Entre esa legión de personas
buenas, -más o menos anónimas o desconocidas-, que nos han precedido, hay uno
que me gustaría traer hoy aquí.
Su nombre fue Manuel Lozano Garrido,
y era más conocido por Lolo.
Su biografía a grosso modo, es
muy sencilla, la de una persona (gloriosamente) corriente. Nació y murió en Linares,
Jaén, y vivió en esta tierra, tan solo durante 51 años (alguno menos de los que
tengo yo, en este momento)
Su vida transcurrió desde 1920
hasta 1971, y la dedicó al periodismo, a la poesía, a la literatura y
sobretodo... a DIOS, tanto en sus libros, como miembro activo y comprometido de
Acción Católica.
Hasta ahí podríamos leer, y ahí
nos podríamos quedar, pero estaríamos quedándonos cojos, porque nos falta lo
excepcional, ¡lo mejor!.
Para entender enteramente su excelencia
cotidiana, habría que añadir ADEMÁS que durante 32 años de su vida las pasó en una
silla de ruedas debido a una terrible enfermedad, que durante sus últimos nueve
años, se quedó ciego Y que todo eso le pasó sin que ninguna de sus penalidades le impidiera
llevar una vida de entrega con una alta visión de las cosas y con una alegría que solo puede entenderse desde lo sobrenatural.
Tanto era lo que reflejaban sus
escritos y lo que dejó en los que le conocieron, que la Iglesia ha acabado beatificando..
al primer periodista -santo-, que además es español.
Lolo fue declarado beato por su
Santidad Benedicto XVI, al tiempo que le proclamaba patrón del gremio periodistíco,
por puro merecimiento. Tal como expresó el Obispo de Jaén, Monseñor del Hoyo, con
motivo de su beatificacíón...
"Su enfermedad ..es
un canto a la vida, hasta el último instante, desde su silla de ruedas (...)
encajando su dolor y su sufrimiento desde una perspectiva muy alta (...) Desde
su fe, él es alegre y siempre se le ve con una sonrisa en los labios en esa
situación. Otros se desesperan o no ven sentido ya a su situación, a su vida, y
piden, incluso, terminar. En cambio, él hasta el último instante fue un canto a
su vida. Esta es la gran lección que quizás debamos aprender..."
De
este -quizás desconocido- santo, hoy quería traeros un texto SUBLIME y fantástico que he
descubierto, y que por su hondura y significación, hoy quiero compartiros, se trata nada menos que el...:
CREDO DEL
SUFRIMIENTO
CREO
en el sufrimiento como en una elección y quiero hacer de cada latido un sí de
correspondencia al amor.
CREO que el sacrificio es un telegrama a Dios con respuesta segura de Gracia.
CREO en la misión redentora del sufrimiento. Me acercaré a quien sufre como el relicario que guarda el "Lignum-crucis" de la Pasión.
Doy un margen de fe al dolor en lo que tiene de poda necesaria y viviré en silencio mi hora de germinación, con la esperanza a punto.
CREO en la función útil de la soledad. Los pantanos se hacen en las afueras, para recoger la fuerza del agua y luego devolverla en luces y energía.
CREO que la acción y sacrificio cristianos se traban como la era y la lumbre de un cirio. Cuanto más pura es una inmolación tanto más resplandeciente su testimonio.
CREO que la inutilidad física revierte en provecho espiritual de todos. El arco iris de la Redención se tensa desde la inmovilidad de un niño hasta la invalidez que dan los clavos de una Cruz.
Daré a Dios los panes y los peces de mi corazón para que ÉL los convierta en milagro de salvación para todos.
Árbol de Dios, con raíces y ramas, viviré con las rodillas atornilladas y las manos metidas en las estrellas, encaramando nuestra savia y porteando hacia abajo la cosecha de la Gracia.
CREO que el sacrificio es un telegrama a Dios con respuesta segura de Gracia.
CREO en la misión redentora del sufrimiento. Me acercaré a quien sufre como el relicario que guarda el "Lignum-crucis" de la Pasión.
Doy un margen de fe al dolor en lo que tiene de poda necesaria y viviré en silencio mi hora de germinación, con la esperanza a punto.
CREO en la función útil de la soledad. Los pantanos se hacen en las afueras, para recoger la fuerza del agua y luego devolverla en luces y energía.
CREO que la acción y sacrificio cristianos se traban como la era y la lumbre de un cirio. Cuanto más pura es una inmolación tanto más resplandeciente su testimonio.
CREO que la inutilidad física revierte en provecho espiritual de todos. El arco iris de la Redención se tensa desde la inmovilidad de un niño hasta la invalidez que dan los clavos de una Cruz.
Daré a Dios los panes y los peces de mi corazón para que ÉL los convierta en milagro de salvación para todos.
Árbol de Dios, con raíces y ramas, viviré con las rodillas atornilladas y las manos metidas en las estrellas, encaramando nuestra savia y porteando hacia abajo la cosecha de la Gracia.
Manuel Lozano
Garrido, Lolo.
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Para
saber más de Lolo, os ruego pinchad en este (ENLACE).
* *
* * *
4 comentarios:
El amor tiene que ser sin medida, como Jesús.
Que gran santo de nuestros días, Lolo
BESIÑOS de guardia.
Es una locura amar, a no ser que se ame con locura.
Gracias por este post. Un abrazo.
Me ha encantado.
Un abrazo muy fuerte.
Voy a buscar a Tolkien...
Te digo lo mismo que te he dicho a tí en el otro post, veo al Espíritu Santo en esas palabras.
Qué suerte!
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