido contigo que Santiago cierre España, querida y dolorida, a todo lo que dices.
Que él te bendiga para que no nos falten nunca tus palabras.
Besiños
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