martes, 20 de enero de 2009

LA IMPORTANCIA DE LO MÍNIMO.


En 1895, un escritor genial, con una sensibilidad única, llamado Oscar Wilde, tituló una de sus más celebres obras, “la importancia de llamarse Ernesto”; Wilde, en aquella obra utilizó un juego de palabras en inglés, ya que Ernest y earnest (serio, formal) se pronuncian exactamente igual.
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Wilde vivió en aquella Inglaterra rígida, colonial y victoriana, pero también en un tiempo rico en acontecimientos sociales, políticos y culturales, que no le pasaron desapercibidos, como el famoso caso Dreyfus. Su participación en el "affaire" no está clara por completo, pero sabemos que con Emile Zola y otros grandes escritores de la época, hicieron lo necesario para mostrar al mundo el racismo y la intolerancia que había detrás de la condena de Alfred Dreyfus (1859-1935) por supuesta alta traición, pero realmente su gran delito era ser judio.
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Oscar WIlde fue un hombre comprometido, seria y formalmente, en la lucha por lo que creia, fueran estas posiciones equivocadas o no. En su vida y en su obra, a mi modo de ver, hay dos "pecados" y una gran virtud. Su homosexualidad y sus ideas “socialistas” junto a su capacidad para soñar, para diseñar utopías, que hicieron de este hombre algo paradigmático en el desarrollo personal de algunos de los grandes creadores de la literatura y el pensamiento, como el lo fue y lo es.
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Su notoria y declarada homosexualidad no es ningún escollo para declarar al escritor como admirable desgajando convenientemente su faceta artística de su vida privada.
De todos modos, sorprende la casi nula bandera que hizo de la causa homosexual. Como dijo su nieto "Él no se escondió pero tampoco reaccionó como se haría hoy, …de hecho, mi abuelo Oscar Wilde no era un mártir homosexual, nunca lo quiso ser"; dejemos en la incógnita histórica la razón de este proceder; que nunca fue obstáculo, ni tampoco trampolín para agradecer su existencia, para gozar y empaparse de su sensibilidad, de su humor finísimo y exquisito, de su arte.
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En cuanto a sus convicciones socialistas, hay que entenderlas dentro del contexto histórico en el que vivió, en una Inglaterra victoriana severa y colonial, precisamente en el nacimiento de la industrialización, pero también la del crecimiento de la clase trabajadora, con sus luchas, sus avances, retrocesos y conquistas. Pero, no debemos llamarnos a engaño, las utopías con las que sueña Wilde nada tienen que ver con el concepto totalitario que tiene Marx del socialismo. Su lucha es contra la tiranía victoriana, el se enfrenta contra la mojigatería, la falsa espiritualidad, y la frivolidad de la época, pero siempre en términos estéticos, literarios, nunca desde la ceguera, más bien animado por denunciar precisamente las desigualdades notorias que aplastaban a la persona a condiciones infra-humanas. Wilde está más cerca de Tolstoi que de Marx.
El supuesto “socialismo utópico” de Wilde era más bien un proto liberalismo mal entendido, asumible casi en todo por cualquier persona razonable y bien intencionada.
En su lucha contra esa maquinaria de injusticias, el autor del Retrato de Dorian Gray, redimió su vida y su obra salvadas por el arte y por la osadía de enfrentarse a lo establecido, que siempre es presagio de dictaduras, encubiertas o no. Eso es lo fundamental.
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Si, definitivamente si, Wilde, supo a pesar de su azarosa vida, prestar a cada cosa su alcance, encontró y llevó su escala de valores a sus últimas consecuencias, sabía de la importancia de llamarse Wilde, y de la verdadera importancia de las cosas, hasta de las más pequeñas.
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En este momento de nuestra historia, en el que se va a llevar a cabo el relevo en la cúpula del imperio mundial, convendría recordar la lección de Wilde sobre la importancia de los cambios, y que estos, por mínimos que sean, aunque sea por una sola letra (como en la imagen de cabecera), cambian todo su contexto y sobre todo, tienen su indudable trascendencia en los futuros próximos.

