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Acabo de leer en Libertad Digital una noticia que me ha puesto triste y me ha hecho pensar, al mismo tiempo. El titular dice así: “Un sacerdote abofetea a un joven por tirar al suelo la sagrada forma” y apostilla “el chico le pegó después”. Este suceso tuvo lugar en la Parroquia de Sant Bertomeu, Rotova, Valencia.
Muchos, la mayoría, se quedarán con lo llamativo del –sacerdote que pega-…, eso es lo que vende y lo que hace más ruido.
Al parecer, como pasa siempre, hay varias versiones, yo prefiero no decantarme por ninguna, puesto que, a ciencia cierta, solo sé lo que dice esta noticia que os invito a leer (Ver enlace); pero de lo que no tengo duda es, que este hecho es muy lamentable y creo además que ni es un hecho aislado, ni será el último que ocurra en circunstancias más o menos parecidas.
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Para nosotros, los creyentes, la Eucaristía es el objeto más sagrado y santo de toda nuestra fé. En la Sagrada forma está realmente presente Dios mismo, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. De tal forma que, esa Hostia Santa es para nosotros, nuestro gran tesoro; un tesoro que por otra parte, a veces ni nosotros lo valoramos bastante, ni cuidamos lo suficiente.
Así, partiendo de lo que realmente es para nosotros, se entiende también lo que significa para –el enemigo-, y el por qué esa saña, a veces disfrazada de gracietas, que no deja de ser absolutamente brutal y despiadada, contra lo que aparentemente es solo un pedazo de pan.
Desde luego, si, para ellos, fuera tan solo un trozo de pan, creo que no se le escupirían tan despreciativamente, ni tampoco nadie se burlaría de eso tan… insignificante. Por eso pienso que ese odio es… a sabiendas y creo que desgraciadamente irá a más. A partir de ahora, veremos muchos más sacrilegios y blasfemias como estas.
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En cuanto a la actuación del sacerdote, en la que ahora se centran todas las críticas y se ceban todos los medios, probablemente habrá que admitir que su procedimiento pueda ser discutible, pero para mí…., es santamente entendible. Creo que yo hubiese actuado más o menos igual.
Ante la visión de alguien que escupe a Cristo -real y exactamente-; la contestación de alguien que ama a Jesucristo es… espontánea e inmediata.... Lógica.
No hay que confundir aquí, aquello de –la otra mejilla-. Sí, Jesús toleró mansamente todo tipo de humillaciones, pero jamás toleró el sacrilegio. A veces conviene recordar que ante la profanación, el Señor mismo, tiró de latigo…
¿Qué debemos pues, hacer nosotros ante el sacrilegio? ¿Qué debe hacer un sacerdote de Jesucristo ante esta mofa?, ¿Permanecer impasibles? o actuar finalmente como hombres con sangre en las venas y con alma?
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“Desmayarse, atreverse, estar furioso,
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…no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
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… Esto es amor; quien lo probó lo sabe” (Lope de Vega).
Eso es estar vivo… añado yo con permiso del Fénix de los ingenios.
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Después de tan excepcional verso, lo que si quisiera recalcar, es que la consecuencia final es que, es precisamente ahora, cuando más debemos amar, venerar y respetar a nuestro don más preciado. La presencia real de Dios entre los hombres: la Eucaristía. Si nosotros no amamos, no cuidamos, no mostramos respeto, ¿Qué vamos a pedir a los demás?
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Una cuestión que no quiero dejar en el tintero, porque me duele…:
¿sería mucho pedir a nuestros pastores, si cabe,… más celo, más cuidado en la administración y custodia del Santo Sacramento?
Probablemente este hecho que hoy comentamos, no se hubiese evitado así, pero ¿Cuántos otros sacrilegios se podrían evitar… si tomásemos siempre, la comunión directamente en la boca, de manos del sacerdote?... Ahí queda la pregunta, para que todos, laicos y seglares, con el amor que le debemos al Señor, nos la respondamos en nuestro interior y actuemos de cara al exterior, de forma consecuente.
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Un último y necesario recuerdo para todos..:
“Quien comiere este pan o bebiere el cáliz del Señor indignamente, reo será del cuerpo y de la sangre del Señor [...], porque quien le come y bebe indignamente se traga y bebe su propia condenación” Cor 11, 27-29
El que tenga oídos…., ¡¡¡que oiga!!!.
Acabo de leer en Libertad Digital una noticia que me ha puesto triste y me ha hecho pensar, al mismo tiempo. El titular dice así: “Un sacerdote abofetea a un joven por tirar al suelo la sagrada forma” y apostilla “el chico le pegó después”. Este suceso tuvo lugar en la Parroquia de Sant Bertomeu, Rotova, Valencia.
Muchos, la mayoría, se quedarán con lo llamativo del –sacerdote que pega-…, eso es lo que vende y lo que hace más ruido.
Al parecer, como pasa siempre, hay varias versiones, yo prefiero no decantarme por ninguna, puesto que, a ciencia cierta, solo sé lo que dice esta noticia que os invito a leer (Ver enlace); pero de lo que no tengo duda es, que este hecho es muy lamentable y creo además que ni es un hecho aislado, ni será el último que ocurra en circunstancias más o menos parecidas.
