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No voy a ocultar que me gusta más el verano que el tiempo de fríos, que poco a poco se va acercando; pero toda estación tiene su encanto. Es otoño una estación de contrastes en el termómetro y también de mezcolanza de colores en el paisaje. Reconozco que es un placer para el alma y los sentidos pasear en este tiempo. Me gusta ese revoltijo de sensaciones distintas, tanto como la fusión del melón con el jamón.
En la sombra, probablemente hace un poquillo de frío y sin embargo al sol se está de maravilla; al mismo tiempo podemos disfrutar en nuestro paseo, de un variopinto muestrario de hojas, tanto en la copa de los árboles, como en la alfombra que ya se empieza a formar bajo nuestros pies.
El todavía verde vivo de algunas hojas que no se resignan a morir, pugna con los amarillos, ocres y marrones formando todas ellas, un espectáculo de tonalidades imposibles; es entonces, cuando agacho la cabeza, alzo los brazos y proclamo que el otoño es único.
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También…., uno ya va teniendo una edad, mucho que justificar y aún mucho por aprender, y quizás por eso, también me gusta comparar esta estación otoñal, con mi momento actual.
No voy a ocultar que me gusta más el verano que el tiempo de fríos, que poco a poco se va acercando; pero toda estación tiene su encanto. Es otoño una estación de contrastes en el termómetro y también de mezcolanza de colores en el paisaje. Reconozco que es un placer para el alma y los sentidos pasear en este tiempo. Me gusta ese revoltijo de sensaciones distintas, tanto como la fusión del melón con el jamón.
En la sombra, probablemente hace un poquillo de frío y sin embargo al sol se está de maravilla; al mismo tiempo podemos disfrutar en nuestro paseo, de un variopinto muestrario de hojas, tanto en la copa de los árboles, como en la alfombra que ya se empieza a formar bajo nuestros pies.
El todavía verde vivo de algunas hojas que no se resignan a morir, pugna con los amarillos, ocres y marrones formando todas ellas, un espectáculo de tonalidades imposibles; es entonces, cuando agacho la cabeza, alzo los brazos y proclamo que el otoño es único.
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También…., uno ya va teniendo una edad, mucho que justificar y aún mucho por aprender, y quizás por eso, también me gusta comparar esta estación otoñal, con mi momento actual.
No sé a quien quiero engañar si no me empiezo a creer ya, si no termino por asumir que nuestra vida tiene mucho de similar con la de cualquier ser vivo, (un árbol, por ejemplo); todos tenemos nuestros ciclos…, y cada una de esas etapas hay que vivirlas cuando vienen, con la única preocupación de llegar plenos de verdor y frescura hasta llegar a la eterna primavera.
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Y para ello, efectivamente habrá que ser como un árbol, un simple árbol; tan solo hay que dejarse regar, crecer, cultivarse, florecer, dar frutos, dar sombra y cobijo y a veces también, dejarse podar; en resumen…., habrá que hacer -generosamente- lo que sea, para ganarse el pase definitivo al inefable jardín de Dios; y eso no tiene que ser tan difícil, puesto que …., para eso fuimos hechos, es nuestro destino: ser felices para siempre, dando libremente gloria a Dios desde nuestra raíz más escondida hasta la punta de la hoja más alta.
Nosotros somos pequeños y retorcidos arbustejos.. pero el Jardinero bien sabe lo que hace. En Él confío y así me lo quiero recordar y repetir en cada una,de las estaciones de mi vida; y en este otoño... también.
Y para ello, efectivamente habrá que ser como un árbol, un simple árbol; tan solo hay que dejarse regar, crecer, cultivarse, florecer, dar frutos, dar sombra y cobijo y a veces también, dejarse podar; en resumen…., habrá que hacer -generosamente- lo que sea, para ganarse el pase definitivo al inefable jardín de Dios; y eso no tiene que ser tan difícil, puesto que …., para eso fuimos hechos, es nuestro destino: ser felices para siempre, dando libremente gloria a Dios desde nuestra raíz más escondida hasta la punta de la hoja más alta.
Nosotros somos pequeños y retorcidos arbustejos.. pero el Jardinero bien sabe lo que hace. En Él confío y así me lo quiero recordar y repetir en cada una,de las estaciones de mi vida; y en este otoño... también.
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6 comentarios:
También a mí me gusta actualmente el verano. No siempre fue así. Pero el otoño me apasiona. Creo que es la estación del año, donde más colores pueden contemplarse en la naturaleza. Ante esa belleza, imposible no emocionarse y alabar a Dios por tan gran regalo.
Opino como tú, Dejemos que el Jardinero cuide de su jardín.
Un abrazo
Mi estación del año hoy en día es el otoño ya que donde vivo la primavera dura una semana.En invierno demasiado frío y en verano demasiado calor.
Respecto a quién nos poda y lo que somos, como cuentas ... así lo veo yo.
A mí también me encanta el otoño, aunque en mi tierra ésta estación y la primavera prácticamente han desaparecido.
Cada vez que miro la naturaleza, el cielo, el mar, los animales, me pregunto como alguien, al ver eso, puede pensar que Dios no existe. No lo entiendo
me encanta el frío, así que el invierno me gusta más. Soy un poco raro, ¿será porque adoro la Navidad?
Precioso tu post, conseguiste relajarme.
A mi me enamoraba el Otoño de mis tiempos de universitaria, con el cielo de Madrid impecable, luminoso y los colores del Retiro entrándote por los cinco sentidos. Ahora quiero absorver aquel aroma y no los consigo, pero sé que está ahí que en cualquier momento va a volver a mi..., mientras, me siento en un banco de la Rosaleda del Parque madrileño y acaricio una Hoja que el viento posó en mis manos.
Gracias por estos colores que hoy nos has regalado.
Besiños otoñales
Yo también prefiero el verano y el calor, pero la maravilla de la naturaleza llama en cualquier época del año. Un abrazo!
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