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En alguna ocasión he hablado aquí de un gran autor espiritual llamado D. Jesús Urteaga Loidi. Urteaga fué sacerdote y periodista, durante años fue director de la revista "Mundo Cristiano" y escribió varios libros tremendamente impactantes, llenos de fuerza y hablando a lo claro, "El valor divino de lo humano", publicado por Rialp es uno de ellos.
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Sin embargo, hoy os quiero traer para reflexionar, una anécdota que cuenta D. Jesús en otro de sus libros. En "Dios y los hijos", se cuenta una parábola clara y sugerente, que hoy…, me gustaría compartir con todos; es esta:
Una madre, poco experta en “pedagogías”, está "machacando" a su hijo de siete u ocho años con las dolencias del abuelito:
- No hagas ruido, que le duele la cabeza al abuelito.
- No corras que molestas al abuelito.
- No grites, que haces daño al abuelito. Así, llega un momento. que el crío exclama por lo bajini:
-¡Ojalá se muera el abuelito!-.
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Es una historieta algo... ¡fuerte!, pero puede servirnos para pensar, sobre todo en lo concerniente al trato con Dios y como se lo transmitimos a los demás.
Muchas veces se presenta a Dios como un freno, un obstáculo para lo que a uno le gusta.
"No", "no", "no"…..
Cuantos padres y, sobre todo madres, consciente o inconscientemente, inculcan a sus hijos esa visión de Dios. Eso lleva a que muchos acaben viendo al Señor como un estorbo. Y los estorbos tendemos a sacudirlos.
Necesitamos comprender que el Señor es NUESTRO PADRE, un padre amoroso y paciente, que lo único que quiere es nuestro bien. Lo que nos pide, podrá costarnos, pero hemos de llegar a la conclusión y transmitirlo debidamente que lo que nos da, es lo que más nos conviene.
El estorbo se maldice. La medicina, aunque amargue, si nos cura, se agradece.
Dios no es un freno. Es el mayor estímulo. Y así hemos de presentarlo con firmeza y convicción, pero sin pegajosa machaconería; que acaba por aburrir y aborrecer, y sobre todo, debemos –presentarlo- con el ejemplo de nuestro propio quehacer diario.
Coherencia y autenticidad contra hipocresía y falsedad. UNA VEZ MÁS...: Obras son amores y no buenas razones.
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6 comentarios:
Un abrazo compañero.
Bellísimo post.
Bendiciones.
"Heavy, heavy"
Tenemos que cambiar.
Te comparto esta reflexión que encontré.
LA LIEBRE Y EL TIGRE
Que gran decepción tenía el joven de esta historia, su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas, al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual no podía valerse por sí mismo.
Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre.
Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo:"no todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas". Y decidió hacer la experiencia: Se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara.
Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el otro día, y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio, sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su corazón estaba devastado, sí casi no sentía deseo de levantarse, entonces allí, en ese instante, lo oyó...
¡Con qué claridad, qué hermoso!, una hermosa voz, muy dentro de él le dijo: "si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente se la liebre".
Gracias Arcen.
Aunque tarde, que suerte el pasar por aqui y que aliviada me voy.
¡Muy bueno! Y más que "heavy", sustancioso.
Acertado tu comentario. Un saludo.
Hola médico del alma: vengo a que cures mi falta de paciencia, con esta lentitud de internet una no tiene ganas de escribir ni comentar... Ayer cerré el portátil de un portazo, de esos que no se deben dar y llevo casi dos días dedicándome a ayudar a Julio en sus podas drásticas, sí ya sé que no es tiempo de poda, pero como hemos venido tan poco este aaño esto está más selva que nunca.Él poda y yo recojo que no sé que es peor, bueno sí lo sé, estoy molidita y no pude ni nadar.
Perdona, querido, este desahogo que no tiene nada que ver con tu bonito post.
Ya sabes lo mucho que he querido siempre a D. Jesús y cuánto me ayudaron sus libros en mi vida corriente,creo que me los sé de memoria y los dos que nombras son los mejores. Siempre he peleado con esa idea del Dios prohibidor.
Qué bueno es Dios y cuánto nos quiere, supongo que esto de la lentitud internauta también será por algo, casi, casi, se puede decir que me estoy curando de esta adicción.
Y ahora a esperar que este comentario pueda llegar a su destinatario
Me acuerdo mucho de todos, especialmente de ti, y agradezco en el alma los comentarios que recibo, aunque puedo verlos poco a poco.
BESIÑOS QUE ESPERO TE LLEGUEN.
¿Cómo va vuestro verano?
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