Ahora estamos viviendo unos momentos, ciertamente difíciles, por un lado, supongo que a estas alturas ya, nadie duda que las vacas gordas pasaron a la historia, y eso sin duda, ya es una desgracia, sobre todo para los que empiezan a pasar hambre. Por otro, a la vez que, van apareciendo nuevas confirmaciones de casos de gripe porcina se va provocando una inevitable sensación de alarma en la población, tanto es así que los gobiernos y desgobiernos (como el nuestro) han tenido que tomar serias medidas ante el creciente desabastecimiento de mascarillas y antivirales en las farmacias.
.
Evidentemente son cuestiones que intranquilizan, y que a muchos nos hacen pensar. Sin embargo, ni esto viene de ahora, ni las reacciones son nuevas. Y lamentablemente la primera respuesta popular es la del pánico, la de un miedo inconsciente, incontenible y peligroso. Hace tan solo unos años el celebre escritor y periodista italiano Indro Montanelli escribía en los siguientes términos, a propósito del virus de las vacas locas:
“Estamos en tiempo de grandes miedos colectivos. Me parece, por ello, que existe actualmente una verdadera epidemia que amenaza al mundo: la epidemia del terror. Se diría que la humanidad tiene necesidad de éste como necesita del oxígeno para respirar."
.
Bien es verdad, que parece que vivimos en una sociedad omnipotente, todo parece estar controlado pero si aparece algo imprevisto..., de repente nos damos cuenta de la cruda realidad, la vulnerabilidad inherente a la condición humana.
Sin embargo, a pesar de todas esas crisis que nos aterrorizan, no nos damos cuenta de lo más evidente. Creo haber repetido alguna vez en este blog aquellas proféticas palabras de San Josemaría Escrivá, “Estas crisis mundiales son crisis de santos”. La gran crisis que atraviesa nuestro mundo no es solo de fe o de moral, sino sobretodo de Esperanza.
.
Este sábado pasado, pusieron en televisión una película, a mi modo de ver, fantástica, “Cadena de favores”. Es una historia conmovedora y motivadora, que nos puede dar muchas claves, en estos momentos.
El argumento, narra el desarrollo de un trabajo escolar. El profesor, a principios de curso, propone a sus alumnos, pensar en cosas para hacer más llevadero este mundo, para mejorarlo y les da un plazo, hasta final de curso. La respuesta de uno de los chavales es rápida y contundente. Piensa en un proyecto cuya primera regla reza: debes ayudar a tres personas distintas, a hacer algo que no puedan hacer por ellas mismas y cada una de ellas hará lo mismo con otras tres. Y así sucesivamente. Con lo que se establece una maravillosa cadena, que se expande como el fuego, con consecuencias insospechadas.
Se Inicia así, en la película un diálogo enfocado a caer en la cuenta de la realidad del mundo en el que vivimos y que los demás necesitan que todos hagamos algo para mejorarlo, para devolverles la Esperanza, en el mundo y en el ser humano.
.
Estoy de acuerdo en que todo esto pueda parecer muy utópico, pero…ante todo lo que nos está tocando vivir ¿Cuál es la respuesta?, nuestra respuesta…¿qué hacer? ¿Tirar la toalla y hundirnos en nuestros miedos, en el pesimismo y la desesperanza?. Contra la desesperanza no hay más que un tratamiento- hacerse menos preguntas y trabajar más.
.
.
Evidentemente son cuestiones que intranquilizan, y que a muchos nos hacen pensar. Sin embargo, ni esto viene de ahora, ni las reacciones son nuevas. Y lamentablemente la primera respuesta popular es la del pánico, la de un miedo inconsciente, incontenible y peligroso. Hace tan solo unos años el celebre escritor y periodista italiano Indro Montanelli escribía en los siguientes términos, a propósito del virus de las vacas locas:
“Estamos en tiempo de grandes miedos colectivos. Me parece, por ello, que existe actualmente una verdadera epidemia que amenaza al mundo: la epidemia del terror. Se diría que la humanidad tiene necesidad de éste como necesita del oxígeno para respirar."
