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Anteayer os contaba la alegría que me dio, poder observar la riqueza de caminos que tiene la Iglesia, en aquella original "expo" de la JMJ, que se llamó "la feria de las vocaciones".
Cientos de peregrinos nos dimos cita en ese pulmón de Madrid que es el Retiro madrileño para conocer cada uno de los carismas de Nuestra Madre la Iglesia.
Contra lo que dicen las malas lenguas, hay que decir muy alto y muy claro que, promover las vocaciones con una feria no se trata de frivolizar, en absoluto. En esa feria..., miles de personas tuvieron la oportunidad de ver algo único, pudieron visitar cada una de las casetas, no para comprar la última novedad editorial o conseguir la firma de su autor de cabecera, sino para conocer a la Iglesia en su diversidad.
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Allí estaban todos: Mercedarios, franciscanos, benedictinos, teresianas, Jesuitas, Salesianos, Scouts, Hermanitas de los Pobres, Acción católica, Caritas, Ayuda a la Iglesia necesitada, Obras misionales pontificias..., etc., etc., etc. Todos tenían cabida en este variopinto escaparate de auténtica y verdadera catolicidad.
Como antes he dicho, no se trata de frivolizar, sino de "ponerse a tiro", de enseñar, de proponer, y de ir... donde está la gente, ¡de evangelizar!
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¿Se nota lo mucho que disfruté y aprendí en esa feria? Supongo que sí; ya he hablado de ella más de una vez. Sin embargo..., hoy la traigo por otro motivo.
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Más de una vez he oído, que en época de Franco, "todo el mundo" era católico, mientras que ahora... casi nadie lo es.
Cierto es que antes, mucha gente, por miedos -infundados- al régimen, se "hacían pasar" por católicos devotísimos, sin serlo. Pero no es menos cierto que, en la actualidad..., el que lo es, y lo practica, es porque quiere, no está "forzado" por nada, ni por nadie, ningún convencionalismo social, le obliga.
Si esto es así, eso indica que el católico español de hoy, posiblemente sea mucho más auténtico que -el de antes-; sin menospreciar a aquellos, que también lo fueron entonces, que también los hubo.
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Ahora los que quedamos...., seamos pocos o muchos, tratamos de llegar al conocimiento, por distintas vías, como ha dejado patente la mencionada feria.
Así, unos elegirán el camino neocatecumenal y otros escogerán el "Camino" de San Josemaría Escrivá, -por poner dos ejemplos distantes y muy significativos-; pero todos esos caminos, aunque sean diferentes, no son excluyentes y además pretenden llegar a la misma "casa", porque El Padre es el mismo.
Claro que, cada -camino- puede tener sus particularidades, pero siempre nos hermanan ciertos elementos comunes. Principalmente, la Escritura y los Sacramentos.
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Es decir, ahora podemos deducir que, teóricamente somos menos -cantidad-, pero somos y estamos mucho más comprometidos. Es como si el tiempo y la historia, se hubiesen encargado de ejercer de providencial criba selectiva.
Sin embargo, intuyo que ese no será el último "filtro", ¡habrá más!
Tanto es así que hasta el Evangelio, principalmente el Libro del Apocalipsis, nos "habla" claramente de esa segunda -selección-. Sin embargo...., esa certeza es mucho más concreta, si tomamos en cuenta, ciertas revelaciones particulares.
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Por supuesto estamos hablando de un tiempo futuro, más o menos próximo; pero..., inexorablemente cierto; por lo cual, conviene prepararse y prestar toda la atención posible a los signos de los tiempos.
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De todas esas revelaciones, -algunas aceptadas por el Magisterio de la Iglesia-, quisiera centrar mi atención en dos signos recurrentes, en muchas de ellas. Porque si antes hemos dicho que el actual, denominador común de los distintos carismas de la Iglesia eran la Escritura y los Sacramentos; en este segundo "casting", también existirán dos claras señales definitorias, que el cristiano fiel debe conocer y reconocer.
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Se cuenta..., que al final de todo esto...., y antes de la parusía, habrá un cisma en la Iglesia, y con el, una gran confusión; mucha gente dudará, y algunos "se perderán".
