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Con el fín de animar a un amigo en apuros, espero que pasajeros, y ¿por qué no? para ganarme un arrumaco por parte de mi parienta, me dispongo a reflexionar un poco, sobre la vida matrimonial.
Con el fín de animar a un amigo en apuros, espero que pasajeros, y ¿por qué no? para ganarme un arrumaco por parte de mi parienta, me dispongo a reflexionar un poco, sobre la vida matrimonial.
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Para empezar me confesaré diciendo que el próximo miercoles, día 23, justo un día antes de mi cumpleaños, se va a cumplir el vigésimo aniversario de mi boda.
¡Hace ya 20 años que me casé!, y aunque el tango sea tozudo a la hora de recordarnos que veinte años no son nada; para mí han sido y han supuesto… mucho.
Mi boda llegó, nada menos que tras 10 años de noviazgo, a la vieja usanza, después…, y lo digo por si alguien lo duda, me casé por la Iglesia y totalmente convencido. Ahora bien, lo que si os puedo asegurar es que después de toda esta pila de años (20+10), sigo igualmente convencido y más feliz cada día. Por supuesto, además de nuestra vida en común, lo mejor de nuestra unión matrimonial son dos hijos preciosos, hija e hijo, que Dios quiso regalarnos.
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Hace 20 añazos comenzamos juntos un camino, este al principio sólo era un sueño, ahora es una realidad, porque lo importante, lo maravilloso, lo sublime es que, con la ayuda de DIOS, ese amor inicial ha podido perdurar y madurar con el paso del tiempo.
Conflictos, desavenencias, desacuerdos, crisis…., las ha habido, no se pueden negar. Sin embargo el secreto es las ganas de superar esos momentos, de vencerlos y siempre hacerlo desde el amor, ese primer amor que nos llevó a dar el “si quiero” germinal.
Habrá que tener en cuenta, SIEMPRE, ese “SÍ” inicial. Porque si para iniciar una nueva vida se requiere compromiso, comprensión y un serio propósito por adaptarse a la pareja superando las diferencias naturales, estas mismas armas son las que tenemos que usar, también en tiempos de crisis.
No hay una varita mágica para resolver todas las dificultades que nos plantea la vida, pero una ayuda inestimable es agarrarnos a lo que tenemos; si en su momento aquellos recursos fueron útiles, ahora también servirán. El preservar la unión es lo prioritario, el tesoro es demasiado valioso, para no luchar por el, lo importante es conservar la familia.
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La familia es una institución extraordinaria, y lo es precisamente porque contiene tantas divergencias y variedades, tanta libertad que a veces, sorprende. Esta es la grandeza de la familia, la que a veces aterroriza a más de uno; al que no entiende que toda esa diversidad está fuertemente sujeta con el pegamento del amor, nada menos que el Amor de Dios.
El ideal de la familia cristiana es sobrenatural, por eso no podemos olvidar que se origina en un SANTO SACRAMENTO.
La esposa no es esclava ni propiedad del marido, sino su consorte y compañera. A través del sacramento los esposos incrementan la gracia santificante y obtienen la gracia actual para cumplir sus deberes. Así, la familia es sobrenaturalizada, es santificada.
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Sin embargo, a pesar de la gracia de Dios, si nos oponemos a ella, Dios seguirá respetando nuestro libre albedrío y... pueden llegar todas las dudas.
Para empezar me confesaré diciendo que el próximo miercoles, día 23, justo un día antes de mi cumpleaños, se va a cumplir el vigésimo aniversario de mi boda.
¡Hace ya 20 años que me casé!, y aunque el tango sea tozudo a la hora de recordarnos que veinte años no son nada; para mí han sido y han supuesto… mucho.
Mi boda llegó, nada menos que tras 10 años de noviazgo, a la vieja usanza, después…, y lo digo por si alguien lo duda, me casé por la Iglesia y totalmente convencido. Ahora bien, lo que si os puedo asegurar es que después de toda esta pila de años (20+10), sigo igualmente convencido y más feliz cada día. Por supuesto, además de nuestra vida en común, lo mejor de nuestra unión matrimonial son dos hijos preciosos, hija e hijo, que Dios quiso regalarnos.
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Hace 20 añazos comenzamos juntos un camino, este al principio sólo era un sueño, ahora es una realidad, porque lo importante, lo maravilloso, lo sublime es que, con la ayuda de DIOS, ese amor inicial ha podido perdurar y madurar con el paso del tiempo.
Conflictos, desavenencias, desacuerdos, crisis…., las ha habido, no se pueden negar. Sin embargo el secreto es las ganas de superar esos momentos, de vencerlos y siempre hacerlo desde el amor, ese primer amor que nos llevó a dar el “si quiero” germinal.