.
Bien es verdad, que parece que vivimos en una sociedad omnipotente, todo parece estar controlado pero si aparece algo imprevisto..., de repente nos damos cuenta de la cruda realidad, la vulnerabilidad inherente a la condición humana.
Sin embargo, a pesar de todas esas crisis que nos aterrorizan, no nos damos cuenta de lo más evidente. Creo haber repetido alguna vez en este blog aquellas proféticas palabras de San Josemaría Escrivá, “Estas crisis mundiales son crisis de santos”. La gran crisis que atraviesa nuestro mundo no es solo de fe o de moral, sino sobretodo de Esperanza.
.
Este sábado pasado, pusieron en televisión una película, a mi modo de ver, fantástica, “Cadena de favores”. Es una historia conmovedora y motivadora, que nos puede dar muchas claves, en estos momentos.
El argumento, narra el desarrollo de un trabajo escolar. El profesor, a principios de curso, propone a sus alumnos, pensar en cosas para hacer más llevadero este mundo, para mejorarlo y les da un plazo, hasta final de curso. La respuesta de uno de los chavales es rápida y contundente. Piensa en un proyecto cuya primera regla reza: debes ayudar a tres personas distintas, a hacer algo que no puedan hacer por ellas mismas y cada una de ellas hará lo mismo con otras tres. Y así sucesivamente. Con lo que se establece una maravillosa cadena, que se expande como el fuego, con consecuencias insospechadas.
Se Inicia así, en la película un diálogo enfocado a caer en la cuenta de la realidad del mundo en el que vivimos y que los demás necesitan que todos hagamos algo para mejorarlo, para devolverles la Esperanza, en el mundo y en el ser humano.
.
Estoy de acuerdo en que todo esto pueda parecer muy utópico, pero…ante todo lo que nos está tocando vivir ¿Cuál es la respuesta?, nuestra respuesta…¿qué hacer? ¿Tirar la toalla y hundirnos en nuestros miedos, en el pesimismo y la desesperanza?. Contra la desesperanza no hay más que un tratamiento- hacerse menos preguntas y trabajar más.
.
.
Curiosamente, esa película también me trajo a la memoria otra, vista ya hace algunos años. Esta, es una de las primeras de aquel grande que fue Fernando Fernán Gómez, “Balarrasa”, llevaba por título. Balarrasa era el apodo de un joven oficial de la legión, de conducta algo extraviada, que por un golpe de Luz, muy al estilo paulino, le cambió la vida.
Curiosamente, esa película también me trajo a la memoria otra, vista ya hace algunos años. Esta, es una de las primeras de aquel grande que fue Fernando Fernán Gómez, “Balarrasa”, llevaba por título. Balarrasa era el apodo de un joven oficial de la legión, de conducta algo extraviada, que por un golpe de Luz, muy al estilo paulino, le cambió la vida.
Una de las escenas cruciales, es aquella en la que un personaje, muriéndose, se aterraba ante la idea de hacerlo «con las manos vacías». Cada vez que pienso en esa escena, también pienso que ningún infierno peor que el de la esterilidad. Sea lo que sea de mi vida, a la vista de aquello, siempre pensé que yo tendría que dejar aquí algo cuando me fuera, aun cuando se tratara solamente de una gota de esperanza o alegría en el corazón de un desconocido. Aquí vuelvo a San Josemaría, en el primer punto de su best seller, “Camino”: “Que tu vida no sea una vida estéril. -Sé útil. -Deja poso. Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor…”
.
Efectivamente estos son tiempos difíciles, pero de nosotros depende mucho el poder cambiarlos, De todos y cada uno, individualmente.
Todo el tiempo estamos decidiendo qué caminos transitar. Y todo el tiempo estamos a tiempo de parar, de volver atrás, de desandar, de cambiar el rumbo. Siempre, mientras haya tiempo.
