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Tras un breve, pero no habitual paréntesis bloguero, regreso a mi trinchera para seguir dando guerra, aunque todavía con la molesta gripe a cuestas.
Para compensar a mis lectores de esta ausencia, y dado que no sé cuando voy a tener ánimos para postear otra vez, echo el resto en este largo comentario, que espero sea jugoso y encontréis motivos para darme o quitarme la razón, con vuestras siempre interesantes aportaciones. Así que ahí va:
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Como alguno de mis lectores-amigos sabrá, además de tener un chaval de 9 años, soy padre de una preciosa niña, que acaba de cumplir la bonita edad de 15 calendarios. Mi niña ya va al instituto y cursa 4º de secundaria, por lo que según el nuevo plan de estudios, el año que viene, si Dios quiere y ella se esfuerza, hará 1º de bachillerato. (¡Como pasa el tiempo…!).
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El motivo del comentario de hoy, me la ha proporcionado una anécdota real, en relación con mi chica, que en seguida, paso a relataros:
Desde hace unos días, mi niña me viene contando que su Instituto está recibiendo visitas de un grupo de jóvenes, que dicen ser estudiantes de otros centros. Al parecer, estos nuevos “agregados”, se mueven por el centro con total libertad y con el beneplácito de los responsables del Instituto. El cometido de estos forasteros consiste en informar y animar a los alumnos de Secundaria, sobre la huelga estudiantil convocada por el sindicato de estudiantes, para el próximo 22 de Octubre.
¡Ni que decir tiene, que encuentran en muchos de nuestros chavales, campo abonado!. Cualquier acontecimiento que suponga "escaquearse" de un día de clase, es bueno; y más si viene con el incentivo de grandes dosis de cachondeo, camuflado con reivindicaciones contestatarias a todo lo que suponga autoridad.
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Para compensar a mis lectores de esta ausencia, y dado que no sé cuando voy a tener ánimos para postear otra vez, echo el resto en este largo comentario, que espero sea jugoso y encontréis motivos para darme o quitarme la razón, con vuestras siempre interesantes aportaciones. Así que ahí va:
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Como alguno de mis lectores-amigos sabrá, además de tener un chaval de 9 años, soy padre de una preciosa niña, que acaba de cumplir la bonita edad de 15 calendarios. Mi niña ya va al instituto y cursa 4º de secundaria, por lo que según el nuevo plan de estudios, el año que viene, si Dios quiere y ella se esfuerza, hará 1º de bachillerato. (¡Como pasa el tiempo…!).
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El motivo del comentario de hoy, me la ha proporcionado una anécdota real, en relación con mi chica, que en seguida, paso a relataros:
Desde hace unos días, mi niña me viene contando que su Instituto está recibiendo visitas de un grupo de jóvenes, que dicen ser estudiantes de otros centros. Al parecer, estos nuevos “agregados”, se mueven por el centro con total libertad y con el beneplácito de los responsables del Instituto. El cometido de estos forasteros consiste en informar y animar a los alumnos de Secundaria, sobre la huelga estudiantil convocada por el sindicato de estudiantes, para el próximo 22 de Octubre.
¡Ni que decir tiene, que encuentran en muchos de nuestros chavales, campo abonado!. Cualquier acontecimiento que suponga "escaquearse" de un día de clase, es bueno; y más si viene con el incentivo de grandes dosis de cachondeo, camuflado con reivindicaciones contestatarias a todo lo que suponga autoridad.
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El panfleto entregado para la ocasión y que podéis leer en la cabecera de este post, llama a la huelga general en base a cuatro consignas básicas, a cual más inútil e irreal.
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- Inútil porque, la convocatoria se escuda en la defensa de la Educación pública y en la lucha por el futuro; ¡cuando en eso estamos todos!. Y además porque, nunca ha estado, ni está en peligro de desaparición la Escuela Pública; decir lo contrario es una falacia.
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- E irreal, porque se basa en la oposición frontal de los llamados “Acuerdos de Bolonia”; que ni que decir tiene, que con seguridad, NI UNO si quiera de los chavales convocados ha leído y/o estudiado en profundidad. Tan sólo se fían de lo que les quieran contar cuatro manipuladores profesionales y de sus ansías por librarse de las clases.
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Para el que quiera informarse, aunque sea brevemente sobre la Declaración de Bolonia hay que decir que lo que pretende es sentar las bases para la construcción de un "Espacio Europeo de Enseñanza Superior", organizado conforme a ciertos principios, (calidad, movilidad, diversidad, competitividad), orientado hacia la consecución del incremento del empleo en la Unión Europea y de la conversión del sistema Europeo de Formación Superior en un polo de atracción para estudiantes y profesores de otras partes del mundo. Así pues, su objetivo es doble, por un lado facilitar la homologación de los títulos universitarios entre los diferentes países y facilitar la libre circulación de titulados por toda la Unión. Lo que supone, en resumen y a mi modo de ver, tan sólo beneficios para el estudiante. ¿Qué tiene de malo, entonces?.
