viernes, 3 de octubre de 2008

LA OBRA. MI EXPERIENCIA.


Pinchado en el alma por 3 espuelas, me dispongo a escribir estas líneas, que me propongo dejen marca de amor, desagravio y agradecimiento profundo y sincero a todos los que me han ayudado a acercarme más a Dios, compañeros blogueros incluidos.

Mis tres espuelas son:
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1ª.- La felicidad que acabamos de vivir, en el día de ayer, celebrando el aniversario del nacimiento del Opus Dei. que se gestó un día como ayer en 1928.
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2ª.- La profusión de estupendos artículos, que muchos ilustres blogueros (Militos, Luisa, Anaroski y también indirectamente Icue) han dedicado a tan importante evento.
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3º.- Pero si algo me mueve, más que nada, es la admiración, el cariño y la gratitud a la Obra, que tanto me ha enseñado, que tanto me ha dado, con una generosidad como no la he visto en nadie, ni en ningún sitio.
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Así pues, no sería justo, dejar pasar esta celebración sin al menos, dejar constancia, en mi blog (que es el cuaderno de mi vida interior) de todo lo que siento y quiero al Opus Dei.

Mi relación con la Obra, a pesar de mi edad, fue tardía. Se me presentó un buen día, en forma de un amigo de los de verdad, y llegó en un momento en que no andaba yo muy…”católico”; prácticamente se me caía la vida a pedazos.
Desde entonces, lentamente mi vida fue cambiando, las cosas parecían igual, pero yo les encontraba un nuevo sentido. Después de unos días, me confesaba tras muchos años de no hacerlo y os aseguro que desde entonces, la luz de una nueva esperanza parecía abrirme muchas puertas, que antes ni veía. Todavía, después de tantos años, recuerdo aquel día con la misma alegría que entonces.

Bien es verdad, que la Obra tiene muchos enemigos, sin embargo, yo creo que es gente que no la conoce bien, no la ha vivido. Yo la conozco desde dentro, y os puedo decir que la Obra no son solo, retiros, meditaciones, rosarios, lecturas etc., etc., etc.; es también un sitio donde nadie es extraño, donde se vive el respeto y la amistad, como en ningún otro sitio lo he visto; donde se aprende y se enseña; un sitio de puertas abiertas para todo aquel que tenga aspiraciones de cielo y encuentre su vocación allí, y desde luego ¿Cómo no?, un sitio donde se reza mucho y bien.

Los caminos de la Iglesia para llegar a la Santidad, son muchos, y que duda cabe que el Opus Dei es uno, de ellos y muy importante; y así debe tomarse. Las acusaciones infundadas de “mafia vaticana”, de manejos en la sombra, de absurdas conspiraciones, y demás chorradas; hay que decirlo una y mil veces, son patrañas, difamaciones, infundíos de ignorantes o de gentes que quieren mal a la Iglesia.
La Obra, y lo sabe cualquier persona ecuánime que se acerque a conocerla de cerca (y esa oportunidad está abierta para todo el mundo), es una institución para lograr la santidad en medio del mundo, desde las tareas más simples y cotidianas. ¡No es nada más!... ¡ni nada menos!.
Las famosas “intrigas del Opus", consisten en facilitar a quien lo desee, los medios y la formación para querer a Dios y seguir con Él, el camino del cielo. Lo demás son chismes muy mal intencionados y sobre todo faltos de toda verdad.

Para el que tenga dudas, ante tantos elogios, he de decir que yo NO soy de la Obra, y posiblemente no lo soy porque no tuve las agallas de serlo. No me arrepiento, pues el Señor encontró para mí otra vocación; pero el cariño y el agradecimiento que tengo por la Obra, por lo mucho que me ayudó y por lo muchísimo que me enseño, lo llevaré hasta el final de mis días.

Para terminar quisiera hacer alusión a “Camino”. Ese gran pozo de consejos inestimables. Fue el primer libro espiritual que leí, y fue como el pistoletazo de salida.
'Camino' no solo es una colección de máximas o de recomendaciones espirituales son alfileres en el alma. Aquel amigo que me lo recomendó, sabía que no me iba a dejar indiferente:

“Que tu vida no sea una vida estéril. –Sé útil. –Deja poso. –Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor. Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en tu corazón”.

