A veces lo decimos aquí, las cosas nunca ocurren por casualidad; en
muchos casos,-como ayer comentábamos con un amigo-, es la Providencia la que
nos muestra las mejores opciones.
En esa conversación que acabo de mencionar,
-que tuvo lugar después de visitar al Señor sacramentado en la Parroquia de mi
barrio-, ya de forma más distendida surgieron multitud de temas. Algunos de
estos, hoy son impulso de este post y también objeto de mi oración cotidiana.
Antes de nada, al inicio de
este artículo, me gustaría
adelantar la petición de disculpas a mis lectores por sí, en algún momento
mezclo demasiadas cosas en un mismo post. Son tantos los sentimientos que se
agolpan en mi interior, que probablemente hoy me sea imposible desgajar unas
ideas de otras con cierta soltura. Aún así, intentaré buscar algo de coherencia
para tratar de ser entendido y ser portador de las gracias que quiero
transmitir. De todos modos, reitero, mil perdones, si en algún momento el
escrito se enrevesa.
Dicho esto, conformaré mis
pensamientos revividos ayer,
iniciándolos a través de una pequeña rememoranza de mi niñez, de la fe que me
inculcó mi madre, de todos los sufrimientos que la pobre pasó por mí y también,
de la "memoria histórica", que para bien o para mal, heredé de ella.
La conversación con mi amigo
fluía por los derroteros del anonimato en internet, nada que ver con lo anterior, pero de
pronto tuve necesidad de expresar mis recelos en la red. No me gusta poner mi
imagen en las redes sociales, no me siento cómodo publicando datos personales,
los de mis amigos o los de mi familia, ni en el blog, ni en ningún sitio.
Pretendo utilizar la red, no para identificarme, sino para testimoniar mis
experiencias, para compartir las de otros, y sobretodo para evangelizar, en la
medida de mis posibilidades.
Aunque creo que no hago mal a
nadie con esa actitud, la interpreto,
precisamente por esa intensa "memoria
histórica" maternal, de la que antes hablaba.
Mis padres pasaron la guerra civil en una
población manchega, en el bando republicano. Mi familia por su significación
católica, lo pasó muy mal. Sufrimos fusilamientos y encarcelaciones, entre
otras las de mi padre hasta el final de la contienda. Y no solo cualquier
objeto religioso, sino cualquier palabra..., era motivo de juicio sumarísimo.
Así que, aún pasados muchos años de aquel
terror inolvidable, de mi madre que lo vivió tan de cerca, tengo yo todos sus
ecos. Herencia que me recuerda tiempos en los que significarse demasiado era
una alta imprudencia... -y yo sigo creyendo todavía que es así- (big brother, watching you)
Sin embargo, tras esta
disquisición personalmente
me surge la comparación entre aquella tremenda persecución religiosa del 36 y
la velada, pero no menos constante, que sufrimos los cristianos en la actualidad.
Que la Iglesia es perseguida, es una de esas
constantes invariables a lo largo de la historia del mundo. Hoy, la persecución
también es un hecho aunque se revista de otras "formas" más
camufladas, más... sofisticadas.
Hoy la propaganda es poderosa.., Internet,
las televisiones, la mayoría de los rotativos, infinidad de libros y el cine
sirven a la confusión y presentan a una Iglesia de tiranos poderosos que
oprimen al hombre para acumular poder; mentiras que predisponen a la masa
directamente contra la Iglesia.
De tal modo que la furia anticristiana toma
formas cada vez más insolentes y violentas y cada vez son más frecuentes los asaltos
a iglesias y las profanaciones. Ahora ciertamente no vivimos los tiempos de aquellas
matanzas de principios del siglo XX, pero diariamente en distintas provincias
españolas, iglesias, ermitas, cruceros e imágenes religiosas están sufriendo
diversos ataques con “cócteles Molotov”, piedras, pintadas, u otros métodos.
Sin embargo para la prensa, la ofensiva es
poco menos que anecdótica.
Todo esto que está ocurriendo me recuerda mucho a uno de los sueños proféticos de San Juan Bosco: En él, se narra cómo la Iglesia ha de sufrir muchas más tribulaciones. Una nave con el Sumo Pontífice, es objeto de todo tipo de embestidas por otras barcas más pequeñas, que buscan hundirla en el mar por todos los medios. La única salvación en medio de las acometidas (en las que el Papa cae por dos veces y la segunda muere) es la sujeción a dos columnas imponentes, la más pequeña, coronada por la Virgen Inmaculada (con la expresión “Auxilium Christianorum”) y la mayor por una Hostia consagrada (y la leyenda “Salus Credentium”).
Todo esto que está ocurriendo me recuerda mucho a uno de los sueños proféticos de San Juan Bosco: En él, se narra cómo la Iglesia ha de sufrir muchas más tribulaciones. Una nave con el Sumo Pontífice, es objeto de todo tipo de embestidas por otras barcas más pequeñas, que buscan hundirla en el mar por todos los medios. La única salvación en medio de las acometidas (en las que el Papa cae por dos veces y la segunda muere) es la sujeción a dos columnas imponentes, la más pequeña, coronada por la Virgen Inmaculada (con la expresión “Auxilium Christianorum”) y la mayor por una Hostia consagrada (y la leyenda “Salus Credentium”).