La intención de estos sindicatos, claramente marxistas, no puede estar más alejada de los intereses de los verdaderos estudiantes. Sus objetivos son otros. Por un lado, provocar la agitación y el desorden sobretodo contra el gobierno de la Comunidad de Madrid, una de las pocas que todavía hace frente a los sectarismos; y por otro, adocenar y adoctrinar a las nuevas generaciones de españoles con sus teorías trasnochadas y casposas. Dicho en castizo: “comerles el coco”.
Lejos de suponerles objetividad y defensa del estudiante o del trabajador a estos sindicatos del pesebre, conviene saber que al igual que sus "hermanos mayores" (CCOO y UGT), son la vanguardia del poder establecido.
Su fín y su deseo, probablemente sea la nacionalización total de todos los servicios (principalmente Educación y Sanidad), y no solo eso, sino también, si fuera posible, la abolición radical de todo “lo privado”. ¡Comunismo puro y duro!.
Los medios son provocar el caos y sembrar el descontento en base a sus mentiras y usando de la violencia en sus actos, cuando esta sea necesaria. (caso “Cojo Manteca”, o más recientemente caso “Güemes”, -hoy repetido, por cierto-).
Que nadie se engañe, los sindicatos están ya desenmascarados. La crisis económica les ha dejado con una mano delante y otra detrás. Si no son capaces de movilizarse por el trabajador en defensa de su poder adquisitivo y del mantenimiento de su empleo; y por el contrario, solo se mueven por sus intereses y los del gobierno, su credibilidad es “Zero”. Sólo cuidan y besan la mano que les sustenta, como meros perros de presa.
Lo más triste y preocupante es el odio y la mentira que están fomentando en nuestros jóvenes, que en muchos casos, todavía adolecen de una formación sólida y de una información veraz.
A estos jóvenes habría que decirles que no crean todo lo que oigan, el retrato está deformado por motivaciones perversas. Hay quienes pretenden disfrazar la realidad, maquillar sus acciones con hermosas palabras, pero el objetivo es siempre el mismo, restarles humanidad y robarles la facultad de pensar libremente.
Frente a esos contravalores que les quieren imponer, no hay mejor solución que animarles a que abran los ojos. Que no se dejen manejar.
Porque, el adoctrinamiento no es educación.
Porque, el adocenamiento va contra la persona.
Porque, esos sindicatos que dicen luchar por sus derechos, solo buscan su propio interés.
Porque, los que tanto alardean de la defensa de la libertad de elección de la mujer y de la libertad sexual, solo pretenden corromper con conductas erróneas y en muchos casos, aberrantes, primero a la mujer misma y después al resto de los mortales.
Porque los que manipulan el lenguaje llamando al aborto, interrupción voluntaria del embarazo, o los que se esconden bajo las palabras “muerte digna” para realizar suicidios asistidos, están disfrazando la realidad, que es, crimen, asesinato y muerte.
Porque la destrucción no es progreso, Porque la muerte no es vida, y porque la vida es el mayor bien que tenemos que cuidar.
Por eso, para contrarrestar esta tremenda ofensiva, es prioritario recuperar aquellos valores que siempre han sido patrimonio de la juventud:
1º.- La sana curiosidad, por conocer, por explorar, por saber; por cuestionarse todo.
2º.- La rebeldía ante la manipulación y contra las injusticias.
3º.- La caridad solidaria con los más necesitados.
4º.- La alegría que nace del compartir todo.
5º.- La apuesta decidida por la vida.
Ese es su gran reto, y el nuestro, el de los padres, el de procurarles los medios y la educación necesaria para que en un futuro próximo, nuestros hijos tomen el relevo de esta sociedad. Porque La educación es eso en esencia, la formación de la persona y ello incluye necesariamente la transmisión de todos esos valores éticos, estéticos e incluso, religiosos, que hemos tenido la suerte de heredar de nuestros mayores.
Para terminar, quiero como siempre, hacerlo en tono esperanzador. Como es lógico, yo quiero siempre lo mejor para mis hijos, y también para todos los jóvenes de su generación, porque todos ellos son el futuro de la humanidad y quisiera pensar que ese porvenir será mejor que nuestro presente.
