LO QUE VIENE

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Viendo las noticias con respecto a la pandemia de gripe que ahora le toca sufrir al mundo, uno no puede por menos que alertarse. Ver los vídeos de México, país fuente de este virus, es como poco, chocante. Las calles desiertas, los centros de salud abarrotados, la gente con mascarillas, los colegios cerrados; desde luego es una visión inusual en una de las grandes capitales del mundo.
No en vano, a la vista de estos hechos y de otros, no menos significativos (la crisis económica, por ejemplo), algunos vislumbran ya, el comienzo de los acontecimientos que apuntaba el Libro de la Revelación.
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El Apocalipsis es el último libro de la Biblia, es decir es uno de los Libros Santos y además su lectura es objeto de una bienaventuranza especial.
S. Juan escribió el Apocalipsis en la isla de Patmos, y su objeto es consolar a los cristianos ante las continuas persecuciones, despertar la esperanza y preservarlos de las doctrinas falsas.
Es un Libro profético, de hecho es el único con ese carácter de todo el Nuevo Testamento y dicen, no sin razón, que es uno de los más difíciles de la Biblia. Está lleno de símbolos y de enigmas de difícil entendimiento.
La dificultad viene de una interposición de planos que no podemos deslindar, una frase parece referirse a la inminente destrucción de Jerusalén (la antigua ciudad) y la siguiente, sin solución de continuidad, parece hablarnos de la catástrofe final que cerrará la historia. Tan pronto nos dice que todo lo anunciado ocurrirá antes de que acabe una generación, como que, nadie sabe cuando ocurrirá lo que se viene anunciando.
Al final, acabamos con la impresión de que se nos están proyectando simultáneamente dos fotogramas, sin que logremos distinguir que corresponde a una u otra cosa, y además con infinidad de escenas, borrosas y confusas, precisamente por el coincidir de esas secuencias proyectadas.
Así pues, dada que dado el tremendo obstáculo para mi torpe mente, que supone la interpretación de tanta incógnita, creo que en este caso, mi cometido, es simplemente creer. Creer en la Palabra de Dios, creer y fiarme de Él. Creer y velar, porque sea cuando fuera, sucederá, y lo único que importa es seguir viviendo y buscar Su Voluntad: ¡Amar!
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Ahora, la salud de la humanidad parece estar en un hilo, ¿serán estos los signos que anuncian el principio de la gran tribulación anunciada por el Apocalipsis? Yo no sé si el tiempo ha empezado, pero si sé, que estamos viviendo ya un nuevo Adviento, y lo estamos viviendo esperanzados, desde que El, ascendió a los cielos; desde entonces estamos en contínua espera.
Sí, el Apocalipsis nos anuncia grandes dolores, pero, no de debemos agobiarnos.… ¿No vino la salvación a través de la Cruz?, Cuando nos unimos al dolor y al sufrimiento de Cristo, sabemos que el dolor es santificación. El dolor, entonces es un valor y además el medio supremo para la santificación. La enfermedad un privilegio y el sufrimiento un mérito. Nada ocurre para mal. Pero aún así, NADA DEBEMOS TEMER.
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¿Y si fuera así?, ¿y, si de verdad estuviéramos en los albores del fín de los tiempos?...
Yo no lo sé, pero la verdad, no me preocupa mucho, sinceramente prefiero vivir el día a día, de cara a Dios y no angustiarme por nada, “cada día tiene su afán”, y en cada momento, estoy seguro, Dios me va a asistir para resistir lo necesario, para no caer; nunca me va a pedir, algo que esté por encima de lo que yo no pueda hacer. El es mi Padre, un Padre amoroso, que siempre se preocupa de sus hijos.
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El Apocalipsis, en ciertos momentos, nos muestra un panorama triste y desolador, como el que estamos viviendo hoy en este mundo, pero también sobre todo nos habla de victoria y de esperanza, es un fascinante y enriquecedor viaje, de la mano de Nuestro Señor Jesucristo, que nos enseña sobre todo que, El es “Jesús, el Hijo de Dios, en esta tierra fue un Cordero indefenso, herido y muerto. Y, sin embargo, está en pie, firme, ante el trono de Dios y participa del poder divino. Tiene en sus manos la historia del mundo. De este modo, el vidente (San Juan) nos quiere decir: ¡tened confianza en Jesús, no tengáis miedo de los poderes opuestos, de la persecución! ¡El Cordero herido y muerto vence! ¡Seguid al Cordero Jesús, confiad en Jesús, emprended su camino! Aunque en este mundo sólo parezca un Cordero débil, ¡Él es el vencedor!” (Benedicto XVI).
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Decíamos al principio que su lectura es objeto de una bienaventuranza especial, esto es según la promesa del tercer versículo del libro: “...bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas... ...Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas de que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro... Esta es la premisa fundamental del estudio, no añadir ni quitar nada, sino: ...No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca...” Ref. tomadas de Apocalipsis: 1:3, 22:18 y 22:10.
Así pues, hoy más que nunca en este tiempo de incertidumbres, recomendaremos su lectura para que el Espíritu Santo, nuestro guía, nos enseñe lo que el Padre nos quiere revelar en este libro santo, y para que al final, cuando llegué la hora final que anuncia ese reloj profético de Dios, podamos decir sin miedo alguno, bienvenido sea el fín de estos tiempos, bienvenido sea el fín de este valle de lágrimas, porque llega el tiempo de Dios, el tiempo en que vamos a estar con nuestro amado Padre, eternamente.
Entre tanto... recemos por nosotros y por los que sufren, recemos por todos y actuemos en consonancia con la Fé que se nos ha dado.

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Para terminar, y predicando con el ejemplo, no encuentro mejor broche, que el propuesto por el magnífico blog "COMENTANDOLOTODO". En el se nos anima a rezar a la Virgen de Guadalupe, Madre de América y Señora del mundo, por nuestros hermanos mexicanos, en esta mala hora. La oración es preciosa, y además se nos pide, desde ese querido blog, que la difundamos en nuestras bitácoras, yo también os animo a hacerlo.
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Santa María de Guadalupe:

A ti que nos amas con especial ternura, velas por nosotros con maternal intercesión y nos procuras siempre tu eficaz ayuda suplicamos tu protección y auxilio para superar pronto esta epidemia que ha venido a afectar nuestra nación.

Cúbrenos con tu manto, líbranos de este mal.

Ruega por todas las autoridades y por quienes tienen poder de decisión para que sepan establecer medidas y prioridades para prevenir y ayudar a toda la población, y en particular a quienes son más vulnerables.

Concédenos prudencia y serenidad para actuar con mucha responsabilidad y así evitar ser contagiados o contagiar. Socorre al personal de salud, vela por la recuperación de los enfermos y sé consuelo de quien se encuentran en duelo.

Madre del Verdadero Dios por quien se vive, Tú que nos has rescatado de otras plagas, encomiéndanos a la misericordia de Aquel que nos sanó con Sus llagas y nos libró de la muerte con Su Resurrección. Enséñanos a unir nuestro dolor al Suyo para hallarle sentido redentor y salir de esta adversidad fortalecidos en la fe, la esperanza y el amor.

Amén.

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Pdta. Para saber más sobre el Apocalipsis, recomiendo ENCARECIDAMENTE la visita y lectura del post de GUERRERA DE LA LUZ al respecto, es terriblemente esclarecedor, pero también, para el que cree, profundamente esperanzador, no os lo perdais (Ver enlace). Saludos a todos.

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