Ese primer punto, ya de por sí, era atractivo para empezar todo de nuevo. ¡Que gran experiencia!...que ambicioso proyecto.
Todo “Camino”, es vibrante, pasional, enamorado, reflexivo, a veces…quema lo que dice el Padre.
Desde el primer punto interpela al lector manteniendo un diálogo vivo que no se interrumpe aún acabado el último. Monseñor Josemaria Escrivá de Balaguer escribió mucho más que una obra maestra; escribió pequeñas oraciones a Dios y propuso altos retos a los hombres a través de su “Camino”.
¿Quien se podía resistir a todo aquello?. Yo desde luego, no. El Amor de Dios llamaba y la Obra me enseñó como abrirle las puertas de mi corazón, que todavía mantengo abiertas de par en par para que me llene, si Dios quiere y así le pido, hasta mi muerte.... y más.

Por eso, solo le pido a Dios que cuando ya no pueda más, incluso cuando lo haya olvidado todo, siga recordando que en una etapa de mi vida muy necesitada, la Obra estuvo ahí, y me ayudó a encontrar de nuevo el “Camino” .
No quiero olvidarme de ninguna de aquellas anécdotas vividas, de aquellos encuentros entrañables, de tantos gestos de amistad, de aquellas frases, miradas y consejos de tantos amigos de la Obra. Todo eso que ahora se agolpa en mi memoria con fuerza, porque esos son tesoros que Dios me regaló, en ese momento de mi vida, y no querría perderlos por nada del mundo.

Así pues concluyo, como no puede ser menos felicitando con todo el amor del mundo a la Prelatura y a todos sus miembros, y por añadidura a Nuestra Santa Madre la Iglesia, por el cumpleaños de este hijo tan fiel y querido.
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Pdta. El post va dedicado a todos mis amigos blogueros, y en especial a Militos para que se sienta apoyada, querida y se dé por felicitada.
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Y como es costumbre, o más bien ya manía, me permito, una vez más, ilustraros el post con un vídeo sobre el fundador de la Obra. Para que quien le conozca disfrute, una vez más, con sus palabras, y para el que no...que sepa un poco, del desparpajo, de la alegría, de la ternura, de la sabiduría de la buena y del cariño por todos, de este gran Santo "maño" y español de la Iglesia Católica y por consiguiente, de la humanidad entera.

* * * * *

7 comentarios:

Militos dijo...

Ya veo que tú tampoco te has resistido. Gracias, se te ve el corazón en cada línea. Eso es ser generoso y desprendido. Dios te lo pagará, yo no puedo.
Un beso

Aguijón dijo...

Tienes mucha razón en tu POst. Yo si que fui de la obra, ahora no lo soy. Tiene cosas muy buenas.
A veces algunos de los miembros, como en cualquier organización, no se comportan como sería debido pero eso no desmerece de ese modo de santificarse.

Saludos,

Anónimo dijo...

Yo tampoco soy de la Obra, pero le tengo mucho cariño porque me ha dado mucho.
Me ha gustado mucho lo que has escrito. Muy bonito y una verdad como un templo.
Saludos

Militos dijo...

No se puede escribir de tan de dentro. Me parece que tú y yo vamos a morir Jóvenes. ¿Y que más da?
Un beso

Anaroski dijo...

Igual que tu, yo NO soy de la Obra, pero la conozco, de cerca, y creo que la gente se equivoca y mucho, que hay gente rara pues como en todos lados, pero que hay gente buena, pues mucha, más de la que podemos imaginar.

Me ha encantado esta entrada escrita desde el fondo de tu corazón y eso se nota, así que quiero felicitarte y decirte que conocerte a ti, también ha sido un honor muy importante para mí.

Un besazo Arcendo.

Ana.

Militos dijo...

No sé que nos das, querido arcendo.
Ya se me ha olvidado lo que venía a decirte. Buenas noches, un beso

Enrique Pascual dijo...

A eso se le llama hablar con propiedad, es verdad camarada Arce, hay mucha gente que habla sin saber de que, si solamente fuera del Opus Dei... se meten con nosotros los Católicos porque les sale gratis, aquí en la tierra me refiero... un abrazo!
Quico

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