Habrá que tener en cuenta, SIEMPRE, ese “SÍ” inicial. Porque si para iniciar una nueva vida se requiere compromiso, comprensión y un serio propósito por adaptarse a la pareja superando las diferencias naturales, estas mismas armas son las que tenemos que usar, también en tiempos de crisis.
No hay una varita mágica para resolver todas las dificultades que nos plantea la vida, pero una ayuda inestimable es agarrarnos a lo que tenemos; si en su momento aquellos recursos fueron útiles, ahora también servirán. El preservar la unión es lo prioritario, el tesoro es demasiado valioso, para no luchar por el, lo importante es conservar la familia.
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La familia es una institución extraordinaria, y lo es precisamente porque contiene tantas divergencias y variedades, tanta libertad que a veces, sorprende. Esta es la grandeza de la familia, la que a veces aterroriza a más de uno; al que no entiende que toda esa diversidad está fuertemente sujeta con el pegamento del amor, nada menos que el Amor de Dios.
El ideal de la familia cristiana es sobrenatural, por eso no podemos olvidar que se origina en un SANTO SACRAMENTO.
La esposa no es esclava ni propiedad del marido, sino su consorte y compañera. A través del sacramento los esposos incrementan la gracia santificante y obtienen la gracia actual para cumplir sus deberes. Así, la familia es sobrenaturalizada, es santificada.
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Sin embargo, a pesar de la gracia de Dios, si nos oponemos a ella, Dios seguirá respetando nuestro libre albedrío y... pueden llegar todas las dudas.
El Señor siempre dá, pero solicita de nosotros disposición a recibir; colaboración, en una palabra. Como hemos comentado, el desacuerdo conyugal es normal en toda convivencia matrimonial, lo que hay que tratar es que esta discrepancia sea transitoria y leve, principalmente gracias a la buena voluntad de los dos cónyuges y con la conciencia puesta en la presencia de Dios.
La experiencia me ha enseñado que, en muchos casos, estas contrariedades y descontentos llegan por el descuido de los detalles; las grandes catástrofes nunca llegan de pronto y porque sí, son el fruto de la acumulación de muchos errores juntos. Así pues una buena política, además de la antedicha, de volver a los orígenes, es hacerte mucho más detallista.
Por todo eso, me permito exponer aquí una serie de consejos que alguna vez leí, que los conservo como oro fino y trato de cumplirlos cada día de mi vida:
1.- Tiempo de oro. Dedícale tiempo al otro pero no confundas la calidad con la cantidad. "Quiero estar contigo". Prefiere a tu cónyuge antes que a las amistades, demuéstraselo a menudo.
2.- Oír y escuchar. Cuando él-ella te hable, no te limites a oír, deja de trabajar, o deja el periódico a un lado, mírale a los ojos.
3.- Como novios. Mantén viva la ilusión del primer día de noviazgo. Conquístale a diario.
4.- Buenos recuerdos. Recuerda con frecuencia los momentos felices compartidos por los dos.
5.- La importancia de las celebraciones. Recuerda las fechas importantes. Si las celebráis juntos, ¡mejor!
6.- "¡Ayúdame!". Pide a tu cónyuge soluciones prácticas para tus problemas: puede ayudarte mucho y además servirá para uniros.
7.- Siempre alabanzas. No le critiques nunca.
8.- "Es una sorpresa". Sorpréndela con pequeños detalles inesperados: un regalo, una cena especial, una noticia agradable, unas flores, el vestido que le gusta.
9.- "Venía pensando en ti". Búscale a él o a ella al llegar a casa. Le encantará saber que vienes pensando en él. Y un beso al despedirse. No olvides despedirte antes de salir. Un beso todos los días es una práctica muy recomendable
10.- Con la verdad por delante. Sé siempre sincero pero nunca lo manifiestes de forma desagradable.
Este decálogo impagable es el final de este post, tan sólo me resta agradeceros la paciencia y pediros encarecidamente oraciones para todos los matrimonios que se hallen en situaciones difíciles. Ojalá Dios misericordioso nos conceda a todos, fuerza y luces para resolver, con su ayuda y nuestra colaboración, todos los conflictos que vayamos encontrando por este largo camino que es la vida, y nos conserve nuestro amor tan fresco, joven y alegre como el primer día.
La experiencia me ha enseñado que, en muchos casos, estas contrariedades y descontentos llegan por el descuido de los detalles; las grandes catástrofes nunca llegan de pronto y porque sí, son el fruto de la acumulación de muchos errores juntos. Así pues una buena política, además de la antedicha, de volver a los orígenes, es hacerte mucho más detallista.
