HEL-ARTE

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Me gusta el arte, incluso alguna excentricidad moderna me hace gracia, pero lo que el otro día lo ví por televisión, no tiene nombre, yo no podía salir de mi asombro.
Resulta que el Centro Pompidou, conocido templo francés del post-modernismo artístico, presenta estos días y hasta el 25 de marzo, una exposición, que algunos calificarán de curiosa, pero yo le llamo tomadura de pelo. La muestra (¿?) lleva por título “Vacíos-una retrospectiva”, y en definitiva es el triunfo del papanatismo.
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Así, el famoso Centro Pompidou, ha decidido consagrar nueve de sus salas a “la nada”. Nueve salas con paredes blancas, ¡vacías!, llenas de nada; la excusa es “El vacío, como concepto”, el valor de la nada; porque según los responsables de este “invento”, los artistas a lo largo de la historia siempre han sentido una obsesión preeminente por la nada. (Ver enlace).
Con eso, y adornando un poco más la pantomima, dicen que los visitantes podrán poner todos los sentidos en marcha y sentir el vacío como sensación, sintetizar el epicentro del arte conceptual en un paso más hacía el minimalismo, para utilizar el vacío como protesta radical. ¡Toma del frasco Carrasco!.

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Y yo me hago dos preguntas:
1. ¿Nos toman por tontos?
2. ¿Esto es arte?

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Porque si lo es, yo me quedo con aquella definición-chiste que decía:

"El-arte es mo-rirte de frío"…, esta por lo menos tiene gracia, y además se ajusta perfectamente a las sensaciones que da esta exposición… a mí desde luego, me deja HELADO.

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¡Cuanta ignorancia y cuanta demagogia!. Estoy de acuerdo en que el arte es como los gustos, los hay de todos los colores y formas posibles. Y que a cada uno le emocionan cosas diferentes. Pero esto es pura mentira, es lo más parecido a aquel cuento de “El traje nuevo del Emperador” que yo he visto en mi vida.
Yo a lo mejor no sé, o no tengo muy claro lo que es el arte, pero desde luego, sí sé lo que NO es arte.
Por poner un ejemplo, me parecen igual las “firmitas grafiteras” que hacen los niñatos con su Edding 500, en buses, metros, marquesinas, escaparates, verjas, puertas y/o paredes; que la famosísima y alabada cúpula de Barceló, que aplaudió hasta el Rey de España.
Para mí, ponderar y sobretodo pagar una "milloná" por unos churretes que podría haber pintado un mono demuestra una vez mas la infinita estupidez del ser humano, sin metáforas posibles.

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El arte es básicamente una cuestión de estudio, de trabajo, de sentimiento y de búsqueda de la belleza. No una sucesión de mamarrachadas sin sentido.
Estamos en una época en que la rareza es el motor del papanatismo; donde los que triunfan son artistillas sin relevancia alguna, a costo muy alto, y si puede ser, a cargo del presupuesto público. Pero sin aportación artística ni cultural, en casi ningún caso.
Y es una pena, porque todavía hay muchos auténticos valedores del término “artista” en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, que sufren para salir adelante y se esfuerzan por dignificar esa faceta creativa del ser humano. Sin embargo, se comen los mocos, para que cuatro indocumentados y cuatro caraduras, se valgan de la ignorancia de la gente, manchando el arte con pura basura.
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Afortunadamente no todo es malo, en una de las últimas ediciones de ARCO, también hubo obras espléndidas como la enigmática imagen que expongo a continuación. Su autora es Desiree Dolrom, que es un prodigio de destreza, buen gusto y belleza. Muestra en todas sus composiciones su devoción a la pintura, al reflejar en sus modelos los rasgos de los grandes maestros flamencos, Vermeer, pongo por caso.

Por suerte..., ante tanta estulticia, aún quedan artistas como estos y ¿cómo no?, todavía nuestro refugio son...LOS GRANDES CLÁSICOS.

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