Esta es una de esas noticias que para muchos pasarán inadvertidas...,
para otros serán pura anécdota, para mí..., además de ser un consuelo, es un
estímulo.
Resumo a grandes rasgos lo que, con mucho
más rigor y extensión, podéis leer en este ENLACE.
Estos son los hechos, fechados el pasado 12 de Marzo:
Base Militar de Qala I Naw (Afganistán). Una unidad de legionarios españoles es atacada por insurgentes mientras realiza un dispositivo de seguridad en un puesto de observación del ejército afgano.
Base Militar de Qala I Naw (Afganistán). Una unidad de legionarios españoles es atacada por insurgentes mientras realiza un dispositivo de seguridad en un puesto de observación del ejército afgano.
En los primeros segundos del combate el
caballero legionario Iván Castro, fusilero del tercer pelotón, recibe un
disparo en el pecho. Poco después, enterado el jefe del pelotón, sargento José
Moreno, de que uno de sus hombres está herido, realiza fuego de supresión y
corre cuarenta metros bajo fuego enemigo a atender a su compañero legionario.
Intentando transmitirle paz, le anima a
mantener la calma y le asegura que verá nacer a su hija -que llegará pronto al
mundo- en España. Castro, con temple, le pide que regrese a su puesto y que le
deje permanecer en el suyo, en el combate. El jefe del pelotón consigue
contener la hemorragia del herido y se queda junto a él, hasta que el ataque es
repelido.
Quizá su ejemplar comportamiento se debió solo, y nada menos, al hecho de pertenecer a la LEGIÓN. Pero quizá también, tuvo algo que ver una ceremonia vivida meses antes, el 5 de enero, justo antes de partir hacia Afganistán.
Aquel día, en la base Álvarez de Sotomayor
(Almería), los legionarios de la VIII Bandera ‘Colón’ recibieron de forma
voluntaria y de manos del sacerdote de la unidad un ‘detente, bala’, regalo del
Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas que colabora con la VIII Bandera
‘Colón’.
“Os lo
ofrezco”, explicó el sacerdote, “pero
sois vosotros los que lo tenéis que aceptar si tenéis fe. El que no quiera está
en su derecho y no por eso dejará de ser un buen legionario”. Solo
dos, entre todos los legionarios que partían, prefirieron no recibir el detente.
Esto queda entre vosotros y Dios, continuó
el cura: “Seguro que os ayudará en los buenos y
malos momentos, pero no lo cojáis como un amuleto; esto no es una pata de
conejo, cogedlo como algo espiritual entre cada uno de vosotros y Dios”.
Con su detente volaron a Afganistán y con su
detente al cuello combatía Iván Castro cuando recibió el disparo enemigo.
La bala, que le atravesó los
pulmones y rozó el corazón y la aorta,
solo pudo serle retirada días después del ataque; tanto los médicos que le
atendieron inmediatamente como los que lo recibieron en el hospital Gómez Ulla,
donde ingresó a su regreso a España, confirmaron la gravedad de la herida y las
pocas probabilidades de supervivencia a un disparo de ese tipo.
Según, el presidente del Círculo de Amigos
de las Fuerzas Armadas y poseedor de la Cruz al Mérito Militar con distintivo
blanco, Alfonso Rojas:
“Después de oír lo que los
médicos decían de su herida, cabe pensar que salió vivo de forma milagrosa,
pero cada uno, en función de si tiene o no creencias, puede atribuirlo a
diferentes motivos. Para los que creemos -¿por qué no?- podemos pensar en la
protección del Sagrado Corazón de Jesús que llevaba encima”.
Mientras el legionario se recupera en el
hospital muchos miembros del Círculo fueron a verle, y le llevaron un ramo de
flores rojas y amarillas y él, emocionado, dijo que quería volver a Afganistán
con sus compañeros y que sentía mucho todo el revuelo causado, los
representantes de la asociación aseguran que si la Legión mantiene la
iniciativa del detente, ellos seguirán patrocinándola.
Eso sí, tendrán que encargar una nueva
remesa porque, entre los entregados a los legionarios y los que familiares y
amigos han pedido tras lo sucedido con Iván Castro, los detentes se han
agotado. Todos YA quieren tener cerca al Sagrado Corazón.
* * *
.
Pdta. aclaratoria: Un detente (voz proveniente del imperativo del verbo "detenerse")
es un escapulario, chapa o trozo de tela con la leyenda "Detente, bala" que llevaban junto al corazón algunos soldados de las
distintas guerras españolas. Dicha leyenda está acompañada por una representación del Sagrado Corazón de Jesús.
* * * * *
3 comentarios:
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
Tu entrada me hizo recordar este poema de Lope de Vega.
Yo creo Arcen que Dios nos ama mucho y que nos protege infinitamente.
Gracias!!
DTB!!
Leí este suceso y no me extraña nada, ese "Detente" ya fue muy milagroso en la guerra del 36.
Ese sacerdote ha hecho una gran obra volviéndo a darle actualidad. A ver si aprendemos de una vez que en la guerra como en la paz, el Sagrado Corazón de Jesús es nuestra mejor defensa, nuestra coraza frente al mal.
Me alegra que tú hayas publicado este hecho milagroso.
Que tengas un buen Lunes Santo con el recuerdo del beato Juan Pablo.
BESIÑOS, ARCENDO
Por lo que me toca esta noticia me impató mucho cuando la ví, de hecho la corté y copié en mi correo entera así como algunos comentarios dejados por comentaristas. Uno de ellos facilitaba la dirección para hacerse con uno de ellos, y eso hizo que se me abrieran los ojos como camiones, porque sé que en un futuro, no muy lejano, voy a necesitar uno para mí.
Publicar un comentario