.
La buena música tiene -en mí-, un efecto peculiar. En cada nueva audición siempre descubro nuevos sonidos, nuevos matices, que son capaces de emocionarme aún más.
La buena música tiene -en mí-, un efecto peculiar. En cada nueva audición siempre descubro nuevos sonidos, nuevos matices, que son capaces de emocionarme aún más.
Puede
ser una frase musical, una nota o un instrumento que en otras ocasiones..., nos
sonaron de otro modo o simplemente quedaron "tapados"; el caso
es que, en un momento determinado -quizás, en el instante justo-, salta la
sorpresa y eso que antes nos era oculto, ¡surge! y nos hace progresar en
entendimiento, nos hace... "madurar".
Creo que..., lo dicho para la música, también es
absolutamente atribuible a la lectura de cualquier buen libro..., y si esto es
así, ¿que no decir de la Biblia?
Personalmente,
las segundas, terceras o cuartas lecturas... siempre son más jugosas que la
primera. Pero todo viene en su momento, DIOS es providente.
Concretamente hoy quiero volver a repasar el precioso pasaje de -el hijo pródigo-. Lo hemos leído muchas veces, lo hemos oído otras
tantas... y es asombroso descubrir como siempre, se sacan novedades de esa
impresionante historia.
Esta
vez, la motivación me la ha traído el vídeo que os pongo al final del post, os
invito a verlo porque es realmente bueno; pero antes, dejad que os cuente
brevemente las inspiraciones que este gozoso video-clip, me ha suscitado.
Probablemente por pereza, inercia, por haber
escuchado interpretaciones de otros, o por cualquier otra circunstancia, cada
vez que nos "metemos" en un relato..., tendemos a tomar un
determinado partido, "vemos" la historia, solo con los ojos de
uno de los personajes. Eso me ha pasado a mí, con "El hijo pródigo".
En esta parábola los papeles están claramente repartidos. El
hijo podemos ser cada uno de nosotros; mientras que el Padre es la nítida
representación de DIOS. Siendo esto así, en las lecturas es fácil para el
lector, -y hasta lógico-, "ver" la escena desde la óptica del hijo.
Es
muy sencillo, por afinidad, sentirnos identificados con ese hijo díscolo. Cada
uno, en algún momento de su vida, ha estado apartado de DIOS y luego ha
experimentado, primero el arrepentimiento y después el perdón....; sin embargo, meterse en la piel del padre,
parece algo pretencioso. Eso,
pensaba yo, hasta hoy, con "El hijo pródigo"....,
pero la historia es coral y admite muchas "lecturas".
Afortunadamente ¡Hoy he descubierto una nueva!
Ahora no me parece tan descabellado "mirar" con los ojos del
padre. Con esta nueva lectura -visual- he "recordado"
que yo también soy padre.., y he caído en plantearme en una hipotética
circunstancia similar.
¿Como
actuaría yo, si cualquiera de mis hijos, decidiera irse de casa..., a dilapidar
su tiempo y sus dones, por esos mundos sin DIOS?.. ¡Que gran tristeza sentiría!...
Ponerme
en esa tesitura y rodar lágrimas a borbotones..., es todo una.
Así
mismo, ¡con qué alegría...!, ¡con que... desborde de júbilo, le recibiría a mis hijo, si después él
decidiera volver....!
Siento
ese abrazo emocionante y tampoco paro de llorar, pero ahora..., de felicidad.
Ya no
me importaría nada que hubiese pasado antes, cuales fueron los motivos de su
alejamiento, ya no preguntaría nada..., ya tendría a mi hijo conmigo, eso ya me
compensaría todo, ya no me importaría nada más....
Ahora entiendo al padre de ese capítulo del Evangelio; seguro
que en otras lecturas El Señor me va desvelando más cosas, pero ahora ya
entiendo un poquito más, sobre lo que nos quiso decir -enseñar- a través de esa
enternecedora historia.
