ARTE, BELLEZA, ¡FE!

El hombre es un ser limitado pero paradójicamente abierto a lo ilimitado, a lo infinito, lo eterno, a lo trascendente. Por eso, y de ahí, su deseo vibrante en buscar la belleza en todo lo que le rodea y por eso también, su infelicidad cuando traiciona deliberadamente ese anhelo y se decanta, como en estos últimos tiempos, por lo cutre, por el feísmo.

"La belleza salvará al mundo" decía Dostoievski y Unamuno lo corrobora con estas acertadas palabras: "en lo bello se aquieta un momento el espíritu, descansa y se alivia, ya que le cura la congoja porque lo bello es revelación de lo eterno"; efectivamente esto es así, la belleza que conocemos es solo reflejo tenue de todo lo que nos aguarda, la belleza solo tiene sentido y razón cuando hablamos de DIOS. Lo triste es que no nos percatemos y disfrutemos antes, de lo que por su Gracia, siempre tenemos delante de nosotros, como decía San Agustín en sus Confesiones: "¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te ame!" Pero DIOS es grande y nunca es tarde si la dicha es buena.

De momento, tal y como nos enseña nuestro primer pastor, que además es un maestro de las artes, podríamos empezar a disfrutar de toda esa belleza trascendente, a través de la música:

"La belleza de Dios se manifiesta de muchas maneras y en la música lo hace muy especialmente. El cantar mismo es casi volar, elevarse hacia Dios, anticipar de algún modo la eternidad". Benedicto XVI

Disfrutemos pues, de esa belleza, no sin antes escuchar una breve intervención del conocido director de orquesta Riccardo Muti, que en una amenísima locución viene a reafirmar precisamente lo que hoy, hemos querido transmitir aquí.

Os comparto que, lo que dice Muti en la parte final de este documento, me ha llegado a conmover mucho; os confieso que cuando lo oí por primera vez, una especie de escalofrío de complicidad me recorrió el cuerpo de parte a parte, porque es precisamente lo que yo he pensado siempre con respecto a la música y al arte en general. Os ruego no os perdáis ese primer vídeo.

Luego acabaré el post, con otras dos muestras más, de puro arte, donde se podrá disfrutar de Muti, provocando aún más todas nuestras sensibilidades, haciendo lo que mejor sabe hacer, dirigir tan "bellamente", tan cerca de... DIOS.
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El último es un vídeo, si cabe..., aún más excepcional, está grabado nada menos que en el Parlamento italiano, y es una buenísima interpretación del famoso coro de los esclavos del Nabucco de Verdi, con motivo del 150 aniversario de la unificación italiana. A la batuta, ¿como no?, el maestro Muti. ¡A disfrutar!
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