Si en el post anterior, hablábamos de la muy sorprendente ausencia del Borbón en los grandes momentos olímpicos de la capital china, ahora, quiero comentar otro hecho similar en la negligencia y posiblemente más grave que el anterior; aunque si he de ser sincero, he de decir que en este caso me sorprende muchísimo menos.
Y es que con la que está cayendo y con la que se avecina a la vuelta de las vacaciones, es vergonzosa y vergonzante la actitud de silencio y claudicación de los llamados sindicatos de clase, especialmente de los dos mayoritarios.
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Nunca el trabajador ha estado más desamparado que en estos tiempos. Ante el currito español, se ciernen el fantasma del paro, de la congelación salarial indefinida, de la precariedad laboral y por consiguiente el panorama es desolador. La cesta de la compra de los alimentos más básicos hacia arriba, la hipoteca asfixiante... ¡ya no nos llega la camisa al cuello!, ¡ya no quedan agujeros en el cinturón!... a donde vamos a parar.
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Efectivamente, ya sabemos que los políticos no valen ni para jugar a las chapas, pero... ¿donde están aquellas instituciones que por tradición y vocación debieran ser los máximos defensores del trabajador?. Están en babia, calladitos, sumisos, a pan y manteles. Los sindicatos, y era mi sospecha, que ahora se confirma, no son más que un nido de vagos, un refugio de estómagos agradecidos a la izquierda ancestral y vetusta que los cobija. El trabajador español les importa un rábano.
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De lo que nadie duda a estas alturas, es la convicción absoluta , que si este lío de proporciones económicas desmesuradas lo hubiese provocado la derecha (cosa impensable, por otra parte), estos sindicatos del toma pan y moja, dada su dependencia y sectarismo, estarían montando en la calle la de San Quintín.
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Ultimamente hay analistas que piensan que en la economía española existen dos cánceres que nos están esquilmando; el primero son las administraciones autonómicas y el segundo la desenfrenada inmigración; yo estoy deacuerdo, pero añadiría uno más: los sindicatos; a mi modo de ver, para lo que sirven, para lo que hacen y para lo mucho que cobran, los suprimiría. (salvo honrosas excepciones).
Y es que con la que está cayendo y con la que se avecina a la vuelta de las vacaciones, es vergonzosa y vergonzante la actitud de silencio y claudicación de los llamados sindicatos de clase, especialmente de los dos mayoritarios.
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Nunca el trabajador ha estado más desamparado que en estos tiempos. Ante el currito español, se ciernen el fantasma del paro, de la congelación salarial indefinida, de la precariedad laboral y por consiguiente el panorama es desolador. La cesta de la compra de los alimentos más básicos hacia arriba, la hipoteca asfixiante... ¡ya no nos llega la camisa al cuello!, ¡ya no quedan agujeros en el cinturón!... a donde vamos a parar.
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Efectivamente, ya sabemos que los políticos no valen ni para jugar a las chapas, pero... ¿donde están aquellas instituciones que por tradición y vocación debieran ser los máximos defensores del trabajador?. Están en babia, calladitos, sumisos, a pan y manteles. Los sindicatos, y era mi sospecha, que ahora se confirma, no son más que un nido de vagos, un refugio de estómagos agradecidos a la izquierda ancestral y vetusta que los cobija. El trabajador español les importa un rábano.
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De lo que nadie duda a estas alturas, es la convicción absoluta , que si este lío de proporciones económicas desmesuradas lo hubiese provocado la derecha (cosa impensable, por otra parte), estos sindicatos del toma pan y moja, dada su dependencia y sectarismo, estarían montando en la calle la de San Quintín.
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Ultimamente hay analistas que piensan que en la economía española existen dos cánceres que nos están esquilmando; el primero son las administraciones autonómicas y el segundo la desenfrenada inmigración; yo estoy deacuerdo, pero añadiría uno más: los sindicatos; a mi modo de ver, para lo que sirven, para lo que hacen y para lo mucho que cobran, los suprimiría. (salvo honrosas excepciones).
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5 comentarios:
Tu los has dicho, la administración sobredimensionada es el principal cáncer, una masa de funcionarios chupopteros que se lleva gran parte de los presupuestos.
La inmensa cantidad de de altos cargos del estado, directores, generales, subdirectores, etc cada uno con sus equipos, despachos, dietas, cohes, pisos, viajes etc
Otro factor son los que no cotizan pero usan la sanindad pública, inmigrantes etc.
Los sindicatos, vividores del cueto tambien, viven de la inercia y de las subvenciones.
Yo apuntaria tambien en menor medida el gasto que tenemos en subvenciones a actos inutiles, como apoyo a la cuba castrista, a asociaciones de travestis, operaciones de cambio de sexo, "limosnas politicas" a paises filocomunistas.
Vamos de culo y cuesta abajo, como dice el dicho popular.
Los sindicatos hace mucho años que dejkaron de defender los interese de los trabajadorores para ser una sucursal de los aprtidos de izquierdas. Lamentable pero cierto.
Nunca he entendido porque con nuestros impuestos tenemos que financiar a los sindicatos. ¿ porque no se financian con las cuotas de sus asociados?....
saludos,
Los sindicatos hace mucho años que dejkaron de defender los interese de los trabajadorores para ser una sucursal de los aprtidos de izquierdas. Lamentable pero cierto.
Nunca he entendido porque con nuestros impuestos tenemos que financiar a los sindicatos. ¿ porque no se financian con las cuotas de sus asociados?....
saludos,
Totalmente de acuerdo contigo, ¿donde están los sindicatos?¿y los cantantes?¿y los actores? Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Ana Belén, Fran Perea, Loles León, etc, Candido Mendez, pero por Dios ¿Qué perro muerde la mano que le da de comer? La mano de su amo, ¿que queremos? O somos Juan Palomo y nos tiramos nosotros a la calle a protestar o la llevamos clara.
¡Abajo los Sindicatos! y que sus integrantes se pongan a trabajar, como los demás obreros.
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