Si
yo, humano e imperfecto, soy capaz de un amor tan fuerte por mis hijos..., ¡Como será el ABRAZO PERFECTO que DIOS me tiene preparado, a mí, que
tantas veces he huido de ÉL!¡
El AMOR de DIOS, por su criatura, es INDESCRIPTIBLEMENTE INMENSO!... Y a mí, saber eso me da sentido a todo, me emociona y me esperanza como ninguna otra cosa en esta vida.
El AMOR de DIOS, por su criatura, es INDESCRIPTIBLEMENTE INMENSO!... Y a mí, saber eso me da sentido a todo, me emociona y me esperanza como ninguna otra cosa en esta vida.
Antes de terminar, no puedo olvidar que es Jesús
mismo, el que nos cuenta esta historia; y es también Jesús el que nos enseña a
orar llamando a Dios, ¡Padre nuestro!; ¿Como
podemos estar tristes?
* * *
...
...
Por favor, no os perdáis el vídeo donde está la canción que ha sido el leit motiv de este post. En cuanto al clip hay que decir que, aunque al principio abusa de muchos planos superpuestos, en general está muy bien. Lo que importa es el mensaje y este, lo transmite muy fiel y dignamente. La canción también me gusta mucho. ¡Ya me contaréis vuestras impresiones!
...
...
EL AMOR QUE NOS TIENE ES INMENSO.. ¡SED FELICES!
EL AMOR QUE NOS TIENE ES INMENSO.. ¡SED FELICES!
...
* * * * *
8 comentarios:
¡Qué bonito!, me ha encantado, y lo bueno es que es verdad; si nosotros, como padres, hacemos todo por nuestros hijos ¡qué no hará nuestro Padre por nosotros! A mí también me llena de esperanza y de alegría.
Muchas gracias por compartirlo. Me ha emocionado.
Uf, siempre me llega al corazón el arrepentimiento......que maravilla de video Arcen....
es tan real como la vida misma....ahora que a los padres no se les honra...vengo de mi visita a la residencia que voy de voluntaria...y me cuentan cada historia....que vuelvo rezando el rosario por la tristeza que veo en sus corazones.....algunos llenos de amargura.....
acuerdate de mis viejitos eh? para que vuelvan al Padre contentos!
Que hermosura!!! tu post,tus letras.
Por eso Nuestro Jesus murio con los brazos y el costado abiertos ,para que todos quepamos en ellos...en EL.
El video espectacular,como madre que soy me hizo llorar.
Un abrazo inmenso y milll bendiciones.
Como estas Arcendo Yo emocionadisima con el video tengo mi piel erisada, me llego profundamente.Que DIOS te sigua llenando de su gracia para que la compartas con nosotros y yo pueda encotrarme algun dia con nuestro SENOR JESUS.Los amo en CRISTOJESUS .MARTHA
Así ocurre, pues el Espíritu Santo no cesa de alumbrarnos para que vayamos entendiendo el Plan que Dios quiere de cada uno de nosotros.
Nos toca estar atento, es nuestra pequeña y pobre colaboración, que a veces negamos.
He reflexionado también en post sobre esta fundamental y hermosa parábola de Jesús. Y coincido contigo que el papel del hijo que se va nos viene como anillo al dedo.
¡Y el Padre!, hermoso lo que dices, y eso me ayuda a esforzarme cuando se me atraviesa el perdón, pues experimentando como perdona el Padre...
También sería muy interesante vernos en el lugar del hijo mayor. Nos viene bien vernos tan cerca del Padre, pero a la vez tan lejos.
Un fuerte abrazo en Xto. Jesús.
Yo no tengo que imaginarlo, querido, ya lo he vivido con algunos hijos, por eso sé como nos recibirá el Padre,que es Madre también.
Gracias por tus palabras, Éstas y las otras, te quiero.
BESIÑOS ARCENDO
Arcendo... me he quedado sin palabras. Gracias por este hermosísimo post!.
No paro de llorar
Publicar un comentario