La llegada del Espíritu Santo, es un acontecimiento que siempre hay que celebrar.
En mi caso, un buen dia –como hoy-, aunque no era yo entonces muy dado a la Religión, entré en una Iglesia cualquiera, sin motivo aparente, busqué la capilla del Santísimo, me arrodille y empecé a rezar.
No sé porqué me vino a la cabeza aquella imagen de Jesús en la barca con sus discípulos. Estaba tan concentrado en aquel episodio que después –sentí- como Jesús había salido y..., comenzaba a andar sobre el agua.
Fue entonces como sí habiendo entrado en un estado de duermevela, me desperté sobresaltado. “Creí” (¿?) haber visto a Jesús muy de cerca de mí, ¡me estaba mirando!.
.
No digo yo, que esta experiencia “sobrenatural” sea normal, pero tampoco es tan rara, el Espíritu existe y se manifiesta de mil maneras. Esta vivencia, siempre me ha parecido muy similar a la que cuenta André Frossard en su libro “Dios existe, yo me lo encontré”, donde narra su conversión.
La llegada del Espíritu Santo de Dios no solamente produjo cambios en las vidas de aquellos primeros, sino que los produjo en mí y sigue produciendo hoy en día, muchas buenas metamorfosis y si no hace más…., es porque no le dejamos, necios de nosotros.
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Pero...., si le permitimos llegar, llenar y llevar nuestras vidas todo se transforma, todo se vuelve una música sublime, una partitura extraordinaria, un estado anímico indecible.
Es entonces cuando todo lo que hacemos en nuestra vida, hasta lo más rutinario, cobra una esencia espiritual. Toda la Creación es una bella y armoniosa canción del mismo Creador.
Nuestra primera labor es pues, revelar Su canción en todas nuestras acciones y sentimientos, y difundirla con nuestra vida. Solo llevando, dentro de nosotros, Su música seremos capaces de lograr la necesaria transformación final de este mundo.
Yo por mi parte, ahora sé, que cuando aquel Jesús –pescador- de mi “sueño inicial” me –llamó-, me estaba haciendo partícipe y al mismo tiempo, concertista de su Gran Sinfonía. De eso…, todavía voy aprendiendo y me queda mucho pero en ello estoy….
.
Pero ese privilegio solo es para el que lo quiere. El Espíritu es Amor y por eso respeta la libertad. Solo vuela para quien lo busca, Sólo el que se acerca, lo halla.
Por eso, ante este cacofónico caos, cuando hablemos de crisis, si queremos cambiar la música, hemos de convencernos que somos nosotros los que hemos de tener la valentía, si queremos..., de dar la primera nota.
En mi caso, un buen dia –como hoy-, aunque no era yo entonces muy dado a la Religión, entré en una Iglesia cualquiera, sin motivo aparente, busqué la capilla del Santísimo, me arrodille y empecé a rezar.
No sé porqué me vino a la cabeza aquella imagen de Jesús en la barca con sus discípulos. Estaba tan concentrado en aquel episodio que después –sentí- como Jesús había salido y..., comenzaba a andar sobre el agua.
Fue entonces como sí habiendo entrado en un estado de duermevela, me desperté sobresaltado. “Creí” (¿?) haber visto a Jesús muy de cerca de mí, ¡me estaba mirando!.
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No digo yo, que esta experiencia “sobrenatural” sea normal, pero tampoco es tan rara, el Espíritu existe y se manifiesta de mil maneras. Esta vivencia, siempre me ha parecido muy similar a la que cuenta André Frossard en su libro “Dios existe, yo me lo encontré”, donde narra su conversión.
La llegada del Espíritu Santo de Dios no solamente produjo cambios en las vidas de aquellos primeros, sino que los produjo en mí y sigue produciendo hoy en día, muchas buenas metamorfosis y si no hace más…., es porque no le dejamos, necios de nosotros.
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Pero...., si le permitimos llegar, llenar y llevar nuestras vidas todo se transforma, todo se vuelve una música sublime, una partitura extraordinaria, un estado anímico indecible.
Es entonces cuando todo lo que hacemos en nuestra vida, hasta lo más rutinario, cobra una esencia espiritual. Toda la Creación es una bella y armoniosa canción del mismo Creador.
Nuestra primera labor es pues, revelar Su canción en todas nuestras acciones y sentimientos, y difundirla con nuestra vida. Solo llevando, dentro de nosotros, Su música seremos capaces de lograr la necesaria transformación final de este mundo.
Yo por mi parte, ahora sé, que cuando aquel Jesús –pescador- de mi “sueño inicial” me –llamó-, me estaba haciendo partícipe y al mismo tiempo, concertista de su Gran Sinfonía. De eso…, todavía voy aprendiendo y me queda mucho pero en ello estoy….
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Pero ese privilegio solo es para el que lo quiere. El Espíritu es Amor y por eso respeta la libertad. Solo vuela para quien lo busca, Sólo el que se acerca, lo halla.
Por eso, ante este cacofónico caos, cuando hablemos de crisis, si queremos cambiar la música, hemos de convencernos que somos nosotros los que hemos de tener la valentía, si queremos..., de dar la primera nota.
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8 comentarios:
Mi estimado Arce:
esté muy feliz, no fue del todo un sueño. El Espíritu de Dios se manifiesta de muchas maneras, pero la realidad de su epifania es el cambio que operó en usted.
Personalmente conocí al Espíritu Santo cuando tenía 6 añitos y fue gracias a mi madre que entendió lo que le hablaba, si es que podemos decir que nos habla....
Con ternura.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Amigo Arce: Qué bella la entrada de hoy. Que tu espíritu se deje guiar siempre por el Espíritu de Dios. Felicidades.
querido, desde que llegué ando de cabeza, liada.
Con la cabeza y el corazón te digo que el Espiritu se posa donde quiere y sin duda en ti encontró un buen nido.
Preciosa y milagrosa la entrada de hoy y yo me pregunto si ese episodio que cuentas fue anterior o posterior a Pascual.
Con todo mi cariño, besiños.
Acaba de sonar tu reloj, me encanta, ¡Maravilloso!
¡Madre mía, Arcendo, que experiencia!
Que Dios te siga iluminando
Cielo Felicísima Venida del Espíritu Santo.
Sólo una precisión a tu post, que es precioso: nosotros siempre contestamos porque es Dios quien nos habla primero. Dios es quien nos busca, Dios es quien nos ama. Luego en nosotros está la libertad de responderle y de amarle también a El.
Qué bonito lo que te ocurrió. Y es que Dios es así, nos atrae hacia El, nos mira con amor, dichoso el que le corresponde.
Besazos de FUEGO ahora más que nunca!!!
Te quiero!
Gracias por tu cariño en Océanos de Dios, que cielo eres acompañando a nuestra hermanita recién nacida.
Que Dios te bendiga siempre querido hermano.
Hola Amigo:
Estas hecho todo un filósofo. Sigue así de bien con este blog. No conocía tu experiencia de conversión. Me parece muy interesante e instructiva.
¡Gracias por seguir mis blogs, muy unidos en el afecto y en la oración!
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