martes, 6 de diciembre de 2011

EL ESPÍRITU DEL DESIERTO


Despoblado..., inhóspito. Donde solo sobrevive aquel que está preparado para aguantar condiciones extremas..., así es un desierto. Meterte en un lugar así, voluntariamente, es de héroes o de locos.
Sin embargo ahí, en el desierto, es de donde parte la primera voz que lo anuncia: "La voz que clama en el desierto". En el desierto es donde empieza todo: ¡Preparad el camino, allanad las sendas!, gritaba aquel tio tan raro con vestido hecho de pelos de camello.... ¡Vaya friki!

Pienso, ya a toro pasado, que tiene menos mérito; que lo del desierto es un signo. Dios nunca hace nada a humo de pajas. De hecho, el desierto es tan simbólico que, el mismo Jesús vuelve a el, y se pasa allí, nada menos que 40 días y 40 noches....

Lo del desierto, tiene su aquel, incluso para nosotros, ahora, en estos días prenavideños de este liadísimo y terminal 2011.
Pensemos un poco en aquellas condiciones, pongámonos por un momento en aquella situación:
En el desierto no necesitamos nada.
- Todo nos pesa.
- Hemos de despojarnos de todo lo superfluo.
- Los ropajes nos sobran.
- Nos quedamos desnudos.
Y..., nos sentimos pequeños. Vulnerables, necesitados.... Nos mostramos tal y como somos; no hay necesidad, ni posibilidad de maquillaje alguno.

Pero no confundamos..., DIOS no nos quiere ver así, por ser un DIOS cruel que solo quiere mostrarnos su tremenda majestad enfrentándola a nuestra humillante pequeñez, no. Dios quiere que nos sintamos lo que somos..., criaturas suyas, sus amados, a los que está dispuesto SIEMPRE a ayudar, cuando le dejemos.

Hablábamos, en el post anterior, de "las noches oscuras". Como decíamos antes..., Jesús en el desierto tuvo hasta 40 de esas, con tentaciones diabólicas incluidas. Y lo que sorprende, lo que más me gusta de ese pasaje, es que.. Jesús no hizo uso de su condición divina para sobreponerse a esas tentaciones. Fue capaz, desde su esencia humana (débil al igual que la nuestra) de vencer al príncipe del mal. ¡No fue Dios quien venció al demonio en el desierto, fue un ser humano! Y eso me dice que, al igual que Jesús, nosotros también lo podemos hacer. Las lecciones de Jesús al inicio de su vida pública y de su pasión son impresionantes y muy significativas. ¡Lo del desierto no es porque sí!

Ayer, con motivo del acercamiento de las fiestas, el Papa también aludió a San Juan, hablando de él como un "figura muy ascética: vestido de piel de camello, que come saltamontes y miel silvestre, que encuentra en el desierto"; y con el ejemplo de San Juan, Benedicto XVI, nos pedía a todos los cristianos, vivir con sobriedad sobretodo en Navidad (Ver enlace).
"En cuanto a la misión de San Juan fue una "llamada extraordinaria a la conversión", pero además fue más allá de la sobriedad del estilo de vida ya que "llama a un cambio interior, a partir del reconocimiento y de la confesión del propio pecado" Dijo el Papa.

Con el ejemplo de Juan el Bautista, aquel genial excéntrico habitante del desierto, aquel loco maravilloso figura principal del Adviento, acabo ya mi entrada. La conclusión es una propuesta, que en estas Navidades de la crisis,  pensemos más, en lo mucho que tenemos, en lo mucho que nos sobra, y en lo necesitados que estamos del agua de VIDA. Es decir, que nos dejemos seducir por el espíritu de aquel desierto del Bautista, el mismo que ayer mismo, nos propuso el Santo Padre.
Un desierto donde seguro, vamos a encontrarnos con Jesús.

*   *   *   *   *

6 comentarios:

Martha bernal dijo...

Si no cambiamos algo en nuestras vidas en este adviento, no estaremos preparando el camino del Señor. Saludos

Boss dijo...

Jesús vivió, Jesús murió, Jesús resucitó e incluso despojado de su divinidad venció a satanás.

¿Quién como Dios?

Efectivamente, tiene que haber un cambio.

MDR dijo...

Tus escritos son para profundizarse.
Tengo que escuchar muy atentamente.
Gracias Arcen!!

Mento dijo...

Coincido con Bruce en esto, el cambio lo hay. y añado que con gente que camina en la misma dirección que tú y ora contigo y también amenudo por ti. el cambio se realiza con mayor aceptacción.
Un beso, te quiero un montón.

Militos dijo...

Pues aquí en el desierto, esperando al espíritu...
¿Un cambio? Hombre el cambio político ya lo ha habido, ahora sólo falta el más importante, el de cada uno de nosotros.
Deberíamos hacer un post preguntando: ¿Tú en qué vas a cambiar, este Adviento que ya se nos escapa de las manos?
¿Te acuerdas de los antiguos MEMES que solíamos hacer antes? pues algo así, claro que sería demasiado íntimo ¿No crees?

BESIÑOS DE QUE NO TE QUIERO NA DE NA.
LLegamos muy bien, a pesar de que me daba igual

Anónimo dijo...

Voz que clama en el desierto... el desierto esta lleno de las almas que andan en continua búsqueda... solo allí fuera de los ruidos del mundo, de toda distracción es posible escuchar la voz de quien anuncia...
A veces , es necesario adentrarse en ese desierto, aceptar el reto de ser tal cual somos sin nada más... Él ya nos conoce así y nos ama, somos nosotros los que no nos conocemos, los que nos negamos muchas veces a nosotros mismos...
Un abrazo.

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