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Para nosotros, los creyentes, la Eucaristía es el objeto más sagrado y santo de toda nuestra fé. En la Sagrada forma está realmente presente Dios mismo, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. De tal forma que, esa Hostia Santa es para nosotros, nuestro gran tesoro; un tesoro que por otra parte, a veces ni nosotros lo valoramos bastante, ni cuidamos lo suficiente.
Así, partiendo de lo que realmente es para nosotros, se entiende también lo que significa para –el enemigo-, y el por qué esa saña, a veces disfrazada de gracietas, que no deja de ser absolutamente brutal y despiadada, contra lo que aparentemente es solo un pedazo de pan.
Desde luego, si, para ellos, fuera tan solo un trozo de pan, creo que no se le escupirían tan despreciativamente, ni tampoco nadie se burlaría de eso tan… insignificante. Por eso pienso que ese odio es… a sabiendas y creo que desgraciadamente irá a más. A partir de ahora, veremos muchos más sacrilegios y blasfemias como estas.
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En cuanto a la actuación del sacerdote, en la que ahora se centran todas las críticas y se ceban todos los medios, probablemente habrá que admitir que su procedimiento pueda ser discutible, pero para mí…., es santamente entendible. Creo que yo hubiese actuado más o menos igual.
Ante la visión de alguien que escupe a Cristo -real y exactamente-; la contestación de alguien que ama a Jesucristo es… espontánea e inmediata.... Lógica.
No hay que confundir aquí, aquello de –la otra mejilla-. Sí, Jesús toleró mansamente todo tipo de humillaciones, pero jamás toleró el sacrilegio. A veces conviene recordar que ante la profanación, el Señor mismo, tiró de latigo…
¿Qué debemos pues, hacer nosotros ante el sacrilegio? ¿Qué debe hacer un sacerdote de Jesucristo ante esta mofa?, ¿Permanecer impasibles? o actuar finalmente como hombres con sangre en las venas y con alma?
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“Desmayarse, atreverse, estar furioso,
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…no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
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… Esto es amor; quien lo probó lo sabe” (Lope de Vega).
Eso es estar vivo… añado yo con permiso del Fénix de los ingenios.
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Después de tan excepcional verso, lo que si quisiera recalcar, es que la consecuencia final es que, es precisamente ahora, cuando más debemos amar, venerar y respetar a nuestro don más preciado. La presencia real de Dios entre los hombres: la Eucaristía. Si nosotros no amamos, no cuidamos, no mostramos respeto, ¿Qué vamos a pedir a los demás?
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Una cuestión que no quiero dejar en el tintero, porque me duele…:
¿sería mucho pedir a nuestros pastores, si cabe,… más celo, más cuidado en la administración y custodia del Santo Sacramento?
Probablemente este hecho que hoy comentamos, no se hubiese evitado así, pero ¿Cuántos otros sacrilegios se podrían evitar… si tomásemos siempre, la comunión directamente en la boca, de manos del sacerdote?... Ahí queda la pregunta, para que todos, laicos y seglares, con el amor que le debemos al Señor, nos la respondamos en nuestro interior y actuemos de cara al exterior, de forma consecuente.
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Un último y necesario recuerdo para todos..:
“Quien comiere este pan o bebiere el cáliz del Señor indignamente, reo será del cuerpo y de la sangre del Señor [...], porque quien le come y bebe indignamente se traga y bebe su propia condenación” Cor 11, 27-29
El que tenga oídos…., ¡¡¡que oiga!!!.
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5 comentarios:
No hay respeto por nada, ni por lo que para OTROS es lo más sagrado.
¡Hola Arcen!
A muchas personas, la actitud del Sacerdote les parecerá exagerada, de allí la exhaltación de la noticia.
A mí me parece un verdadero sacrilegío, yo subí un post hace 2 meses es un acto de desagravio al Sagrado Corazón y hoy más que nunca no me arrepiento de haberlo dejado mucho tiempo, esta en este enlace http://avaferay.blogspot.com
Oremos al Señor y demos a conocer quien es la Personas que esta en las Hostias Consagradas.
Besitos.
Impresiona.
Y a pesar de la ignorancia de los chavales, igual duele.
"La Santa Ira" ni más ni menos.
Al Padre Pio, también se le fue la mano un dia a la cara de un campesino que blasfemaba delante de él contra la Virgen.
De lo que estoy seguro es de que dentro de una mezquita no tienen canicas de hacer acto equivalente.
Tampoco creo que se atrevan por ejemplo el día que sacan a la Blanca Paloma, donde los almonteños...en fín que no me gustaría ver un partido de futbol de 3ª regional entre el Almonte y el Lepe y ser el árbrito, bueno ni picoleto.
Lo que quiero decir es que nos toman por tontos... igual los que tenemos que cambiar somos nosotros.
Hace pocos días vi como la gente de la España profunda apaleaba el coche donde huían como podían los antitaurinos en pleno centro del huracán en un festejo. Ni cámaras delante, ni pareja de picolos ni ná! pin! pan! pin! pan!... y fíate de la Virgen y no corras que ya verás!
Y ya verás como no se ven más antitaurinos, al menos en un pueblo en fiestas.
Creo que se entiende por donde voy.
Bien por ese cura, con un par!
Es muy triste lo que cuentas y entiendo perfectamente la reacción espontánea dek sacerdote, como si ofendieran gravemente a tu padre o a tu madre.
Compensaremos con desagravios, no queda otra.
Besiños
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