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Justo lindando con la sede del Psoe, en la madrileña calle Ferraz y haciendo esquina con la calle Marqués de Urquijo, se ubica el Santuario del Corazón de María.
Este Santuario mariano es una referencia misionera en el barrio de Argüelles y en todo Madrid, pero además es una Parroquia, a la que acudo a confesar con cierta frecuencia y le tengo mucho cariño.
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Por eso, en este post quiero dedicar un homenaje al buen hacer de esos misioneros claretianos que la custodian y que sin duda son dignos herederos de aquellos otros religiosos de la misma orden, que dieron su vida por la fé en los primeros compases de la guerra civil española.
En aquellos desgraciados acontecimientos de 1936, el sacrificio de aquellos religiosos fue grande. En torno a este templo se escribieron importantes historias de sacrificio y de amor. Muchas de aquellas víctimas, murieron en el cuartel de la montaña, otros lo hicieron en las temidas checas, principalmente en la de Fomento, otros en Paracuellos y a algunos se les cazó en la calle, como a conejos.
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Sería bueno que todas esas historias nos unieran en un sentimiento común de perdón, pero que no se olvidara nada de lo que pasó. Ojalá que el temor, suscitado por ese espeluznante recuerdo, nos hiciera recapacitar. ¡Ojalá que nunca más se repitieran aquellos sucesos de odio por las calles de España!
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Así pues, tomemos un ejemplar botón, escogido, no por azar, sino porque según cuentan las crónicas y los más viejos del lugar, el protagonista de mi historia fue a caer abatido de muerte, muy cerca de donde yo vivo actualmente y eso, lo hace para mi, muy especial. Se trata del Padre Rosendo Ramonet Gatuellas, nacido en Solsona, Lérida.
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El Padre Ramonet como era nombrado por medio Madrid, era un sacerdote querido y conocido por sus muchas actividades apostólicas a las que sirvió con todo entusiasmo primero en Toluca (México), posteriormente en varias provincias españolas y finalmente en esta capital, en el Santuario del Corazón de María, hasta su asesinato.
Su desenlace final, también dice mucho de su bondad popular. Al disolverse su comunidad parroquial, encontró refugio y cobijo en la calle Bailén, en casa de unos feligreses a los que antes había dirigido espiritualmente.
En aquellos días, un amigo le proporcionó una cédula para andar por aquel Madrid revolucionario, sin demasiadas cortapisas. Su manera de ser y el deseo de hacer el bien, le llevaron entonces a ejercer su ministerio sacerdotal intensamente y sin precauciones:
Decía Misa, confesaba, llevaba la Comunión a escondidas. Supo vencer el miedo y actuó como un héroe, pero…. Un día en la calle Quintana, una mujer le reconoció y dijo:
“ese es un fraile del Corazón de María”. Otra que lo oyó decir, añadió “pues yo voy a seguirle, para ver donde se mete”.
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Así, lo que muchos temían ocurrió el 18 de agosto de 1936. Siguiendo lo que eran sus pasos habituales, a las siete de la mañana el Padre Ramonet se dirigía a un Asilo de las Mercedarias, para celebrar la Misa como otras veces, pero esta vez… no llegó.
Sesenta años, trajeado, bastón, sombrero, botas negras y un pequeño maletín, bien podía haber pasado por un médico en busca de un paciente…., pero esa mañana se cruza con unas niñas que le reconocen y le saludan jovial e ingenuamente…:
- “¡Adios, Padre Ramonet!” …
No se necesitaba más. Quedaba identificado como sacerdote. Un miliciano que lo oye, se le echa encima, acuden otros, y arrastrándole a golpes e insultos lo llevan hasta la explanada del Cuartel de la Montaña. Sin juicios…. Un tiro en la cabeza, acaba con su vida. Allí quedó su cuerpo, desangrado, en medio de la calle, solo..
Días antes, a alguien que le había avisado del peligro, el Padre Ramonet le había dicho:
“Si me cogen diré: ¡Bendito sea Dios, bendita sea la Virgen!”. Seguramente, ni le dio tiempo. Horas más tarde, una ambulancia recogió su cuerpo…. Nunca más se supo.
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Es sin duda, un relato de pesadilla, pero REAL; y he querido sacarlo precisamente hoy, después de haber visto por televisión la brutal paliza sufrida por un ciudadano en el Metro de Madrid, que me ha puesto los pelos de punta. (ver enlace).
El agresor asegura que cuando "ve a un fascista le pega". ¡Dios mío, cuanto rencor mal contenido, cuánto deseo de venganza…! ¿hemos vuelto al pasado?
