OBSERVACIONES NECESARIAS.

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En esta encrucijada de caminos engañosos, en estos tiempos de gran confusión, es precisamente cuando más necesario se hace clarificarse y significarse.
Europa hoy desanda los caminos que le hicieron ser el continente referente de la fé y la razón.
Aquella Nueva Evangelización a la que se refería el Papa Juan Pablo II es ya una exigencia para muchas iglesias particulares situadas en el Viejo continente. Son muchos ya los desvaríos, el Santo Padre lo sabe y no cesa de recordarnos la urgencia de profundizar en la Fe y la fidelidad integral al Magisterio de la Iglesia, y también de la renovación de la catequesis a la luz del Catecismo de la Iglesia Católica.
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Los malos ejemplos ya se cuentan por docenas, probablemente los que más airean por los enemigos, son los relacionados con los casos de abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia y que tanto han apenado al Papa. Pero esta cuestión y otras, tienen sus raíces en el abandono sistemático de la relación con Dios, en fondos y formas.
Hay en este momento ejemplos, menos transcendentes a los medios, pero muy significativos en su oposición a la voluntad del Santo Padre:

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Recientemente, hemos podido ver al deán de Urfahr, el padre Helmut Part (en la foto), perteneciente a la diócesis austriaca de Linz, oficiando una ceremonia semi profana, que a muchos nos recordó aquellos sucesos protagonizados por unos parroquianos en la diócesis madrileña de Vallecas, en oposición frontal con el Obispo de Madrid y con los aplausos de ateos y agitadores.
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El Padre Part, también hace poco había saltado a la “fama”, después de que sus sacerdotes, con su obispo a la cabeza, se negaran públicamente a aceptar al último auxiliar nombrado por el Papa Benedicto XVI. Una desobediencia patente, semejante a las producidas en la Parroquia de Entrevias vallecana.
Pero estos ejemplos, desgraciadamente no son únicos; según informa la asociación Una Voce Málaga, la Santa Sede también decicidió, hace poco, la destitución del abad Cisterciense de la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma, padre Simone Fioraso, por abusos en la liturgia.
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En las últimas décadas estos desordenes y negaciones, están llevando a la desfiguración de todo lo Sagrado. Desde las formas hasta las cuestiones más de fondo; la deformación del sentido de la Santa Misa, por ejemplo, es uno de los objetivos principales del enemigo, que pretender esconder la actualización real del sacrificio de Cristo en la cruz, bajo una mera reproducción de la última cena, tan solo un recuerdo.
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Afortunadamente el Papa, está empezando a tomar cartas en el asunto.
En la última celebración, con motivo de la la solemnidad del Corpus Christi, el Santo Padre volvió a denunciar el creciente "riesgo de secularización" que hoy existe en el seno de la Iglesia: "Hoy existe el riesgo de una secularización que se introduce también en el interior de la Iglesia, que puede traducirse en un culto eucarístico formal y vacío, en celebraciones a las que les falta aquella participación del corazón que se expresa en la veneración y respeto de la liturgia", dijo el Papa.
Días antes, Benedicto XVI, había llamado a capítulo a una delegación de obispos austriacos, con el cardenal de Viena al frente. Posteriormente, la Oficina de Información de la Santa Sede hizo público el contenido de dicha reunión, que recoge también la agencia de noticias Zenit, en la que el Papa habría dado un fuerte "tirón de orejas" a estos prelados con ocasión del último escándalo que protagonizaron tras negarse a aceptar el último nombramiento del auxiliar de Linz.
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Así que, con este y otros gestos, que luego comentaré, se puede decir con alegría que por fín, realmente soplan nuevos vientos en el mundo litúrgico. No sólo en Roma, cada vez son más las voces que se unen al Papa Benedicto en todo el mundo para tratar de recuperar el auténtico espíritu de la liturgia católica.
Definitivamente, estas desviaciones y la mala aplicación de las directrices del Concilio Vaticano II, parece que hoy empezaran a ser corregidas por las reformas emprendidas por el Papa Benedicto XVI, quien se ha mostrado muy preocupado por estos temas que afectan al "centro y culmen de la vida de la Iglesia", que es la celebración de la Santa Misa y la adoración que se merece Cristo presente real, verdadera y sustancialmente presente en este sacramento, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
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Además tenemos otro gran motivo de satisfacción; según ha anunciado el prefecto de la Sagrada Congregación para el Clero, monseñor Claudio Hummes, el Papa Benedicto XVI tiene intención de preparar un nuevo documento sobre el sacerdocio, cuyo objetivo sería "lograr que el sacerdote se sienta bien en la Iglesia y que se den todas las condiciones para un testimonio sano y real en una sociedad que presenta muchos desafíos", ha dicho el cardenal. El anuncio se produce poco antes de que comience, de manera oficial, el Año Sacerdotal en la Iglesia declarado por Su Santidad.
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En este mismo sentido de “recuperación”, otro buen príncipe de la Iglesia, el español Antonio Cañizares hizo unas interesantes declaraciones a propósito de la forma de recibir la Sagrada Comunión. Así, el purpurado dijo que: "La comunión de rodillas significa respeto a Dios y adoración, es el corazón del hombre que se postra ante quien le ama hasta el extremo. Esto son signos, no es cambiar por cambiar, es buscar todo el sentido y superar la secularización de nuestro mundo. Uno de los objetivos de nuestras congregaciones es llevar a cabo en estos años una grandísima campaña de formación litúrgica".
Cuando participamos en la Eucaristía realmente estamos ante la muerte y resurrección de Cristo. Por eso toda atención y todo fervor es poco. Por eso no está de más ningún gesto, ni ayuda (como por ejemplo, la recuperación de los comulgatorios, y… ¿por qué no?, de los confesionarios), que promuevan devociones perdidas, que son sobre todo signos visibles y necesarios del amor del hombre a su Dios. (Ver enlace)
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Igualmente, El Papa está insistiendo en que litúrgica y teológicamente lo más correcto es que la cruz, señal de los cristianos, sea colocada sobre el altar y en el centro del mismo, recordando y subrayando el carácter sacrificial de la Misa, sin menoscabo de que en el Presbiterio haya una imagen de Jesús crucificado.
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Otros temas espinosos, como la vuelta a los hábitos y alzacuellos, y al indulto que permite recibir la comunión en la mano, están por ver y pendientes de esas resoluciones que salgan del esperado documento sobre el Sacerdocio que prepara el Santo Padre. Son temas muy importantes que ejemplificarían el testimonio valiente de aquellos que, libremente decidieron servir a Cristo y en el caso de la supresión del citado indulto, a buen seguro, evitaría las profanaciones y sustracciones del Santísimo Sacramento que se están multiplicando con creces.
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Todos sabemos, y el Papa más que nadie, de las necesidades actuales de la Iglesia de hoy, pero la fundamental es el Amor a Cristo en la Eucaristía, y el de contar con buenos sacerdotes y buenos seglares que aspiren a la santidad desde la sencillez de sus vidas. El ser imagen de Cristo, no es hoy tarea fácil, pero es nuestra misión, en esta triste Europa que va camino del desastre. De nosotros depende, sacerdotes y laicos, que sean muchos los que oigan el mensaje de Salvación.

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Ojalá seamos capaces de ganar, con nuestro ejemplo de fidelidad y coherencia, muchas almas para la vida eterna; dando la máxima importancia a lo que es realmente importante.

Así se lo pedimos a la Madre que fue primer Sagrario de Nuestro Salvador.
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DESCUBRIENDO A JESÚS EN LA EUCARISTÍA

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