martes, 23 de septiembre de 2008

EL PROBLEMA


Ya han pasado unas horas, pero aún están calientes, en mi retina y en mi pensamiento, las imágenes del atentado contra la vida del brigada D. Luis Conde; y aunque algunos pensarán que es sólo uno más, al pensar en los suyos, me sobrecojo.
Esta vez, los profesionales del crimen y de la desolación han querido dejar su sello sangriento en Santoña, y es precisamente esa curiosa coincidencia, la que a mi, hoy me hace recordar la muerte, también a manos de ETA, de un ilustre hijo de esta preciosa villa cantabra: D. Luis Carrero Blanco; porqué fue desde su tremendo asesinato, cuando yo empecé a oír hablar, por primera vez, de esta banda de asesinos; y de esto ya han pasado, nada más y nada menos que 35 años.
Y yo me pregunto, ¿Qué han conseguido después de tantos lustros?, ¿Qué más quieren?.
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Desde que tengo uso de razón, estoy oyendo hablar del problema vasco y el problema catalán y estos problemas más que restarse se multiplican; ahora ya además de los anteriores, hay que hablar del problema gallego, del problema andaluz o del problema canario; y en realidad lo que hoy está más en entredicho que nunca es la unidad nacional de todo el territorio español. El cáncer del nacionalismo ya es metástasis y se ha propagado por cualquier rincón de España.
Bien es verdad, que en estos últimos años, ha habido gobiernos que han sabido compatibilizar las directrices plurales que marca la Constitución con esas ansias legítimas de autogobierno, pero desde que Zapatero llegó al poder, este proceso maligno ha adquirido una velocidad imparable y de difícil cura.
Desde aquel aciago día que dijo que la nación es discutida y discutible, se abrió la caja de Pandora y España quedo irremediablemente tocada de muerte.
Decía Napoleón que la política es una casa de putas que alberga a las más feas, y yo añado, en ocasiones a las más incompetentes. A partir de aquel pistoletazo de salida prometió satisfacerles en todas sus demandas soberanistas, que por supuesto, van mucho más allá del simple traspaso de competencias. Hemos pasado de la noche a la mañana de aquella histriónica ocurrencia de la “nación de naciones”- que no dejaba de ser una contradicción en sus términos-, al estat catalá o al estado vasco y punto.
Aquí ya hasta el más tonto se atreve, y unos y otros piden y el genio de la lámpara concede. Ahora, gracias a su estatut, “Cataluña es una nación dentro de un marco diverso de España”, y el País Vasco, en breve seguirá sus pasos.

Centrándonos en el “problema” vasco, hay que decir que, pese a quien pese, la historia del PNV y del nacionalismo vasco está ligada indefectiblemente a ETA. Y aunque algunos se sorprendan y crean incongruente la trayectoria del PNV, tan católico en sus principios, la hoja de ruta ya está trazada; y poco les importa hacer suyo un racismo repugnante a los ojos de la Iglesia o valerse del aparato marxista leninista de batasuna para llegar a sus objetivos secesionistas.
Que nadie dude, que tarde o temprano, el Plan Ibarreche, aun con matices y retoques cosméticos, será aprobado en breve. Y que nadie dude tampoco, que el plan Ibarreche es el plan de ETA, de la alternativa KAS y por consiguiente supondrá la victoria militar de ETA.
Hoy todo el nacionalismo es una piña en torno al plan. Hay caminos diferentes, flecos, sutiles sugerencias, pero el plan es un estandarte para llegar a su objetivo, y el objetivo es común y notorio.
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Así mismo, es de justicia reconocer también, que en este juego de villanos de la más baja ralea, no están sólo, los nacionalistas históricos. Este es un juego en el que los socialistas, tienen el papel protagonista. Ibarreche, Otegui, Artur Mas y Carod Rovira, comparten, algo más que pan y mantel, en esta mesa con ciertos “ilustres” barones socialistas como Pascual Maragall, Josep Montilla, Odón Elorza, Txiki Benegas y hasta el mismísimo Zp. Sin embargo a este último me temo que el problema se le ha ido de las manos.
Zp, es como aquel niño que encontró San Agustín, queriendo meter toda el agua del mar en un pequeño hoyo de arena, pero eso es de santos, es muy difícil, más aun, imposible para este pobre laico descreído.

¿Y el “problema” de ETA?, por ahora, sin solución.
Aun lado queda ya, así parece, aquella molesta sospecha sobre su intervención en la matanza del 11 de marzo; aquella que, en gran medida, propició el triunfo electoral del PSOE; pero, a pesar de los 35 años de actividad de la banda, esta sigue vivita y coleando. Hubo quienes, en su día, dijeron que buscarían a los asesinos hasta en las entrañas de la tierra y no buscaron ni en el suburbano madrileño, y hubo otros que dijeron que conseguirían el principio del fín, y en este caso, efectivamente acertaron, porque esto es -El principio del fin-, pero de España.

Llegando al final, vuelvo a los tiempos de Carrero Blanco y recuerdo a un joven príncipe recién nombrado para suceder a Franco en la jefatura del Estado. Hoy este príncipe ya es un Rey con mucho bagaje a cuestas. Y esto me hace rememorar una curiosa anécdota, ocurrida en un bar capitalino. Esta tuvo lugar entre dos personas que veían por televisión la boda del ahora Príncipe heredero. Uno le dijo al otro. ¿Cuál crees que será el último rey de España, el actual o su hijo?, el que estaba a mi lado en la barra, contestó rotundamente: -la monarquía morirá con la desintegración de España-.
Posiblemente, este hombre era profeta. Pero ese… no es mi “problema”.
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* * * * *

5 comentarios:

alter-ego dijo...

En definitiva,Arcen, creo que ETA es un problema muy difícil de resolver, ya que ni con la unión de las ideas de los partidos políticos ni derechas ni izquierdas no se llega a buen puerto. Pienso que hay que reaccionar y “cortar las alas” a ETA para que no siga haciendo mas terrorismo.¿como? Empezando a sacar los "carcas" del poder judicial.

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Perfecto análisis de la situación, Arcendo, y tristes y dolorosas las perspectivas. España se nos hunde y no parece que los ciudadanos de a pie podamos hacer mucho por evitarlo.Los principios morales se desintegran, la economía se va al carajo, en el mundo ya sólo somos un punto casi imperceptible del que nadie se preocupa y con el que nadie cuenta, los nacionalismos cada vez más esacervados, los etarras continuan con sus matanzas, todo lo que se había conseguido con el Gobierno Aznar, se ha volatilizado. ¡Qué tristeza!
Un abrazo.

Unknown dijo...

El problema de ETA, pienso, es que a algunos les sirve como moneda de cambio en elecciones.
Además ETA, extorsionan igual que la mafia, y estan acostumbrados a vivir de eso.
Y sobre todo con una justicia blandengue y timorata, campan a sus anchas.
Un abrazo.
Por cierto, la monarquía me importa un bledo, si no me costara dinero ;)

Schwan dijo...

Más que decir que ETA e sun problema, el problema es el autonómico, que sólo ha servido para crear agueros enormes de gasto dónde antes no lo había y para financiar nacionalismos excluyentes y radicales.

Y, en el caso del país vasco, aun peor, porque se ha protegido, costeado y comprendido a simples y brutales asesinos.

Caballero ZP dijo...

Yo partiría de la base de que no hay ningún problema, excepto los que se inventan ciertos nacionalismos para poder seguir mamando de la teta.
Saludos

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