Me gustaría soñar que mis hijos serán libres, en el mejor sentido de la palabra, que van a saber convivir en paz, respetándose sus diferencias, pero sabiendo discernir lo bueno de lo malo. Para ello, me gustaría que leyeran mucho y de todo, que escucharan mucho y a todos y que todo eso les valiera para contrastar mejor las opiniones, adquirir criterio propio y tener voluntad para aplicarlo. En definitiva me gustaría que fueran felices.
Sin embargo, estoy convencido que ese sueño feliz, solo se puede materializar en base a la recuperación de todos esos valores que nos hacen persona.
Para abundar en lo dicho, me gustaría reseñar finalmente, un par de párrafos de un excelente artículo de Enric Renau, editor de Educaweb:
“Un joven con determinados valores en su mochila, caminará por la vida de forma distinta del que no los tiene. Las rutas y los accidentes orográficos, podrán ser distintos en cada caso. Pero lo que es seguro es que una mochila con lo indispensable permite capear mejor las noches en la intemperie, sortear los cambios de temperatura y divisar mejor el horizonte.”.
Sin embargo, “… lo que más seguridad les da, es la mochila que sus padres les han regalado, o que han conseguido con su propio esfuerzo. Y que han ido completando con aportaciones de amigos, guías de montaña y algún que otro libro”.
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Para el que quiera informarse, aunque sea brevemente sobre la Declaración de Bolonia hay que decir que lo que pretende es sentar las bases para la construcción de un "Espacio Europeo de Enseñanza Superior", organizado conforme a ciertos principios, (calidad, movilidad, diversidad, competitividad), orientado hacia la consecución del incremento del empleo en la Unión Europea y de la conversión del sistema Europeo de Formación Superior en un polo de atracción para estudiantes y profesores de otras partes del mundo. Así pues, su objetivo es doble, por un lado facilitar la homologación de los títulos universitarios entre los diferentes países y facilitar la libre circulación de titulados por toda la Unión. Lo que supone, en resumen y a mi modo de ver, tan sólo beneficios para el estudiante. ¿Qué tiene de malo, entonces?.
La intención de estos sindicatos, claramente marxistas, no puede estar más alejada de los intereses de los verdaderos estudiantes. Sus objetivos son otros. Por un lado, provocar la agitación y el desorden sobretodo contra el gobierno de la Comunidad de Madrid, una de las pocas que todavía hace frente a los sectarismos; y por otro, adocenar y adoctrinar a las nuevas generaciones de españoles con sus teorías trasnochadas y casposas. Dicho en castizo: “comerles el coco”.
Lejos de suponerles objetividad y defensa del estudiante o del trabajador a estos sindicatos del pesebre, conviene saber que al igual que sus "hermanos mayores" (CCOO y UGT), son la vanguardia del poder establecido.
Su fín y su deseo, probablemente sea la nacionalización total de todos los servicios (principalmente Educación y Sanidad), y no solo eso, sino también, si fuera posible, la abolición radical de todo “lo privado”. ¡Comunismo puro y duro!.
Los medios son provocar el caos y sembrar el descontento en base a sus mentiras y usando de la violencia en sus actos, cuando esta sea necesaria. (caso “Cojo Manteca”, o más recientemente caso “Güemes”, -hoy repetido, por cierto-).
Que nadie se engañe, los sindicatos están ya desenmascarados. La crisis económica les ha dejado con una mano delante y otra detrás. Si no son capaces de movilizarse por el trabajador en defensa de su poder adquisitivo y del mantenimiento de su empleo; y por el contrario, solo se mueven por sus intereses y los del gobierno, su credibilidad es “Zero”. Sólo cuidan y besan la mano que les sustenta, como meros perros de presa.
Lo más triste y preocupante es el odio y la mentira que están fomentando en nuestros jóvenes, que en muchos casos, todavía adolecen de una formación sólida y de una información veraz.
A estos jóvenes habría que decirles que no crean todo lo que oigan, el retrato está deformado por motivaciones perversas. Hay quienes pretenden disfrazar la realidad, maquillar sus acciones con hermosas palabras, pero el objetivo es siempre el mismo, restarles humanidad y robarles la facultad de pensar libremente.
Frente a esos contravalores que les quieren imponer, no hay mejor solución que animarles a que abran los ojos. Que no se dejen manejar.
Porque, el adoctrinamiento no es educación.
Porque, el adocenamiento va contra la persona.
Porque, esos sindicatos que dicen luchar por sus derechos, solo buscan su propio interés.
Porque, los que tanto alardean de la defensa de la libertad de elección de la mujer y de la libertad sexual, solo pretenden corromper con conductas erróneas y en muchos casos, aberrantes, primero a la mujer misma y después al resto de los mortales.
Porque los que manipulan el lenguaje llamando al aborto, interrupción voluntaria del embarazo, o los que se esconden bajo las palabras “muerte digna” para realizar suicidios asistidos, están disfrazando la realidad, que es, crimen, asesinato y muerte.