La lección ante la adversidad debe ser la acción, la propagación de la Esperanza y el Amor, pero la propagación activa, militante, seria y responsable de cada uno. No valen omisiones, es tiempo de audaces.
Hay cosas que no comprendemos, pero si hay un misterio ¿por qué negarlo en lugar de comprenderlo?, deja que vean tus ojos, esas verdades que por miedo niegan otros.
.
Dios es justo, respetando la libertad que nos ha dado, como decía San Agustín: "Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti”, pero es Padre y es Amor por encima de todo, su Misericordia es inmensa. Muchas veces no sabemos cómo, pero Él, siempre es fiel a su amor. A veces nos corrige, aun con dureza, pero siempre ayudándonos a crecer y a madurar. Así pues, confiemos más, analicemos menos, y crezcamos en amor.
.
En el mundo, ya hay demasiadas personas que hablan de amargura y de tristeza, hablemos nosotros de Esperanza, hablemos de Alegría, pero no con palabras sino con hechos cotidianos, porque fé sin obras…es fe muerta. No nos vayamos de aquí…”con las manos vacias”. Pidámoselo así a María, A Ella, que tuvo la Esperanza del mundo en sus manos.
.
.
Efectivamente estos son tiempos difíciles, pero de nosotros depende mucho el poder cambiarlos, De todos y cada uno, individualmente.
Todo el tiempo estamos decidiendo qué caminos transitar. Y todo el tiempo estamos a tiempo de parar, de volver atrás, de desandar, de cambiar el rumbo. Siempre, mientras haya tiempo.
La lección ante la adversidad debe ser la acción, la propagación de la Esperanza y el Amor, pero la propagación activa, militante, seria y responsable de cada uno. No valen omisiones, es tiempo de audaces.
Hay cosas que no comprendemos, pero si hay un misterio ¿por qué negarlo en lugar de comprenderlo?, deja que vean tus ojos, esas verdades que por miedo niegan otros.
.
Dios es justo, respetando la libertad que nos ha dado, como decía San Agustín: "Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti”, pero es Padre y es Amor por encima de todo, su Misericordia es inmensa. Muchas veces no sabemos cómo, pero Él, siempre es fiel a su amor. A veces nos corrige, aun con dureza, pero siempre ayudándonos a crecer y a madurar. Así pues, confiemos más, analicemos menos, y crezcamos en amor.
.
En el mundo, ya hay demasiadas personas que hablan de amargura y de tristeza, hablemos nosotros de Esperanza, hablemos de Alegría, pero no con palabras sino con hechos cotidianos, porque fé sin obras…es fe muerta. No nos vayamos de aquí…”con las manos vacias”. Pidámoselo así a María, A Ella, que tuvo la Esperanza del mundo en sus manos.
.
* * *
* * * * *
12 comentarios:
Balarrasa marcó pr completo mi adolescencia y más exactamente lo de "Las manos vacias", pero esque "cadena de favores" la he visto tres veces y me parece de lo más ejemplar, si todos nos decidiéramos a seguir esa cadena el mundo llegaría a vivir en paz.
me gusta este post de madrugada.
Un beso
HOLA ARCENDO
Nos hablas de la esperanza en un momento en que se necesita más que nunca, la situación por la que estamos atravesando es muy difícil, primero la crisis económica y ahora nos viene la gripe porcina, dicen que no hay que alarmarse que no pasa nada pero entonces ¿por qué el personal del hospital clínico llevan todos mascarillas? supongo que será para prevenir pero la alarma ya está en la calle.
Yo también he visto esta película a la que haces referencia "Cadena de favores" y otra que me ha dejado un poco inquieta ha sido "señales del futuro".
Esperemos no perder la esperanza Arcendo.
Un beso
Especialmente interesante me resulta la frase de san Josemaría de que estas crisis son crisis de santos. Y aunque nos gustaría que las cosas se solucionaran solas, dependen mucho de nosotros. De lo que nosotros seamos capaces de hacer para crear un ambiente propicio de respeto a la persona. Pienso que tenemos que ser optimistas y tener esperanza en el ser humano. Un saludo.