El hecho que confirman diversos auténticos videntes, es que una vez que se produzca ese cisma y aparezcan dos Papas, las principales líneas de autenticidad del legítimo y verdadero Papa serán dos:
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- El amor incondicional a la Eucaristía y
- La devoción a María Santísima.
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¡Esos serán los indicios! Las únicas marcas veraces en los que nos hemos de fijar.
Algunos..., incluso dicen, que precisamente para corroborar esas señales, el Papa verdadero proclamará, en esos días, el dogma de María como Corredentora.
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¡Que gran conexión hay entre Maria y la salvación, desde el principio del mundo..., hasta su final!
Y por eso..., claro está, que también existe una relación íntima entre la Virgen y la Eucaristía
En "Redemptoris Mater" nuestro querido JPII nos dice que: “María guía a los fieles a la Eucaristía”... ¡que gran verdad!
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De todos modos, ocurra lo que ocurra, hemos de tener en cuenta que solo, con cierta visión teológica de la historia y una constante presencia de DIOS, se logra entender lo que sucede en el mundo ahora, y también lo que acontecerá.
Todo está bajo la Providencia de Dios. Jesús es el Señor de la Historia.
Seamos fieles a la Iglesia en sus signos y perseveremos en el amor a los sacramentos de la mano de la Madre. Porque al final, si permanecemos, el Inmaculado Corazón de María, nos hará llegar, a donde tanto deseamos.
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7 comentarios:
Agarrada a Ella sin soltarme voy Arcendo, preciosa e interesantisima entrada, veo que estamos viviendo en unos tiempos importantisimos para el catolicismo. Y saldrán más carismas inspirados por el Espiritu, que yo los veo como "andamios" de la Iglesia.
un abrazo.
Saludos. Ya veo que entras con fuerza en el tramo final del verano. Besos.
Cuando llegue ese momento Arcendo el Espiritu de Dios nos guiará.
Me gusta tu entrada, pero he echado en falta al Espiritu, exencial en nuestra conversión porque nos conecta intimamente con el Padre y el hijo como un cordom umbilical que nunca se rompe. Cuando llegue ese momento todo el que en su corazón antes ha podido reconocer la voz del Espiritu Santo, no será confundido. El que conoce esa voz, la podrá diferenciar entre todas las demas. luego lo unico que habrá que hacer es seguirla nos guie el camino que nos guie, aunque sea a la cruz. Jesucristo la escuchaba, por eso incluso cayendo, sigió escalando el monte calvario. Habia otros que posiblemente le habrian dado la salvación, pero el sabia reconocer la Voz que lo llevaba al sacrificio. Eso es lo más a lo que estamos llamados y debemos estar alegres y serenos, que nada nos turbe y sobre todo entre todos, luchar por la unión de la Iglesia, cada cual bajo el carisma y el movimiento donde Dios nos a llamado.
Un beso.
Y claro que hubo verdaderos católicos en tiempos de Franco, yo soy testigo de muchos y muchos...
Perdona, querido amigo, me ha costado dos días poder entrar en tus comentarios, ya estaba de los nervios.
La Eucaristía y la Virgen María son signos de todos los tiempos, independiéntemente de profecías o videntes actuaes. A ellos nos abrazamos para mantenernos firmes en la fe, en medio de la marabunta que vivimos.
Me han gustado mucho tus dos últimos post que, gracias a Dios, pude leer y no comentar. Menos mal que ya sólo me queda una semana más para volver a Madrid
BESIÑOS a mi mejor amigo.
PD/ ¿Leiste mi mail agradecido?
Preciosa entrada Arcen, y todo lo que escribes.
La Eucaristía y la verdadera devoción a la Virgen son piedras angulares en la Iglesia.
Dios te bendice!!
Yo también lo veo así, amor a la Ecaristía y por la Madre de Dios. Y eso que no soy vidente.
¿Qué ofrecen los otros?
¿Cómo va todo? Te echo de menos, pero siempre estais en mis oraciones.
BESIÑOS
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