REFLEXIÓN DE VIERNES CUARESMAL

En muchas películas, sobretodo de temática religiosa, es frecuente ver en el protagonista una metamorfosis, un cambio, una conversión, a veces bastante radical.

No puedo negar que soy de los que me emociono hasta el lagrimón, cuando llega ese desenlace, aunque sea en una obra de ficción.

Es lógico pensar, y todos en cierta manera lo intuimos, que la mayoría de esas novelas rodadas para el cine o la tele, están basadas en personas existentes y en hechos reales. Creo que todos, ya sea personalmente o por referencias, conocemos a alguien que nos lo podría atestiguar en primera persona.

La verdad es que, estos casos son muy impactantes y ejemplifican perfectamente, como la gracia de DIOS fluye, aunque tantas veces, nos empeñemos en ponerle trabas.

Pero reflexionemos un poco, sobre este curioso fenómeno:

Resulta qué, hay por ahí, muchas almas que hacen una vida, sin DIOS.

Ese gran grupo, podríamos dividirlo en dos; los que deciden darle la espalda a plena "conciencia" ; y los que, por distintas circunstancias, no han tenido la suerte de conocerle...

Sea como sea... DIOS no hace distingos, y presenta sus credenciales, a los miembros de ambos grupos, en cualquier momento, porque "quiere que TODOS los hombres se salven"

Vuelvo otra vez al cine, para observar la conversión a través del celuloide.

En muchos argumentos vemos al intérprete viviendo una serie de vicisitudes dramáticas que van en aumento y que finalmente desembocan en un punto climax, del que no es posible seguir... sin ayuda.

Es cuando el protagonista, acaba recomponiendo el puzzle de su vida:

"Recuerda" entonces, las veces que DIOS ha querido solucionar sus problemas, y él, cegado, ha ido desaprovechando sus asistencias. Y es, cuando finalmente, acaba postrado ante DIOS, reconociendo sus errores personales y conformando su propia voluntad a la de DIOS.

Una vez más..., que para eso está el blog,- debo hablar de mi experiencia, por si alguien puede aprender de mis resbalones o le sirven de algo mis descalabros.

Mi conversión personal, fue distinta y aunque más de una vez me llegué a pegar sonoros porrazos..., mi conversión no fue de golpe.

Dios utilizó conmigo la táctica, del día a día, del poco a poco.

No soy de los que, nunca tuvieron la suerte de conocer a DIOS y de pronto surgió. No soy de ese grupo... Heredé la fe de mi madre y la "mamé" desde pequeño. De hecho recuerdo el día de Primera Comunión, como uno de los más felices de mi vida. Recuerdo que aquel día..., sentí algo muy especial dentro de mí, que nada tenía que ver con los regalos del evento.

Sin embargo, en la adolescencia, si no perdí la fé..., ¡la escondí!, y no la volví a encontrar hasta bien entrada la madurez.

.

En mi adolescencia, cometí algunos de los más grandes errores de mi vida, todavía arrastro las consecuencias de muchos de ellos..

No voy a echar la culpa de todo mi deterioro, a las "amistades" y a sus tremendas influencias, porque fue solo mi "mala" voluntad, la que dictó mis actos. Me creí durante años, dueño y señor de mi vida, un tipo libre y liberado.

Caí en muchas adiciones, y en las que no caí -probablemente las más peligrosas-, fue no por falta de oportunidades, sino por pura intervención divina; ahora estoy seguro.

De cualquier modo, caí en muchos vicios y sé, que hice mucho daño, daño moral... (que es el que más perdura), sobre todo a mi familia...

Mi vida fue durante años.. un completo desastre...

Pero efectivamente, igual que en muchas de esas películas que antes hemos comentado, llegó un momento en el que.. TOQUE FONDO, no podía llegar más abajo y ya solo podía mirar.... HACIA ARRIBA.

Ocurrió un suceso tremendo que cambió mi vida, y me hizo, parar. Me obligó a reflexionar. ¡No podía seguir así!

Yo nunca había perdido la fe del todo, entonces fue como entró en acción aquel impagable legado de mi madre... y gracias a un amigo -de los de verdad-, volví al camino, a través de un sacerdote, ante el que me confesé y me vacié completamente; ¡o me llené!, según se mire...

A partir de ahí, a partir de entonces..., no se puede decir que todo fuera o haya sido más fácil, pero si que ha sido distinto y desde luego, mejor.

A partir de entonces..., se fueron dando una serie de sucesos maravillosos en mi vida, que antes eran impensables. Sucesos que se podrían calificar, casi de milagrosos: Mis adiciones, todas ellas, paulatinamente y sin grandes esfuerzos, fueron desapareciendo hasta quedar en nada.

Me sorprende hasta a mí, que otros..., hayan tenido que utilizar tratamientos y psicólogos para desatar tantas cadenas y la gracia de DIOS haya actuado en mí, de esta manera..., sin haberlo merecido..., ¡su Misericordia es infinita! ¡DIOS SE HACE QUERER!

.

La presencia de DIOS se hace sentir, de muy diversas maneras, "los caminos del Señor son inescrutables". Puede hacerse notar... susurrando, sutilmente...; o descabalgando al más pintón del caballo más alto... como hizo con Saulo.

Y cuando llega esa voz divina, ya sea gritante o insinuante, lo más normal es que el "FIAT" no se haga esperar, y además... suele ser inmediato y para siempre.

Es tal la fuerza del AMOR que se siente en el interior... que la respuesta es inequívoca, a pesar de las posteriores y seguras asperezas de la vida que le reste a cada uno.

.

Mi historia no se puede titular como la de Frossard, "Dios existe, yo me lo encontré"; mi vida se podría llamar "Yo sabia que existía, Él me buscó"... ¡Nunca dejó de hacerlo!

El AMOR que nos tiene es mucho más fuerte que nuestra tozudez por rechazarle, esa es mi esperanza y también la de esta Santa Cuaresma. Porque al final, después de la pasión, después de toda esta vida, de todo lo que nos ocurra en ella, si nos dejamos querer, todo acaba bien. Así es su compromiso con nosotros. ÉL, lo firmó con una Cruz.

.

*   *   *   *   *