El mensaje claro es que sólo una
Iglesia fiel a sí misma
puede salvarse, y la inhibición y la tibieza comportan su
fracaso. El amor filial de María es el sostén ante una persecución que se
acrecienta, y La Eucaristía, la fortaleza y el alimento para no sucumbir. Esas son
las grandes columnas de la Fe, en las que mi amigo, con gran criterio y mejor
sabiduría, me insistía tanto en las distintas conversaciones que tuve la suerte
de vivir ayer.
Gracias a ese BENDITO ENCUENTRO y a la luz de esas benditas
charlas llenas de fe y amenidad a partes iguales,
se estrecharon nuestros lazos y estoy seguro que se acrecentó nuestra amistad,
pero también se encontraron ciertas afinidades que hoy me hacen pensar lo
siguiente.
Las vidas de cada hombre son distintas y
cada uno ha llegado a la fe de forma diferente. Unos siempre la tuvieron y
otros la tuvieron y la re-encontraron; sin embargo estoy seguro que en todos siempre
hubo un especial momento de conversión
que lo cambió todo, que nos transformó y nos hizo valorar lo que teníamos o lo
que recuperamos mucho más intensamente. Sobre esto, y seguro que no es por
casualidad, ha caído hoy en mis manos, este párrafo con el que quiero
terminar hoy:
"Las
transformaciones que tienen lugar en las almas tienen sus inicios tan atrás en
el tiempo que, incluso cuando gozamos de una excelente memoria, nunca somos
capaces de seguir la entera sucesión de gracias que nos han conducido hasta
donde ahora nos encontramos, ni tampoco podemos evocar aquella primera
irrelevante circunstancia, aparentemente sin ninguna conexión con el futuro, en
la que comenzamos a preguntarnos si estábamos en el buen camino o no. En el
orden moral, más aún que en el físico, existen rayos sin luz; y jamás
llegaremos a advertir perfectamente estas cosas, a pesar de ser tan nuestras,
hasta aquel día en que Dios nos diga: "Mira,
pobre alma, cuánto te he amado, aunque tú no me comprendías"
(Texto de René Bazin, de su
libro "Sons of the Church")
* * *
...
* * * * *
5 comentarios:
Genial, creo que te has explicado muy, muy bien. A veces no es tan necesario esquematizar todo, porque el verdadero mensaje habla por si solo. Simplemente compartir. La Verdad siempre se abre camino desde la experiencia de unos a los oidos y la comprensión de otros, siempre cuando es la Voluntad de Dios. Aunque a veces como dices casi al final del post, no nos damos cuenta hasta ese momento en que se nos da la revelación con cucharita pequeña, je,je.
Me alegro mucho de que esta experiencia sea tan buena en tu vida, de ser participe de ella a través de este post. Ser Iglesia, ser Cuerpo de Cristo es algo que nos une más allá de la simple amistad. Y en estos tiempos que corren, es bueno saber que existen personas así y lo mejor que puedes contar con ellos.
En cuanto al video, uf... ¿qué te digo? :)
Un abrazo.
Voy tan corriendo que he ido primero a Bruce, es como un imán para mí últimamente, y me ha llegado tanto que la he enlazado en mi facebook. ¡No hagas esto o me echo a llorar, que estoy muy sensible!
Sólo decirte que, leyéndolo ya pero no tan tranquilamente como quisiera, el contenido de tu entrada me ha remitido al lema de la convocatoria de la Asamblea Nacional de RCCE de este año de un modo inmediato:
“Proclamad la Palabra de Dios con valentía” Hech 4, 31b
Hemos de estar preparados, porque nuestra Iglesia no es un “supermercado” en el que podamos coger lo que queramos en determinado momento y rechazar otras realidades; Jesús no se echó atrás por ninguno de nosotros, por ningún hombre en toda nuestra historia de siglos, y mira que somos defectuosos en nuestro obrar, sentir y omitir...
Un gran abrazo y... hasta pronto.
Feliz Sábado de la "Mamita"
BESIÑOS
Todo radica en ser "cristianos íntegros" CONFIADOS Y ABANDONADOS A LOS BRAZOS DEL SEÑOR y no "cristianos a medias" que avoca al fracaso personal y colectivo de comunidad y piedras vivas de la Iglesia.
La Iglesia siempre será perseguida pero en donde dos o más se reunan para orar o lo quesea en nombre de Jesucristo, ese peqqueño tabernaculo es Iglesia.
En las guerras y más siendo civiles el dolor del enferntamiento de hermanos contra hermanos, padres contra hijos, et... y de los martires fusilados por ser catolicos ... tiene que darnos esa fuerza para seguir luchando contra corriente en un mundo deshumanizado para dentro de nuestras posibilidades ... HUMANIZARLO.
Un fuerte ABRAZO para ti y toda la Family.
Como te dije...de algo hay que morir, y si así ha de ser, NADA mejor que por Dios.
Ya sé que es muy fácil decirlo, pero con el Espíritu Santo todo es posible.
Es bueno Bruce eh!
Publicar un comentario