A mi me gusta esta frase: “confiemos más, analicemos menos, y crezcamos en amor".
Las malas noticias vuelan y venden más pero tenemos también motivos para la esperanza.
Y esta canción de esperanza llena de fuerza (que no conocía aunque ya el primer lp que me compré fue de este grupo)
me ha entusiasmado (los roqueros duros tienen las mejores baladas)
“Tengo buenas noticias
Si hay alboroto…no te alarmes
Si escuchas con atención
Todo todavía se convierte en oro
La melodía llegara a ti al fin
Cuando todos son uno
Y uno todos”
Me llevo la imagen y la música para mi blog.
La canción es preciosa: no te alarmes, si hay alboroto.
Qué razón tiene mi amiga Fran y cómo me alegro que te comente.
Te deseo una buena semana.
la mía empieza esta tarde.
Un beso
¡Vaya que engañado estaba!, yo que pensaba que le principal problema en España era la gripe porcina, tendré que escribir a los informativos protestando.
Saludos
Ohhh qué post más bonito Arcen, luego vengo tranquilamente a comentarte, que estoy a tope de trabajo.
Besazos.
Off topic//
Arcendo te puse un imail, si puedes míralo antes de las siete. Un beso
Da gusto escucharte hablar de esperanza, en todos los sentidos. la esperanza que viene a ser lo mismo que la fe, no puede existir una sin la otra, hay que acrecentarla hasta que las dos desaparezcan en la VIDA, donde sólo quedará el AMOR.
No conocía esas palabras de Montanelli, "la epidemia del terror", que bien aplicadas para estos momentos, hay que combatir esa epidemia como podamos, cada uno poniendo lo que esté de su mano.
El primer punto de camino lo leí ya en el colegio, yo creo que a poco de publicarse el libro y es la mejor norma de vida, a mis hijos también les ha servido. y bueno, ya es hora de que salten a la palestra esos santos correspondientes a la crisis. Seguro que ya los hay a miles.
Gracias, arcendo, por esto y por lo otro.
Un beso
Querido Arcendo: siempre das con las palabras justas para el día. Yo acabo de respponde a Monocamy, pues no sabía que la respuesta iba a genrar tal controversia y la verdad es que me quedé algo triste, primero por no tener el conocimiento necesario para responderle y por otro lado, por el hecho de haberle disgustado tanto, lo cual no era mi intención.
Pero al margen de esto vienes tú y escribes este post tan sincero y me vuelve la alegría: la alegría de ser hija de Dios, con muchos defectos, pero trando siempre de corregirlo. Esa frase colma todo:no quiero irme con las manos vacías. Quiero contribuir a que coman muchas personas que, sin mi cooperación, no lo harían, quiero sonreirle a los pacientes que están muy mal y llevarles la alegría por unos momentos, quiero reprimir mi genio cuando algo salga mal y no esté en mis manos corregirlos, quiero confiar en Dios más que en mí misma, llegar a saber "el abandono total". Y tengo esperanzas de que eso sucederá, no porque yo lo quiero, sino porque se lo pido constantemente al Señor y él intercede por mí. Y tengo una Madre celestial que me arruyará y sostendrá cuando mis fuerzas flaqueen. Esa es mi gran esperanza en estos momentos.
Y como siempre: San Josemaría tiene razón en todo lo que dice.
Besitos y feliz día.
Querido Arcendo, claro que hay que tener esperanza, si no, para qué seguimos aquí...
Creo que la cuestión es que existen dos planos diferentes, el del día a día en el que cada uno puede poner su grano de arena y ayudar al prójimo, o dejarse ayudar por él, y luego el de las cosas en las que ni podemos entrar ni nos dejan, que sólo nos queda el derecho al pataleo...
Muy bueno el tema. Un abrazo.
Estaba buscando informacion de este tema, gracias.
Publicar un comentario