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Buen (mal) ejemplo lo tendremos en España, en el que muchos ciudadanos, en gesto aparentemente sencillo e ingenuo, votaron aquel marzo del año pasado a un gabinete inepto y sonriente, que traerá a España largos años de recesión, pobreza y necesidad…. Esa es la importancia de un mínimo…voto inconsciente. Pero tendremos que pasar por ello, aunque en este caso, como dijo Wilde, “la experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores”.

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6 comentarios:

Unknown dijo...

Anda, que malo con lo de "B" o "S" jee jee
A mi las comedias me divierten, pero lo de España es un mal sainete, además de un mal sueño.
Saludos.

Caballero ZP dijo...

Ahora toca en EEUU darse cuenta de si su voto ha sido o no acertado, yo hasta el momento solo he visto un producto de marketing, al que la gente ha acogido con excepcional ilusión, sin tener ningún informe o merito con el que razonar.
Saludos

Anónimo dijo...

¿que dreyfus no era judio?

Legionarius dijo...

No creo que Osama u Obama sea el presidente que necesita Estados Unidos, y el tiempo dirá que, como TODOS los políticos, ha tomado el pelo a los electores de manera magistral.
En cuanto a España da igual las letras, silabas, o nombres que se cambien, por lo menos hasta que el pueblo español reaccione.

Un saludo español...

Magicomundodecolores dijo...

Yo no veo ningún paralelismo entre nuestro desgobierno y el gabinete de Obama. Hoy he visto y escuchado atentamente su discurso y le rezo a Dios para que pueda hacer, como mínimo, una tercera parte de lo que ha augurado. No escuché la palabra "prometo" creo que ningún momento y ya eso me solidariza con él. Y la forma en que ha hablado de su país, de que todo no es color de rosa, creo que es bastante realista.Soy optimista, lo se, pero no puedo evitarlo: sería un gran ejemplo para todo el mundo, si renaciera de sus cenizas la verdadera democracia americana, tal como la soñaron los fundadores.
Lo de aquí no es optimismo:es mentira pura y dura. Lástima que la mayoría tenga aún la venda. A veces pienso que les sacaron los ojos y toda la sustancia gris, vamos, que los abdujeron de forma permanente.Ya casi le aplico la canción ¡Hasta cuándo! que hizo un grupo del exilio al Coma andante.A la velocidad que vamos a quedarnos con una mano alante y potra detrás no se....
Saludos amigo.

Militos dijo...

Hola Arcendo ¿me has echado de menos? llevo dos post sin comentarte, bueno ahora sólo uno. He tenido un par de días algo raros, pero creo que mañana todo estará en regla.
De este post te digo que no me gusta Obama por la razón que, bajo el lema de Derechos Humanos, esconde la aprobación del aborto libre y demás cultura de la muerte. Puede que consiga sacar a su pais de las crisis en que está metido, pero para mí la Vida de todos, nacidos o no, a punto de morir o en plena juventud, está por encima de cualquier crisis, Aunque como decía Mayor Oreja a Losantos, nuestra propia crisis económica tiene detrás otras más fundamentales como la crisis Nacional y la crisis de moralidad.
Y es posible que la forma de resolver los problemas sea empezando por las crisis que se esconden al amparo de la económica.
Sabio es Mayor Oreja.
Respecto a Wilde decirte que es uno de mis escritores favoritos, siempre me gustó y en cuanto a su homoxesualidad, le ocurrió lo mismo que a Zeferelli, aunque la reconocieron no alardearon de ella. Si recuerdas del cineasta que hasta asesoraba al Papa en cuestión del mundo de la imagen, declara en su biografía que es homosexual, pero no gay y que estaba en contra de los matrimonios, como tal, de las parejas gays, así como su repulsa de las adopciones de hijos por dichas parejas.
No cabe duda que los personajes de alta calidad intelectual, sea de la inclinación que sean, saben discernir entre lo autántico y lo banal.
Muy buenos estos dos últimos post Arcendo. Siento la tardanza, pero te sigo, te admiro y ¿por qué no?, te quiero como siempre.
Un beso

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