LOS CHIQUILICUATRES

Bueno, pues tengo que confesarme de algo. El sábado me tragué la eurovisión, enterita.
El asunto este del Chiki chiki, no ha parado de dar la tabarra mediática todo el rato y al final, la onda expansiva de este bombardeo masivo, tuvo repercusión en la chavalería de mi casa.
En cuanto al nivel musical, aun no siendo en absoluto de mi gusto, no tengo nada que decir; otra cuestión es en el tema de las votaciones. Fue, como es siempre, absolutamente vergonzoso.
En este tipo de macro-concursos, lo último es la música, lo último es el arte; aquí priman los politiqueos, los intereses y la pasta.
Ya en la semana anterior a la celebración de dicho festival se corrió el rumor sobre el posible unte a la organización para que Massiel y su lalalá, ganaran dicho certamen, y a mi no me extraña nada.
¿Por qué ganó Rusia?, ¿era la mejor?, aun no siendo de las malas, ¡en absoluto era superior a otras!, sino que era la que más países limítrofes tenía, y casi todos los votos le cayeron de los que fueron antiguos miembros de la extinta Unión soviética, Georgia, Letonia, Ucrania….etc.
¡Pero sí hasta Uribarri, adelantaba lo que iban a votar cada uno!, todo era super predecible. ¿Porqué Portugal nos votó?, ¿Por qué, Andorra nos dio, nada menos que doce puntos?, ¿es que se han vuelto locos los andorranos y tienen el oído donde termina la espalda?.... de ninguna manera, ¡intereses, intereses y nada más que baboseo vomitivo!.
A la vista del cachondeo, me retracto de mis ataques al chiqui-chiqui y grito con todas mis fuerzas:
¡¡¡Viva el chiquilicuate!!!, en este mundo de intereses y mediocres, él es el rey. El único que ha sabido ver, este triste mamoneo y además se ha reído de todo y de todos; y encima ha ganado pasta gansa con su chorra-canción.
El año que viene apuesto por llevar al Friqui, más grande que sepamos capaces de encontrar, seguro que gana. Porque tal como está montado este negocio, hasta el bueno de Plácido Domingo, lo tendría bastante crudo.
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En otro orden de cosas, pero hablando de lo mismo, parece que esta moda de medianía y pobreza intelectual es contagiosa; aunque ya sabíamos hace tiempo que esos dejes acampaban en ciertos partidos políticos, lo que muy pocos nos podíamos esperar es que el virus se contagiara también en personas que creíamos inmunes a esta epidemia.
Pues sí, este “mal del chiquilicuatre”, se ha instalado cómodamente en la mismísima cúpula de la sede de la calle Génova; y de momento no hay vacuna que lo pare.
Rajoy ha puesto el circo y los enanos se multiplican por doquier, hasta el mismo Rajoy ya parece el increíble hombre menguante. Esto es la risión.
Sin embargo, es este un mal tan peligroso que amenaza dejar al principal partido de la oposición escuálido, esquelético y lo que es peor, sin defensas.
La verdad es que la crisis pepera no es para tomársela a broma.

- Parece mentira que un partido con más de diez millones de votos a sus espaldas, no sepa resolver su situación con la inteligencia y serenidad debidas.

- Parece mentira que Rajoy, contemple sin pestañear como cientos de afiliados dejan de serlo, sin mover un dedo.

- Parece mentira que estén permitiendo la fuga en tropel de gente tan válida y fiel, de sus filas. Ya son muchos y relevantes (Zaplana, Acebes, María Sangil, Ortega Lara…etc.).

- Parece mentira que, después del apoyo masivo de todo el partido antes de las elecciones; otros muchos, de los decentes que van quedando (Aguirre, Vidal Cuadras, Aristegui, Cascos, Elorriaga, Otaola, etc,), hayan dejado de confiar públicamente, en él.
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-Todo esto parece mentira, pero es verdad y además, Rajoy, se lo ha ganado a pulso.
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Me parece que la cosa ya está llegando demasiado lejos y hasta el mismo Rajoy, veladamente mostraba ayer cierta preocupación, sus declaraciones ante una treintena de jóvenes militantes pretendiendo, posiblemente de forma tardía, recoger velas: “Los enemigos del PP, no están dentro de las filas del PP”, decía ayer don Mariano…
Los enemigos del PP, no sé, pero los que él considera sus enemigos, ya se ha encargado él de echarles.
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Las voces críticas, no son cuatro, y aunque lo fueran no es cuestión de acallarlas o pasar de ellas. Ni mucho menos, mofarse de ellas.
Rajoy se está equivocando una y otra vez y está metiendo la pata hasta el “gallardón”. No se está dando cuenta que los únicos que le aplauden son, cuatro descerebrados de Génova y precisamente los contrarios, encabezados por Llamazares y Pepiño como palmeros de excepción.
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Ha perdido credibilidad y está rozando la estulticia más absoluta. Nadie, antes de marzo, pensaba en esta situación. Nadie pensaba antes de marzo, que Rajoy era un chiquilicuatre más de la política, no el hombre honrado, serio, mesurado y necesario, para afrontar una oposición frontal a la ofensiva socialista contra España.
¡Que tremenda decepción!.
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Lo único que se le puede pedir ya, es decencia, y esa lleva aparejada en estos momentos, su dimisión inmediata de la dirección del partido. Ya es imposible que pueda conseguir un consenso tan amplio como el que tuvo, ya no está en condiciones de ofrecer confianza.
Y a los que tanto hablan y no se destapan, ya es hora que hablen o se vayan. Porque España ni está para juegos de escondite, ni para tanto chiquiliquatre.
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Actualización. 9:17 h.: Lo del abuelo Fraga es de traca..¡Manolooo por qué no te callas!. Y ahora... saquemos unas risas, aunque la CRISIS es para llorar:
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