ES COHERENTE, IR A CONTRACORRIENTE.

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Ese inusual estado, tan arriesgado y a veces heroico, que es estar en contra de la tendencia general, se le llama –nadar contra corriente-
No se trata de negar todo por sistema, sino de afirmar lo que uno cree, a pesar de todo. Ir contra la opinión común, no es entonces ningún pecado, a veces lo es, precisamente si omitimos nuestra discrepancia, porque si esta discordancia es justa y la creemos con sinceridad es una obligación sacarla al exterior.
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Por tanto, siempre será bueno alabar y tomar ejemplo de quien actúa o trata de moverse en su vida, con esos parámetros de consecuente coherencia. Creo que este es el caso del grupo Intereconomía, al que hoy desde mi humilde parcelita quiero rendir homenaje en agradecimiento a su lucha por mantenerse firmes en sus principios, pese a los muchos embates que está recibiendo, a veces a diestro y muchas otras a siniestro,
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Intereconomía nada contra la corriente imperante, y lo hace mejor que David Meca, por eso no es un grupo simpático al poder…, y muchas veces también es evitado por cierta oposición. El “rollo” de Intereconomía no es solo político, creo que su pretensión preferente, es ante todo el rescate de los valores desde el periodismo.
Los políticos están “esclavizados” por la consecución de un voto; Intereconomía en cambio, apuesta por la persona y eso sus lectores, sus oyentes y televidentes, lo percibimos y lo agradecemos.
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Los ataques son continuos: querellas, multas, insultos, difamaciones; y ahí nadie se para en barras, desde el minúsculo Wyoming hasta la ex De la Vega, pasando por Prisa, se la tienen jurada por destaparles verdades y dejarles con las vergüenzas al descubierto. Pero tras ese grupo hoy “maldito”, estamos muchos y somos cada vez más, los que apoyamos incondicionalmente a Intereconomía.
Nos gusta lo que hacen, lo que dicen, como lo hacen y como lo dicen; nosotros, sus fidelísimos seguidores –entre los que me encuentro-, somos la fuerza imparable de Intereconomía, y no vamos a consentir que esto se acabe, sin más. Intereconomía no es un frío grupo mediático de presión, es también… mi propia voz, como dice ese acertadísimo lema: ”ellos dicen, lo que nosotros pensamos”.
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El grupo Intereconomía en ese inconcebible, para algunos, ejercicio de noble coherencia, hace todos los días, lo que tiene que hacer y para lo que fue pensado: buen periodismo a través de unos grandísimos profesionales que cada día se superan, más y mejor.
Mientras que la radio del grupo, sigue dando puntualmente toda la buena información que la han hecho referencia en las ondas, Intereconomía tv. ha logrado con sus programas, desbancar a sus rivales televisivos y destacar en todos los shares.
En cuanto a la prensa escrita, La Gaceta es el buque insignia y Don Carlos Dávila, su gran capitán. La Gaceta, además es el pujante diario que tantos dolores de cabeza está dando a los amos del cortijo y tan buenas firmas tiene, por eso ha cumplido este mes su primer año y si Dios quiere…, le esperan muchos más, creciendo en cantidad y calidad.
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Quiero hacer en este punto, mención honorífica a los responsables de la revista Época, mítica publicación que fue dirigida por el recordado Jaime Campmany.
Hoy, Época, viene conjuntamente con La Gaceta del domingo, y es justo reconocer que creo que ha cambiado mucho y para bien.
Época me gusta mucho, nada tiene que ver con esas otras revistas de -usar y tirar-, nada tiene tampoco que envidiar a los mejores magacines de otros diarios. Época siempre es variada e interesante, cada semana es mejor y ya está a la altura, o más… de la legendaria, querida y añorada “Blanco y Negro”.
Y así mismo, un aparte muy loable merece el semanario ALBA, del que soy un incondicional empedernido. Alba, alterna buenas informaciones que otras publicaciones callan, con excelentes articulistas y muy buenas entrevistas; que además son excepcionales pinceladas espirituales que alimentan el alma durante toda la semana.
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En definitiva, solo tengo palabras de agradecimiento para el grupo Intereconomía, que crece cada día, al ritmo que sus lectores demandamos y lo hace respaldando lo que nosotros pensamos.
Que Intereconomía hoy, vaya contracorriente es signo de coherencia, por eso me identifico plenamente con su filosofía.
Hace ahora precisamente un año, el Santo Padre Benedicto XVI; durante un discurso dirigido a la Federación Universitaria Católica Italiana recordó que ser cristiano en el mundo de hoy implica ser contracorriente (Ver enlace):
"Quien quiera ser discípulo de Cristo está llamado a ir contracorriente y a no dejarse influenciar por mensajes que invitan a la prepotencia y a la conquista del éxito con todos los medios”, decía el Santo Padre.
Ese buen punto de rebeldía congruente que decía nuestro Papa, es el mismo que tiene Intereconomía ; es el que yo apoyo, es el que yo quiero seguir.

Pdta. Yo no trabajo allí, pero también estoy orgulloso de ser una pequeña parte de esto.

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