Porque la destrucción no es progreso, Porque la muerte no es vida, y porque la vida es el mayor bien que tenemos que cuidar.
Por eso, para contrarrestar esta tremenda ofensiva, es prioritario recuperar aquellos valores que siempre han sido patrimonio de la juventud:
1º.- La sana curiosidad, por conocer, por explorar, por saber; por cuestionarse todo.
2º.- La rebeldía ante la manipulación y contra las injusticias.
3º.- La caridad solidaria con los más necesitados.
4º.- La alegría que nace del compartir todo.
5º.- La apuesta decidida por la vida.
Ese es su gran reto, y el nuestro, el de los padres, el de procurarles los medios y la educación necesaria para que en un futuro próximo, nuestros hijos tomen el relevo de esta sociedad. Porque La educación es eso en esencia, la formación de la persona y ello incluye necesariamente la transmisión de todos esos valores éticos, estéticos e incluso, religiosos, que hemos tenido la suerte de heredar de nuestros mayores.
Para terminar, quiero como siempre, hacerlo en tono esperanzador. Como es lógico, yo quiero siempre lo mejor para mis hijos, y también para todos los jóvenes de su generación, porque todos ellos son el futuro de la humanidad y quisiera pensar que ese porvenir será mejor que nuestro presente.
Me gustaría soñar que mis hijos serán libres, en el mejor sentido de la palabra, que van a saber convivir en paz, respetándose sus diferencias, pero sabiendo discernir lo bueno de lo malo. Para ello, me gustaría que leyeran mucho y de todo, que escucharan mucho y a todos y que todo eso les valiera para contrastar mejor las opiniones, adquirir criterio propio y tener voluntad para aplicarlo. En definitiva me gustaría que fueran felices.
Sin embargo, estoy convencido que ese sueño feliz, solo se puede materializar en base a la recuperación de todos esos valores que nos hacen persona.
Para abundar en lo dicho, me gustaría reseñar finalmente, un par de párrafos de un excelente artículo de Enric Renau, editor de Educaweb:
“Un joven con determinados valores en su mochila, caminará por la vida de forma distinta del que no los tiene. Las rutas y los accidentes orográficos, podrán ser distintos en cada caso. Pero lo que es seguro es que una mochila con lo indispensable permite capear mejor las noches en la intemperie, sortear los cambios de temperatura y divisar mejor el horizonte.”.
Sin embargo, “… lo que más seguridad les da, es la mochila que sus padres les han regalado, o que han conseguido con su propio esfuerzo. Y que han ido completando con aportaciones de amigos, guías de montaña y algún que otro libro”.
Es una curiosa parábola, pero no se puede explicar mejor.
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2 comentarios:
Esa es una mochila bien cargada.
Que se trata de manipular está claro. Y el Tratado de Bolonia, que no había ninguna necesidad de haber firmado, como tú lo explicas está bien, pero tiene sus contrapartidas que por supuesto estos niñatos no tienen ni idea. Nada que ver con la Escuela Pública. Sin embargo, las carreras técnicas de tres años serán equiparadas para todos los efectos a Formación Profesional. Tendran que hacer un master carísimo o añadir los cursos necesarios para pasar a licenciado de grado superior. Incluso en el Ejército ya se va a poner en práctica con los que hicieron tres años de Academias militares en vez de los cinco. De momento ya hay hasta 1000 militares con recursos alzados contra la Administración, con el agravante de que a los de Escala Media, que así se llama a los de tres años, se les piensa escalafonar con los superiores, retrasando el ascenso de la mayoría de los de cinco años de carrera. En mi familia no afecta esto en lo militar pero sí en el tema de los estudios técnicos que se estan gastando una millonada con los masters. El mar de fondo es enorme, sobre todo en el ejército.
Bueno, no quiero cargar tu cabeza griposa, perdona. Lo que no hay derecho es que manipulen así a los jóvenes. Buena papeleta la de los padres de hoy y los abuelos.
Que te mejores, que te echábamos de menos.
Un beso
Apreciado en Cristo Arcendo,
Lo que pasa es que como tú lo dices, el joven es idealista, y no se anda en medias tintas. Por eso es que estos grupos ven el terreno propicio.
Creo que aquí lo importante es promover el diálogo en familia, pues los jóvenes siempre estarán expuestos a todo, y no debemos protegerlos en una burbuja, porque les haríamos más daño. Sin embargo el diálogo les hará ver que son los riesgos de una sociedad a la que los padres también estamos expuestos, y así tendrán elementos para arribar a buen puerto, pese a la borrasca.
Gracias y bendiciones
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