Por todo eso, me permito exponer aquí una serie de consejos que alguna vez leí, que los conservo como oro fino y trato de cumplirlos cada día de mi vida:
1.- Tiempo de oro. Dedícale tiempo al otro pero no confundas la calidad con la cantidad. "Quiero estar contigo". Prefiere a tu cónyuge antes que a las amistades, demuéstraselo a menudo.
2.- Oír y escuchar. Cuando él-ella te hable, no te limites a oír, deja de trabajar, o deja el periódico a un lado, mírale a los ojos.
3.- Como novios. Mantén viva la ilusión del primer día de noviazgo. Conquístale a diario.
4.- Buenos recuerdos. Recuerda con frecuencia los momentos felices compartidos por los dos.
5.- La importancia de las celebraciones. Recuerda las fechas importantes. Si las celebráis juntos, ¡mejor!
6.- "¡Ayúdame!". Pide a tu cónyuge soluciones prácticas para tus problemas: puede ayudarte mucho y además servirá para uniros.
7.- Siempre alabanzas. No le critiques nunca.
8.- "Es una sorpresa". Sorpréndela con pequeños detalles inesperados: un regalo, una cena especial, una noticia agradable, unas flores, el vestido que le gusta.
9.- "Venía pensando en ti". Búscale a él o a ella al llegar a casa. Le encantará saber que vienes pensando en él. Y un beso al despedirse. No olvides despedirte antes de salir. Un beso todos los días es una práctica muy recomendable
10.- Con la verdad por delante. Sé siempre sincero pero nunca lo manifiestes de forma desagradable.
Este decálogo impagable es el final de este post, tan sólo me resta agradeceros la paciencia y pediros encarecidamente oraciones para todos los matrimonios que se hallen en situaciones difíciles. Ojalá Dios misericordioso nos conceda a todos, fuerza y luces para resolver, con su ayuda y nuestra colaboración, todos los conflictos que vayamos encontrando por este largo camino que es la vida, y nos conserve nuestro amor tan fresco, joven y alegre como el primer día.
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8 comentarios:
Mil felicitaciones para los dos, para ella también son muchos y felices jaja!!
Con ternura
Sor.Cecilia
Pero ¿No habías cumplido ya los 20 años de matrimonio hace tiempo?
Os deseo muchas felicidades en esta primavera recién estrenada que debe ser como ese amor que mantenéis por encima de todo. Si realmente cumplís ese decálogo juntos llegaréis a lo mejor, lo más feliz de vuestra unión.
Os encomendaré de manera muy especial en la Misa y en el Rosario ya que este año no tuve tiempo de prepararos un homenaje en mi blog como el año pasado y que conste que ya me acordaba.
Felicidades a toda la familia, eso si que es un buen comienzo de semana..
Besiños y que Dios os colme de bendiciones
Genial tu post Arcen....Felicidades por tu aniversario. Me quedo con tus clausulas que me vienen de perilla, algunas de ellas las pondré en práctica Hoy mismo!!
La de matrimonios que estan sufriendo por no poner un poquito de amor y entrega....Te agradezco tu testimonio de casado, haces que renueve el mio cada dia. Gracias.
Felicidades Arcendo, me alegra mucho tu entrada. un abrazo
Vaya mes de celebraciones. Nosotros 21 el próximo 21 de abril si D.q. Que belleza de entrada. Los que nos vamos enterando de lo que es el matrimonio, nos damos cuenta de que las herramientas para moldearlo, están en nosotros; cada vez menos de mí y más del otro, ahí está la clave y eso ya sabemos que nos es fácil, pero hay que renovarlo no digo cada día, sino cada segundo. Es un gozo encontrar a los amigos celebrando esta larga unión que Dios bendice. Mis oraciones por vosotros.
Espero dentro de muy poco, brindar personalmente contigo, por las estupendas mujeres, con las que Dios nos ha bendecido.
Abrazos
Ah y no te libras de los tirones de orejas por tu cumple.
No me extraña nada que haya funcionado tu matrimonio a la perfección que ese decálogo que propones, poquito más se puede añadir.
Enhorabuena!
Me emociona oir a Perales, me recuerda a esos tiempos en los que aun siendo yo niño, intentaba entender por qué los mayores se abrazaban, se daban besos, qué "bichito" les habría picado para comportarse así...
Es como si últimamente me costara creer en el amor verdadero, pero sé que es una tentación sin duda.
Por que el amor verdadero EXISTE!
Mis felicitaciones para ambos por esos 20 + 10 años, por saber mantener la llama encendida.
Un gran abrazo para los dos.
Felicidadeeeeeeeeeeeees!! ♫ ♫ ♫
Que el Señor les siga bendiciendo, y lleguen a ser santos. ♥ ♥
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