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Si algún mensaje esconde la gesta protagonizada por aquel numeroso grupo (Ver enlace) de Martires Claretianos del 36, y más concretamente la del Padre Ramonet, este buen cura catalán que vino a morir a Madrid, es su abnegado servicio, su desprecio al miedo y su confianza en Dios. Virtudes, que debemos ir aprendiendo y asumiendo los católicos del 2010, porque se avecinan tiempos revueltos…, Aún así, como diría el Padre Ramonet…:
Justo lindando con la sede del Psoe, en la madrileña calle Ferraz y haciendo esquina con la calle Marqués de Urquijo, se ubica el Santuario del Corazón de María.
Este Santuario mariano es una referencia misionera en el barrio de Argüelles y en todo Madrid, pero además es una Parroquia, a la que acudo a confesar con cierta frecuencia y le tengo mucho cariño.
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Por eso, en este post quiero dedicar un homenaje al buen hacer de esos misioneros claretianos que la custodian y que sin duda son dignos herederos de aquellos otros religiosos de la misma orden, que dieron su vida por la fé en los primeros compases de la guerra civil española.
En aquellos desgraciados acontecimientos de 1936, el sacrificio de aquellos religiosos fue grande. En torno a este templo se escribieron importantes historias de sacrificio y de amor. Muchas de aquellas víctimas, murieron en el cuartel de la montaña, otros lo hicieron en las temidas checas, principalmente en la de Fomento, otros en Paracuellos y a algunos se les cazó en la calle, como a conejos.
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Sería bueno que todas esas historias nos unieran en un sentimiento común de perdón, pero que no se olvidara nada de lo que pasó. Ojalá que el temor, suscitado por ese espeluznante recuerdo, nos hiciera recapacitar. ¡Ojalá que nunca más se repitieran aquellos sucesos de odio por las calles de España!
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Así pues, tomemos un ejemplar botón, escogido, no por azar, sino porque según cuentan las crónicas y los más viejos del lugar, el protagonista de mi historia fue a caer abatido de muerte, muy cerca de donde yo vivo actualmente y eso, lo hace para mi, muy especial. Se trata del Padre Rosendo Ramonet Gatuellas, nacido en Solsona, Lérida.
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El Padre Ramonet como era nombrado por medio Madrid, era un sacerdote querido y conocido por sus muchas actividades apostólicas a las que sirvió con todo entusiasmo primero en Toluca (México), posteriormente en varias provincias españolas y finalmente en esta capital, en el Santuario del Corazón de María, hasta su asesinato.
Su desenlace final, también dice mucho de su bondad popular. Al disolverse su comunidad parroquial, encontró refugio y cobijo en la calle Bailén, en casa de unos feligreses a los que antes había dirigido espiritualmente.
En aquellos días, un amigo le proporcionó una cédula para andar por aquel Madrid revolucionario, sin demasiadas cortapisas. Su manera de ser y el deseo de hacer el bien, le llevaron entonces a ejercer su ministerio sacerdotal intensamente y sin precauciones:
Decía Misa, confesaba, llevaba la Comunión a escondidas. Supo vencer el miedo y actuó como un héroe, pero…. Un día en la calle Quintana, una mujer le reconoció y dijo:
“ese es un fraile del Corazón de María”. Otra que lo oyó decir, añadió “pues yo voy a seguirle, para ver donde se mete”.
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Así, lo que muchos temían ocurrió el 18 de agosto de 1936. Siguiendo lo que eran sus pasos habituales, a las siete de la mañana el Padre Ramonet se dirigía a un Asilo de las Mercedarias, para celebrar la Misa como otras veces, pero esta vez… no llegó.
Sesenta años, trajeado, bastón, sombrero, botas negras y un pequeño maletín, bien podía haber pasado por un médico en busca de un paciente…., pero esa mañana se cruza con unas niñas que le reconocen y le saludan jovial e ingenuamente…:
- “¡Adios, Padre Ramonet!” …
No se necesitaba más. Quedaba identificado como sacerdote. Un miliciano que lo oye, se le echa encima, acuden otros, y arrastrándole a golpes e insultos lo llevan hasta la explanada del Cuartel de la Montaña. Sin juicios…. Un tiro en la cabeza, acaba con su vida. Allí quedó su cuerpo, desangrado, en medio de la calle, solo..
Días antes, a alguien que le había avisado del peligro, el Padre Ramonet le había dicho:
“Si me cogen diré: ¡Bendito sea Dios, bendita sea la Virgen!”. Seguramente, ni le dio tiempo. Horas más tarde, una ambulancia recogió su cuerpo…. Nunca más se supo.
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Es sin duda, un relato de pesadilla, pero REAL; y he querido sacarlo precisamente hoy, después de haber visto por televisión la brutal paliza sufrida por un ciudadano en el Metro de Madrid, que me ha puesto los pelos de punta. (ver enlace).
