¡NECESITO VOLVER A CASA!

Os comentaba el otro día sobre la última serie de la factoría INFINITO MÁS UNO (Ver enlace); hoy quiero volver a hablar de “TE PUEDE PASAR A TI”, porque en ese primer capítulo,  Juan Manuel Cotelo, dice algo que, estos últimos días, me está haciendo pensar mucho. Pero antes… explicaré brevemente el contexto en el que acontece.

Un grupo de jóvenes..,  acaba de ver un vídeo con el testimonio de alguien que ha sufrido una conversión, una transformación radical en su vida. A través de preguntas  y respuestas, se establece un interesante diálogo entre todos los chavales, sobre lo visto. A lo largo de esa charla se van planteando cuestiones muy profundas: La existencia de DIOS, la importancia de su presencia en nuestras vidas, o el por qué, si DIOS es tan bueno…, permite que haya tanto mal en el mundo, es decir…, si DIOS es amor porque hay tanto odio.
Cotelo, con muy buen criterio, va intentando capear el temporal, dando unas respuestas muy adecuadas a preguntas tan difíciles. Cotelo saca todo su arsenal y hasta se atreve a tirar de filosofía tomista en su defensa tan cualificada como apasionada de DIOS.
Si toda la película está bien…, para mí, los ocho minutos finales son… ¡de antología!. La batería de preguntas es masiva. Os transcribo parte de las mismos:

JOVEN. “¿Has tenido algún contacto con DIOS?"
COTELO. “En este instante. Busca un sitio en el mundo, en el que puedas esconderte de DIOS”
JOVEN: “¿Qué es lo que te lleva a tí, a tener tanta confianza en DIOS?"
(ATENCIÓN A LA CONTESTACIÓN, QUE TIENE MIGA)
COTELO: “Primero, el pensar que no estoy solo; el absurdo es la falta de causa; si no hay causa…, estoy aquí, por accidente; porque chocó algo y salí, salí yo y saliste tú; y de casualidad puedo pensar; de casualidad puedo bailar; de casualidad puedo reír; pero si soy pura materia, la materia no se ríe, la materia no canta, la materia no llora; pero yo… canto, lloro, odio, amo…, ¡NO SOY MATERIA!. Si tú me dices que soy pura materia, yo te digo, no me conoces.
Si no soy pura materia, tiene sentido que yo ame, que yo pida perdón, tiene sentido que no me sienta solo…,-porque no resisto esa soledad-, no me resulta racional. Me resulta un acto de fe, tremendo no creer; no tengo tanta fe, por eso creo.
Para mí, el acto de fe tremendo es pensar que no hay DIOS, ese es un acto de fe impresionante; creer que el universo entero, con las leyes del universo, empezando por la ley de la gravedad, hasta el movimiento de todos los planetas, que es exacto, el mismo, siempre; haya surgido de casualidad, es decir, sin causa, por accidente, que esto sea un caos, que no haya un orden, que no haya una voluntad que lo rija…, y yo estoy en medio, YO NO ME LO CREO”

¡Menuda parrafada!, ¡Es GENIAL!, ¡no se puede decir TANTO en tan poco tiempo!. Y aunque la cosa sigue y hay mucho más; (animo a COMPRARLA y verla) ahora voy a SALTAR directamente al punto que hoy me interesa… y que sigue en la misma conversación:

JOVEN: “Para los que no creen, un mundo sin DIOS, tampoco sería un infierno”
COTELO: “Un mundo sin una ley universal de amor, donde manda el más fuerte, es un infierno. Abre cualquier periódico y tienes la descripción del infierno, quita a DIOS de tu vida, y ya tienes un infierno. Quita a DIOS de tus relaciones, quita a DIOS de tu trabajo, de tus diversiones, de tus planes, de tu enfermedad…., y tienes el infierno.

Quita a DIOS del sufrimiento y ya tienes el infierno.
Pon a DIOS en tus amistades, en tu trabajo, en el daño, en el daño que te han hecho, en el daño que tú has hecho, en tu enfermedad… y tienes el cielo….”

