DOS HOMBRES Y UN DESTINO

.
¡Que grande es Dios que en cada momento nos da lo que necesitamos!
Algunos manipuladores profesionales, al poco de la toma de posesión de Benedicto XVI, se apresuraron a comparar al nuevo Papa con el anterior, ponderando al desaparecido y desacreditando al nuevo.
No importaba si los dos habían sido estrechos colaboradores, si habían sido amigos, si entre ambos había habido una perfecta coincidencia de criterios. El caso era sembrar la duda. Afortunadamente el tiempo pone a cada uno en su sitio.
.
Juan Pablo II fue un gran Papa, afable, entrañable, de grandes multitudes y de impresionantes recogimientos interiores. Emocionaba tanto con sus palabras enamoradas en un estadio, como viéndole rezar en solitario ante una imagen de la Virgen.
No se me puede olvidar, salió en todos los medios, el cariño con el que cogió el brazo de Ali Agca, tras el frustrado atentado contra su vida. ¡sobrecogedor!
Y su agonía y muerte…., otro gran ejemplo.
¿Qué decir del Papa Magno, si todo lo que siento por él es AMOR?
.
Es verdad, que el estilo de Benedicto XVI es distinto, pero el fondo, es rigurosamente el mismo.
En honor a la verdad, lo que hay que decir ahora, es que tenemos un Papa de lujo, que si bien tiene distintos carismas al anterior, (todos los tenemos diferentes), también se hace querer y respetar. Es este un hombre sabio que busca la Verdad, un erudito que anhela la trascendencia. Tiene varias carreras, ha escrito decenas de libros, es uno de los grandes teólogos de nuestro tiempo y por si fuera poco también es un gran experto en música. Conocimientos y sensibilidad; razón y espiritualidad; se encuentran armoniosamente detrás de cada una de sus palabras, en cada uno de sus gestos.
.
Muchas veces, exceptuando el seguimiento de sus viajes, o alguna puntual declaración que llame mucho la atención de algunos medios (para atacarle); la mayoría de sus palabras se nos pasan desapercibidas; y sin embargo cada vez que habla es oro molido, siempre deberíamos tener en cuenta lo que dice este hombre de Dios.
.
Este anterior tercer domingo de Cuaresma, el Papa tuvo dos intervenciones –coincidentes- que me gustaron mucho y que hoy quiero compartir con todos vosotros.
Durante esa jornada dominical el Santo Padre, visitó la Parroquia romana de San Juan de la Cruz, allí el Papa dijo lo siguiente:
“cada uno de nosotros está invitado por Dios a dar un cambio radical a la propia existencia pensando y viviendo según el Evangelio, corrigiendo alguna cosa en el propio modo de rezar, de actuar, de trabajar, y en la relación con los demás”
.
Posteriormente después del Angelus, ya en el Vaticano, y haciendo alusión a los últimos sucesos naturales ocurridos recientemente en el mundo (Haiti, Chile, etc., etc.), el Papa rechazó “la fácil tentación de considerar el mal como efecto del castigo divino”, y recordó que Dios es bueno y no quiere el mal.
Así mismo dijo:
“Jesús invita a hacer una lectura diferentes de los hechos, situándoles bajo la perspectiva de la conversión: las desventuras, los eventos dolorosos, no tienen que suscitar en nosotros curiosidad o búsqueda de presuntos culpables, sino que tienen que representar una ocasión para reflexionar, para vencer la ilusión de poder vivir sin Dios, y para reforzar, con la ayuda del Señor, el compromiso de cambiar la vida”.
.
“Cambio radical”, “Cambio de vida”; No seamos cortos de vista, nos lo están diciendo, ¡ahí está la solución de todas las crisis! Lo malo es que cuando el Papa habla de cambio, la mayoría se cree que el Santo Padre habla solo para los demás.
Por eso, sería bueno entonces, primero un sincero y buen examen de conciencia, luego sacudirnos los temores tal como nos enseñó el Papa Juan Pablo, con aquel "¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo!"; que fue y es uno de los gritos más esperanzadores y revolucionarios del mundo contemporáneo.
y posteriormente, hacer VIDA el Evangelio tal como nos predica el Papa Benedicto, que nos invita continuamente a “evitar el mal, a crecer en amor, y a ayudar concretamente al prójimo necesitado, para vivir la felicidad de la gracia y no avocarse hacia la muerte eterna”.
.

Dos hombres, Dos Papas, un ÚNICO destino….: ¡¡EL CIELO!!

.

* * *

* * * * *