El agresor asegura que cuando "ve a un fascista le pega". ¡Dios mío, cuanto rencor mal contenido, cuánto deseo de venganza…! ¿hemos vuelto al pasado?
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Si algún mensaje esconde la gesta protagonizada por aquel numeroso grupo (Ver enlace) de Martires Claretianos del 36, y más concretamente la del Padre Ramonet, este buen cura catalán que vino a morir a Madrid, es su abnegado servicio, su desprecio al miedo y su confianza en Dios. Virtudes, que debemos ir aprendiendo y asumiendo los católicos del 2010, porque se avecinan tiempos revueltos…, Aún así, como diría el Padre Ramonet…:
¡Bendito sea Dios, bendita sea la Virgen!.
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Pdta. Después de tanta atrocidad, no resulta extraño el buen recibimiento que se le dió a los vencedores en mi MADRID, tal como refleja la conocida canción de Celia..., que yo hoy, le dedico a MILI.
Creo que no hay tema más apropiado para este post, pero pido disculpas, si alguien se crispa por oír este trozo de historia musical española. SALUDOS A TODOS.
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8 comentarios:
Querido: me has emocionado, no sabes cuánto. Como el padre Ramonet, hubo tantos mártires reconocidos, religiosos y civiles no reconocidos,que ni siquiera participaron en hechos bélicos.
pero da igual para Dios ninguno es ignorado.
También me he emocionado porque en esa calle Ferraz vivian mis padres, antes de nacer yo y cuando el asalto al cuartel de la Montaña, donde mataron a un hermano de mi padre, tuvieron que huir,casi recien casados, perdiendo todos sus bienes, a esconderse en otro lugar.
Todos estos hechos es doloroso recordarlos, pero están ahí, en el fondo de nuestros corazones y en la verdadera historia de España.
Ninguno queremos que vuelva a suceder nada parecido, deseamos la paz absoluta, sin rencores, sin odios, pero estos malos vientos están removiendo lo que cuarenta años de paz y la transición consiguió apaciguar con un acuerdo de todos que parecía duradero.
Muchas gracias por la dedicatoria, Arcendo de mis amores, me encanta Celia y me encanta la canción que alguien ha vuelto a poner de moda.
Besiños de ¿Quién puede dejar de quererte, aunque no se llame Angelo?
jajaja... un beso para él si viene por aquí y miles, millones de Besiños para ti.
Se me olvidaba:
¡BENDITO SEA DIOS! ¡BENDITA SEA LA VIRGEN!
BESIÑOS
Hola Arcen,buena dedicatoria para nuestros mártires que dieron su vida por nosotros.
Deberían tomar nota aquellas personas que apoyan al Juez Garzón,que no son las únicas victimas del Franquismo.
Saludos amigo.
Huyyy tú no sabes como quiero yo ese Santuario!! es un lugar muy especial, y yo voy también muy a menudo, fijo que hemos coincidido allí.
Me he quedado petrificada con lo que has contado del sacerdote, es atroz que pasaran esas cosas, espero que bajo ningún concepto vuelva a pasar algo semejante, aunque el panorama está lo que se dice NEGRO.
Hace un rato que subí el vídeo de la paliza del antifascista ese majadero a mi facebook a través de Caballero ZP y ya ha habido reacciones de los rojos, que encima van de víctimas. Y yo que no había caído hasta ahora en que había rojos de mi generación... pues sí, los hay. Increíble. Si subo esa canción de Celia Gámez (que tentada estoy...) me queman la página :|
Un abrazo de unión en oración, para que en nuestro país y en el mundo entero reine ya por fin la Paz.
hola Arcendo gracias por pasar por mi blog y por tus oraciones, también oro por ti y tu familia.
un abrazo
padre pineda
Querido madrileño: No he podido conectarme hasta ahora. El viajecito estupendo, después de pasar dos horas en la ITV, pues le tocaba revisión al coche.
Muchísimas gracias por acompañarnos, se ha notado mucho.
Te quiero.
Besiños mios, muchos, y un abrazo de Julio.
Te veo por la madrugá
Yo , también quiero decir BENDITO SEA DIOS Y BENDITA SEA LA VIRGEN MARÍA . Que nos ayuden y por favor que se acabe este odio , este rencor . Que atrcidad ,la guerra civil . Ahora cuando veo tanto odio ,tanto odio a la religión catolica, he de reconocer que me asusto .
MUCHISIMAS GRACIAS POR ESTE POST , QUE AL MENOS A MÍ , ME HACE INTENSIFICAR MUCHO MÁS LA ORACIÓN.
¡Impresionante!
Es la amnesia histórica de ZP...por cierto, ¿aún está su sede en Ferraz o ya se han mudado a su nueva y humilde ubicación? (Esto es una curiosidad)
Bss
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