"En la actualidad hay muchos cristianos nominales que de palabra y en apariencia son creyentes, pero en el fondo no se distinguen de los paganos a quienes desean evangelizar. Muchos cristianos se han vuelto tan superficiales, mundanos, autocomplacientes y corruptos que hace tiempo que perdieron la inocencia y la luz que tuvieron de niños.
Aceptan la práctica del aborto, viéndolo como un procedimiento médico necesario, un derecho fundamental, un factor igualador entre los sexos y hasta una mejora de la calidad de vida. No se dan cuenta de que constituye un paralelo exacto de los ritos satánicos en que se sacrificaban niños inocentes sobre el altar del egoísmo y la lujuria. Han perdido el discernimiento espiritual, y no les queda otra cosa que la apariencia de ser religiosos.
Su credo, en vez de mejorar su vida, justifica su pecado. Creen que tienen una especie de inmunidad diplomática espiritual. A fin de cuentas están salvados, y por tanto pueden hacer impunemente lo que les venga en gana sin temor a autoridades espirituales.
Como están salvados, al infierno con todo y con todos los demás. Esperan el Arrebatamiento, y disfrutan de los castigos fragmentados de Dios sobre el mundo. Han perdido casi totalmente la capacidad de reconocer el mal como tal y hacerle frente; no con ira, sino con amor y fortaleza, como lo hacía Jesús. Sin verdadera virtud, no les queda sino hipocresía, la cual empapa la cristiandad actual.
Lo cierto es que cuando llegue la terrible época predicha en el Apocalipsis, la mayoría de la gente probablemente ni siquiera percibirá esa manifestación del mal en grado extremo. Al fin y al cabo, ya tenemos mucha práctica."
Fragmento de "Revelación sobre los ángeles digitales" de David Kupelian, WorldNetDaily.
5 comentarios:
Perdón, Señor, perdón, la culpa la tengo yo porque no soy santa.
Besiños siempre.
Nadie lo somos, pero debemos luchar por ello a pesar de nuestras limitaciones y caidas.Mili, tu si que eres una constante luchadora, sigue así. Besiños.
Tiranía del relativismo le dicen.
Este post me hace acordar la historia que contaba Gibran, de un profeta que durante muchos años gritaba a todos los que pasaban en la plaza: "Conviértanse". Un día alguien le preguntó que por que seguía haciéndolo a pesar de que habían rtranscurrido varios años y nadie le había hecho caso. El profeta le respondió que antes lo hacía para convencerlos, y que ahora lo hacía para que ellos no lo convenzan a él.
Gracias y bendiciones
Guau, merecia cortar y pegar ... la comparacion con los sacrificios es muy buena, no se me habia ocurrido, te "copiare" en algun post la idea.
Saludos.
cuan cierto, hermnano, muy buena entrada!...
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