¡Que impresionante, maravillosa y sencilla clase de filosofia doméstica, de andar por casa, pero de teología… de la buena!. 

Más que la frase, la idea que, antes os decía que me había hecho pensar, es ese mundo, ciertamente infernal en que YA estamos viviendo. Un infierno real que se hace patente cuando este mundo, no se quiere regir por esa ley universal de amor, de la que hablaba Cotelo.

Dicen que Nietzsche "mató" a DIOS y "creó" al SUPERHOMBRE. 

Dostoievski, vió la consecuencia exacta de esa rebelión de desquiciados, que hoy muchos siguen, y en sus “Hermanos Kamarazov” da la clave: “Si DIOS no existe… todo está permitido”… y así es y así nos va.

Efectivamente antes de verlo in situ, ahora estamos viviendo una anticipación del infierno en la tierra. Claro que DIOS no ha muerto y sigue con sus brazos abiertos en cruz, esperando al hombre, pero el hombre ha decidido darle la espalda, vivir como no como si DIOS hubiera muerto, sino como si no existiera; hemos sucumbido otra vez a la tentación, la soberbia humana ha dado una nueva dentellada a la manzana envenenada del árbol prohibido.

Este “super” hombre Nietzscheniano, es ya una terrible y triste realidad. Es hijo de la soberbia y del egoísmo, no ha dejado de arrastrarse por los fangos del odio, del crimen, de la miseria; no sabe lo que es la paz, la caridad, el amor; lamentablemente por reiteración en el error, es un monstruo cada vez más inhábil para levantar su mirada, para pedir perdón, para intentar el cambio.

Este hombre del siglo XXI, tecnificado, altamente cualificado en tantas ciencias ha perdido la conciencia, se ha cegado, se ha endiosado, sin querer ver sus muchas limitaciones, sin querer acordarse de su inexorable mortalidad.
Lo decimos aquí una vez más y las que haga falta, ¡lo denunciamos!, las crisis de este mundo NO son económicas, son morales, son eminentemente espirituales.

Hemos olvidado a DIOS y como consecuencia a nuestros hermanos los hombres, por eso hoy más que nunca se hace realidad aquella tremenda frase de Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre”. El hambre en el cuerno de África, las desigualdades, las guerras, las amenazas, los odios, las incomprensiones, avalan la cita.
Europa, Occidente y nosotros mismos, somos convictos de la prisión que nos hemos creado, tenemos solo apariencia de libertad pero somos presos de esta ideología antidios, de esta terrible anti teología universal, que sin la amorosa misericordia divina, acarrearía sin duda alguna, el fín de la perla de la creación, el ocaso del hombre. Este sería el apocalipsis más dantesco y más cierto que cualquier meteorito que se estampara contra la tierra.

El pecado actual del mundo, del cual somos partícipes si no actuamos, es que hemos escondido a DIOS, nos hemos avergonzado de DIOS, hemos insultado a DIOS… hasta el peligroso punto de ruptura. Hemos bloqueado las vías por las que discurría la savia desde los orígenes, convirtiendo al ser humano en una pasión inútil, en un ser para la nada, en un árbol estéril, ese mismo que el mismo Cristo señaló, maldiciéndolo.

La solución al problema, dada su gravedad, solo pasa por apelar a la Misericordia de DIOS. Necesitamos que la gracia nos de la humildad necesaria para reconocer ese maldito orgullo.

El Mundo, Europa, España, yo mismo… necesitamos emprender el camino de regreso a la casa del Padre, volver la mirada a DIOS, volver a hablar con Él.

Es preciso, como decía Cotelo en ese excelente DVD de “TE PUEDE PASAR A TI”; reconocer que –el hombre no está solo; que somos criaturas divinas, que tenemos necesidad de DIOS-, que tenemos ¡Sed de eternidad!, como dice el salmo, y que solo en DIOS podemos saciarla.
¡Ojalá DIOS se apiade de nosotros y nos dé el tiempo y la gracia suficientes para encontrar el camino de vuelta a CASA!

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